El 19-J no pinta del todo bien para el PSOE, y en Ferraz y en los territorios, y en la propia federación andaluza, la joya de la corona del partido, asumen que falta tensión electoral, aunque se observa una “movilización creciente” en los últimos días. La esperanza es que ocurra como en Castilla y León, el pasado febrero: que la campaña vaya entrando en calor y que levante las expectativas del PSOE

Como subrayan en la cúpula y en el equipo del candidato, Juan Espadas, la clave está en la activación de los indecisos, y que ese medio millón de votantes que no optó por Susana Díaz en 2018 pero que sí apostó por Pedro Sánchez en las generales que vinieron a continuación coja la papeleta socialista: “El éxito está en la movilización”. En el PSOE-A subrayan en el cuerpo a cuerpo con los ciudadanos, estos “no rehúyen, no rechazan”, cosa que sí detectaron en las últimas autonómicas. "Y Juan está pateándose el territorio. Estamos todo el PSOE volcados en las elecciones andaluzas —señalan en Ferraz—. Nos está pasando como en Castilla y León: la campaña empezó fría y fuimos mejorando. Con la diferencia de que uno de cada 200 andaluces milita en el PSOE, y eso es una maquinaria y una fortaleza muy poderosa". En la cúpula recalcan que el engranaje sí va calentándose y se observa en los mítines una "buena asistencia" de simpatizantes, y eso funciona como un buen termómetro de cómo está marchando la caldera.

“Hay margen de crecimiento”, concluyen en Ferraz, donde esperan que al menos Espadas mantenga los 33 escaños actuales y que incluso mejore esa marca, la peor de toda la historia en la comunidad. Es más, en el equipo de Sánchez no contemplan, "para nada", obtener un dato peor que el de Susana Díaz. Reconocen que sus encuestas siguen dando al PP por delante, pero las distancias "están acortándose", porque la derecha ya ha llegado al máximo de su movilización, mientras que a la izquierda le cuesta más ponerse a tono. "Es cierto que Juanma Moreno [el presidente de la Junta] se ha asentado y tenemos que correr mucho más, pero el partido se está movilizando bien y la campaña empieza ahora. No podemos agotar a la gente, y no queremos entrar en la crispación y el ruido", prosiguen en el círculo cercano al líder socialista.

La estrategia de campaña del PSOE es muy básica, "contraponer modelos", denunciar la "no gestión de Moreno" y advertir de que, "dentro de lo poco que ha hecho, se ha cuidado de atacar los servicios públicos, echando a 8.000 sanitarios a la calle o cerrando 1.100 aulas". Espadas, un candidato al que solo conoce un 67,5% de los electores y que recibe una calificación del 4,88 (por el 6,28 de Moreno), según el CIS, no caerá en estridencias ni en "insultos", porque "no es su estilo". Y, frente a quienes incluso en el PSOE-A temen un trasvase de votantes tradicionales a Vox en zonas rurales, en Ferraz insisten en que no se detectan esos movimientos, y sí desplazamientos de apoyos dentro de cada bloque (entre las formaciones de la derecha y, por su lado, entre las de izquierda).

Los alcaldes, el gran activo

Sánchez, en una labor más propia de ‘coach’, llamaba este miércoles a sus diputados a ser “embajadores” de la gestión de Gobierno. Para esa tarea de heraldos, sobre el terreno, el PSOE cuenta con su ejército de alcaldes: 458 del total de 785 ayuntamientos. Y los regidores, señalan en la cúpula federal, "ven una mayor activación" y ellos "son los primeros interesados en que las cosas vayan bien para que sus elecciones, dentro de un año, también vayan bien". También tendrá un papel clave el desempeño de Espadas en los dos debates electorales, el 6 de junio (en TVE) y el 13 (en Canal Sur).

