El revés jurídico que ha supuesto la ausencia de Podemos en la coalición Por Andalucía a nivel financiero ya se ha solventado de cara a la campaña electoral que dará comienzo el 3 de junio. Izquierda Unida y el partido morado llegaron a un acuerdo político en el que se repartían los recursos económicos y los gastos de campaña, pero la falta de representación oficial de los morados en el artefacto electoral han llevado a articular un sistema de garantías para asegurar que ambas partes responderán en caso de que sea preciso. 

Uno de las principales consecuencias que ha tenido la exclusión de Podemos por parte de la Junta Electoral es que Izquierda Unida deberá afrontar el 100% de los gastos de campaña, en lugar del 50-50 que se había planteado inicialmente, por la imposibilidad de los morados de acceder a las subvenciones públicas destinadas a sufragar después estos costes. 

La coalición busca reducir al máximo los gastos electorales para en ningún caso superar los fondos que les corresponderán en función de los resultados obtenidos. Aun así, los dos principales partidos, IU y Podemos, han llegado a un acuerdo de garantías. Un documento firmado que establece que, en el eventual caso de que el gasto electoral sea mayor a la subvención otorgada, el partido morado también responderá económicamente y a partes iguales con su socio político. 

Campaña low cost

Por Andalucía ultima estos días el diseño de una campaña de proximidad, con multitud de actos de pequeño y mediano formato en los que dar a conocer a su candidata, Inmaculada Nieto, sin que suponga un grand desembolso. Mirando con lupa cada céntimo para hacer un “gasto responsable” y con la meta puesta en no superar la subvención electoral que les corresponda después de las elecciones. 

Ya en las elecciones de 2018, IU y Podemos lograron tener unos gastos sustancialmente menores que los que les correspondió por subvención electoral. Su coalición Adelante Andalucía -ahora reconvertido en la marca de Teresa Rodríguez- justificó gastos por valor de 1,7 millones de euros frente a la subvención máxima de 2,1 millones que podrían haber empleado, en correspondencia con los 17 diputados que obtuvieron. 

En esta ocasión, y a falta de cerrar el presupuesto definitivo, la coalición Por Andalucía quiere llevar el ahorro por bandera para disminuir los gastos del Estado. Así, se está teniendo especial cuidado en los grandes desembolsos, donde destaca principalmente el sistema de mailing electoral, para el que se están estudiando los presupuestos de disitntas empresas.

Se estima que la campaña tenga un coste de entre 900.000 y un millón de euros en total. Una cifra muy conservadora e inferior a la desplegada hace cuatro años, en línea con la menor representación que adelantan las encuestas, que le otorgan entre 9 y diez escaños frente a los 17 que lograron en 2018, una caída que responde también a la fragmentación del voto, con la convivencia de tres papeletas a la izquierda del PSOE.

La deuda que arrastra Izquierda Unida en Andalucía, unido al hecho de que debe hacerse cargo del 100% de los gastos de campaña, implica que la formación tendrá que recurrir a dos fórmulas. La primera será afrontar todos los gastos menores o que requieran de liquidez tirando del adelanto electoral, que será de algo más de 500.000 euros; aun así, la coalición Por Andalucía lanzará una campaña de microcréditos para pedir a sus simpatizantes aportaciones económicas que luego serán devueltas. Un sistema que, más que un modo real de financiación, sí sirve para comenzar la movilización entre las bases y, como termómetro social, da medida de la previsible implicación electoral. 

La segunda fórmula para afrontar la campaña será recurrir a la ley de contratos, que permite el pago a proveedores en los 60 días posteriores, de manera que los pagos se satisfarán una vez que se haya accedido al total de la subvención pública. Así, también se buscará que la mayoría de los actos tengan lugar en espacios gratuitos, salvo aquellos que tengan mayor formato. 

Yolanda Díaz, estrella pop

Y es que en la campaña se prevén varios actos multitudinarios, que requieren mayor coste, con el alquiler de espacios y equipos. Entre ellos destacará especialmente la visita de la vicepresidenta segunda del Gobierno y futura candidata del espacio, Yolanda Díaz.

La dirigente acudió a Andalucía para promover el acuerdo en la etapa final de las negociaciones para la coalición, pero tras el fiasco resultante, con un cruce de reproches entre Podemos e IU por la responsabilidad de que el primero quedara fuera de registro, Díaz optó por desmarcarse del caso andaluz y defendió que su proyecto de país poco tendría que ver con aquello. 

Ahora, en Por Andalucía confían en que la gallega acuda al menos dos veces a la campaña electoral, y dan por hecho que sus visitas serán especialmente movilizadoras para su electorado, al considerarla casi una “estrella pop” en términos políticos. Lo ideal es que una de sus intervenciones tenga lugar para el cierre de campaña que, en lugar de en viernes, se trasladaría al jueves 16 de junio, debido a que el calor veraniego lleva a que los viernes muchos abandonen sus ciudades a lugares más frescos.