El PP afrontaba la recta final de la campaña andaluza con la sensación de que las cosas no podían ir mejor. Los mítines del fin de semana, con Alberto Núñez Feijóo acompañando a un exultante Juanma Moreno, y la retahíla de encuestas garantizando un resultado que roza los 50 escaños (el ‘CIS flash’ también lo acreditó) eran el camino a seguir los próximos cinco días. Pero otra vez Luis Bárcenas se cruzó en el camino del PP.

El partido ha decidido retirar el recurso de casación redactado el pasado mes de noviembre y tramitado ya en abril (con Feijóo al frente de la presidencia) en el que pedía la absolución de Bárcenas en el caso relativo a las obras de la sede de Génova que fueron pagadas en negro. Muy a pesar de la formación conservadora, la única fórmula posible para pedir la absolución del PP como partícipe a título lucrativo en la causa de la caja B sobre las obras pasaba necesariamente por pedir también la del extesorero popular. 

La decisión de los servicios jurídicos se tomó en noviembre, aún con Pablo Casado de presidente (a pesar de que la anterior dirección también se desvincula), pero quedó ratificada el 19 de abril. Fuentes de Génova insisten a este diario, como dijo el propio Esteban González Pons en rueda de prensa, que Feijóo y la dirección actual “se enteraron este lunes” de la noticiapublicada en El Periódico de España. Que hasta este momento desconocían por completo el contenido del recurso y que no fueron informados por los abogados del partido.

Debate intenso de la dirección

El asunto monopolizó buena parte del comité de dirección, según ha podido saber este diario, y el presidente nacional no escondió su malestar por lo ocurrido. En el partido insisten en que el día 19 de abril, cuando se dio luz verde total al recurso que pedía la absolución de Bárcenas, la nueva dirección apenas llevaba dos semanas en el cargo. Insisten en señalar a los servicios jurídicos, pero algunas personas también reconocen que ha quedado en evidencia un agujero y alguien “no hizo su trabajo”.

En todo caso, el PP reaccionó con rapidez y la dirección decidió retirar el recurso con firmeza a pesar de compartir los argumentos jurídicos del recurso. La idea de la anterior dirección, según concluyen en la actual cúpula, era “limpiar absolutamente las siglas populares” aunque la estrategia pasara necesariamente por solicitar la absolución del extesorero. Un miembro del equipo de Casado, sin embargo, afirma que el exlíder "no tomó esa decisión".

Aún así, lo que está claro es que Feijóo ha decidido enmendar por completo esta postura y romper con las decisiones de la anterior cúpula: entiende que “lo político pesa más que lo judicial” y que su partido “no puede asumir” la petición de absolver a Bárcenas. Todo ello aunque renuncie a combatir la condena a las propias siglas y aceptando, de facto, que las obras de la sede se pagaron con dinero negro.

El momento de la polémica interna (otra vez la alargada sombra de Bárcenas) no puede llegar en un momento peor para los populares. Moreno no solo se confirma como el próximo vencedor el 19-J sino que en este momento todas las encuestas le sitúan muy cerca de los 50 diputados, a solo cinco de la mayoría absoluta. Se trata de una cifra clave para el partido, no solo porque implica recuperar el resultado de Javier Arenas (a pesar de que no alcanzó el gobierno) sino porque es la barrera psicológica en la que el PP cree que Vox no podría exigir en ningún caso formar parte del ejecutivo autonómico.

Además, algunos dirigentes del PP reconocen que “la sombra de la corrupción” y del propio extesorero “siempre aparece en el momento menos oportuno”. La única salvación posible para que el asunto no centre lo que queda de campaña (y el debate electoral, el decisivo, de la noche de este lunes) es precisamente el poco interés que tiene el PSOE por hablar de corrupción en Andalucía. Si los socialistas atacan al PP por Bárcenas, Moreno sacará la artillería pesada de los ERE.

Pero Vox y el resto de formaciones de la izquierda no tienen esa mochila. De hecho, la sospecha del PP es que Macarena Olona, que acumula importantes tropiezos en la campaña, hará bandera del asunto de Bárcenas para intentar remontar. Su formación lo ha hecho en todas las campañas electorales y ocurrió algo muy similar en la catalana del 14 de febrero de 2021, cuando también la irrupción del extesorero perjudicó las posibilidades del PP. En ese caso los ultra dieron el sorpasso tanto a PP como a Ciudadanos y después de aquel desastre electoral Casado anunció la mudanza de la sede de Génova, que nunca llegó a producirse, y que Feijóo ha desechado definitivamente.