El sistema de financiación autonómica es vital para que los territorios perciban recursos del Estado con los que financiar servicios públicos básicos, pero no parece tan relevante para los partidos a la hora de captar votos. Al menos en Andalucía, que ha sido la gran aliada que ha encontrado el Consell de Ximo Puig para reclamar una revisión de los criterios que condicionan el reparto y que castigan especialmente a ambas autonomías. Pero ni esa sensación de agravio parece ser suficiente para que el tema cobre relevancia en esta campaña electoral que abre un año decisivo de comicios en España. De momento el asunto es poco menos que residual en esta autonomía y así seguirá si se analiza el puesto que las principales formaciones políticas andaluzas asignan a esta reivindicación en sus diferentes programas publicados de cara a las elecciones autonómicas del 19J.

Todas las fuerzas de Andalucía reclaman la reforma del sistema de financiación salvo la ultraderecha, pero la importancia que le otorgan es dispar. Las dos formaciones mayoritarias, PP y PSOE, pasan de puntillas sobre la materia en sus documentos oficiales, relegando sus posiciones al respecto a la cola de sus programas y culpando al contrario de la situación actual. En el lado opuesto se sitúan las dos candidaturas a la izquierda de los socialistas, Por Andalucía y Adelante Andalucía, que lo destacan en su primer punto de programa. Ciudadanos, por su parte, ni siquiera le asigna un apartado específico y se limita a prometer "reivindicar la financiación necesaria" para acometer proyectos concretos.

El escaso peso que otorgan populares y socialistas andaluces a la necesidad de reformar el sistema de financiación autonómica contrasta con el que le asignan estas mismas formaciones en la Comunitat Valenciana. El Gobierno de Ximo Puig hizo del asunto uno de sus grandes caballos de batalla desde su llegada a la Generalitat y ahora la renovada oposición del PP de Carlos Mazón quiere subirse al tren de la financiación aprovechando los escasos avances en la materia para atacar al PSPV y, de paso, a Pedro Sánchez.

A cola y sin autocrítica

Curiosamente, los programas de PP y PSOE recogen sus estrategias sobre financiación de forma muy similar: sepultadas tras cientos de propuestas y trufadas de atenuantes para los suyos y acusaciones a los de enfrente. Un cruce de reproches que recuerda al vivido hace escasos días en las Corts.

El documento marco del partido que dirige Juanma Moreno Bonilla presenta más de 2.000 iniciativas a lo largo de 422 folios y la reforma del sistema de reparto no aparece hasta la página 400. En cuanto al fondo, el PP de Moreno no concreta demasiado cómo abordar la reforma y simplemente urge a "equiparar los recursos" entre autonomías y a que el Estado reparta más a los territorios, la conocida como reforma vertical. Además, aboga por la creación de un fondo transitorio de nivelación que palíe las diferencias entre comunidades.

Los socialistas andaluces tampoco se prodigan mucho más y hay que bucear hasta la página 178 de las 184 que componen su programa electoral para encontrar la postura del PSOE-A ante el actual sistema de financiación. Se muestran a favor de "reformar" el sistema "para corregir las ineficiencias y las inequidades" y apuestan por "revisar" la definición de la población ajustada, que consideran "elemento clave" en el reparto de los recursos.

El frente a la izquierda del PSOE es el único que parece dar prioridad a la reforma de la financiación, al menos a nivel programático. Tanto Por Andalucía, la coalición formada por Izquierda Unida, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz e independientes de Podemos, como Adelante Andalucía, el partido de Teresa Rodríguez, la incluyen en el primer punto de su documento de propuestas.

Además, el enfoque es similar ya que ambas formaciones plantean una reforma fiscal (iniciativa que también defiende Podem a nivel valenciano), modificar los criterios poblacionales en base a los cuales se realiza el reparto del pastel y activar un fondo de compensación hasta alumbrar el nuevo mecanismo.