La encuesta electoral del CIS, publicada este jueves, atribuye al PSOE-A el 25,2% de los votos y entre 32 y 36 escaños, por el 27,94% de las papeletas y 33 diputados que Díaz cosechó en 2018. Si las urnas confirmaran esos datos, los socialistas al menos salvarían los muebles. Pero caer por debajo del umbral psicológico de los 30 diputados avivaría el sentimiento de crisis y cuestionaría al líder y candidato. Lo que en todo caso está claro es que el PSOE no se abstendrá para facilitar la investidura de Moreno.

"En absoluto", ratifican en Ferraz, donde retan a Alberto Núñez Feijóo a, que si quiere los votos de Espadas, firme un "cordón sanitario real frente a Vox", en toda España y para siempre: "Pero en el PP no quieren nuestra abstención. Quieren un PSOE arrodillado y luego pactar con la derecha presupuestos y demás iniciativas. Tenemos la prueba en la negociación de las cuentas de 2022: Espadas se ofreció a pactarlas y Moreno no quiso [Vox las rechazó también y Andalucía no tiene presupuestos este año en vigor]. En el equipo de Sánchez creen que realmente el PP pretende "allanar el camino", normalizar la presencia de Vox en los gobiernos. Y tienen claro que Macarena Olona estará en la Junta, porque Santiago Abascal ha hecho una apuesta a todo o nada: o se entra a gobernar o no dará sus votos.

Andalucía es el principal granero del PSOE. Una pieza fundamental de su proyecto. De ahí que todos crucen los dedos. En la campaña seguirá el desembarco de ministros y dirigentes federales. En la apertura, este jueves, Espadas estuvo acompañado de la número dos, Adriana Lastra. Sánchez, que ya ha visitado Jaén, Granada y Sevilla, mitinea este domingo en Cuevas de Almanzora (Almería), y le quedan, por ahora, y "como mínimo", dos actos más, en Málaga, el sábado 11 de junio, y el cierre, el 17, en Sevilla. El 12, en Córdoba, Espadas estará rodeado de siete presidentes autonómicos socialistas —Ximo Puig (Valencia), Javier Lambán (Aragón), Adrián Barbón (Asturias), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Francina Armengol (Baleares), Ángel Víctor Torres (Canarias) y Concha Andreu (Canarias)—, así que solo faltarían dos (el castellanomanchego Emiliano García-Page, de viaje institucional, y la navarra María Chivite).

No habrá 'superdomingo'

Sánchez podría abrirse más huecos en función de cómo fluya la campaña. Ya ocurrió en Castilla y León: los vientos fueron favorables a Luis Tudanca, y el presidente se colocó un quinto mitin (fue en Burgos), a sumar a los cuatro ya programados en las dos semanas finales. Es probable que ahora se repita la secuencia, máxime teniendo en cuenta que le quedarían tres provincias por visitar —Huelva, Cádiz y Córdoba— y su idea era llegar a todas.

Ferraz da por hecho, pues, que el PSOE resistirá en Andalucía y que el candidato "sacará un mejor resultado que el que dicen las encuestas". Intentará, no obstante, que el 19-J no manche la legislatura de Sánchez, insistiendo en que no se abre ningún ciclo electoral. Pero, si el partido firma un desastre en las urnas, habrá agitación. Y ya se oye que se necesitará un "revulsivo", quizá un cambio en el Gobierno, como piden muchos cuadros, para vitaminar un PSOE en horas bajas.

Pero en el círculo más cercano al líder socialista reiteran que no será así, que la "hoja de ruta es clara": "Año y medio de Gobierno, y tenemos recursos [los fondos europeos], proyecto votos". Es decir, que no habrá remodelación ministerial porque Sánchez dirige "un buen Ejecutivo" ni habrá adelanto de las generales. Ni siquiera se piensa en el 'superdomingo', en sumar las legislativas a las autonómicas y municipales de mayo de 2023. Pero, en cualquier caso, la arena política española se recalculará tras el 19-J. Lo dicen en la cúpula socialista: "El partido no ha empezado". Comienza a jugarse en una campaña que arranca ya.