Juanma Moreno (PP) inicia la campaña con las encuestas de cara y un objetivo: sacar más escaños que toda la izquierda junta para necesitar solo la abstención de Vox y seguir de presidente. Su deseo es que la ultraderecha, en ese caso, le facilite la investidura gratis, pero eso está por ver. Los populares quieren repetir el modelo de Isabel Díaz Ayuso, que gobierna en solitario en Madrid, y huyen de la fórmula de Castilla y León, donde por primera vez comparten poder con los de Santiago Abascal. 

Uno de los éxitos de los que está más orgulloso Moreno es “haber gobernado tres años y medio” y haber conseguido “no dar miedo al votante socialista en una comunidad sociológicamente socialista”. La encuesta de ‘El País’ de esta semana detecta el trasvase de un 10% de votantes del PSOE al PP, un dato que han celebrado en la sede de Génova y que anima al candidato a profundizar el perfil moderado y centrista que él se ha intentado forjar en Andalucía y que Alberto Núñez Feijóo ha representado en Galicia durante 13 años.

Andalucía, la Galicia de 2009

El ahora máximo líder del PP aspira a que estas elecciones sean su catapulta hacia la Moncloa y se conviertan en el primer triunfo del nuevo ciclo político que seguirá con las elecciones municipales y la mayoría de las autonómicas en mayo del año que viene. Después, si Pedro Sánchez agota la legislatura, llegarán las generales. Feijóo quiere que Andalucía sea para él lo que supuso Galicia, en 2009, para Mariano Rajoy. En aquel año, el ahora líder del PP logró su primera mayoría absoluta en la Xunta y le puso la alfombra roja a Rajoy para que fuera venciendo en las siguientes convocatorias hasta alcanzar la Moncloa, en 2011, con un triunfo rotundo.

"Tenemos que dejar que se cuezan en su propia salsa", afirma un asesor de Feijóo sobre el Gobierno de Sánchez

Feijóo tiene previsto apoyar la campaña andaluza con una gira propia por seis de las ocho provincias andaluzas y ha confirmado que coincidirá con Moreno en el acto central del día 11 en Antequera (Málaga). En el partido se ve con mucho optimismo esta contienda y no solo porque hasta el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) coloque al PP cerca de la mayoría absoluta, sino porque ve al Gobierno central débil en permanente crisis interna con su socio de Unidas Podemos y muy distanciado de ERC, aliado clave en el Congreso, por el escándalo del espionaje. "Tenemos que dejar que se cuezan en su propia salsa. Sin hacer mucho ruido, ver cómo se desmoronan", afirma un asesor del líder popular.