La investigación sobre el posible espionaje a los miembros del Gobierno, más allá del presidente, Pedro Sánchez, y la titular de Defensa, Margarita Robles, está ya próxima a su fin. La Moncloa "está terminando" el informe con los resultados del análisis pericial que ha hecho el Centro Criptológico Nacional (CCN), organismo dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a los móviles de los ministros.

De este modo, el Ejecutivo trabaja para hacer público ese documento tras la reunión del Consejo de Ministros de este martes 10 de mayo, como adelantó la SER y confirmaron a este diario fuentes gubernamentales de primer nivel. "Si es posible", por tanto, si se llega a tiempo, se darán a conocer las conclusiones de las pesquisas del CCN, aunque no está claro aún en qué formato se ofrecerán y qué información se dará de cada caso.  El informe se ha retrasado porque había ministros que entregaron su terminal al CCN el viernes pasado. Los técnicos de este organismo necesitan el dispositivo físicamente para analizar si fue infectado con el programa de fabricación israelí Pegasus.

El pasado 2 de mayo, festivo en Madrid, la Moncloa convocó una rueda de prensa de urgencia en la que comparecieron el titular de la Presidencia, Félix Bolaños, y la portavoz, Isabel Rodríguez, para informar de que los móviles de Sánchez y Robles habían sido espiados entre mayo y junio de 2021, y en esos ataques —"externos" e "ilícitos"— se extrajeron 2,6 gigas y 130 megas de datos, en el caso del presidente, y 9 megas, en el caso de la ministra. El Ejecutivo no ha informado de más intrusiones certificadas por el CCN, aunque según 'El País' también se habían detectado agresiones al terminal del responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Es la Moncloa la que está centralizando todas las gestiones, y no Defensa.

Lo previsible es que el Gobierno traslade todos los nuevos casos a la Audiencia Nacional. Es lo que hizo cuando tuvo conocimiento del espionaje a Sánchez y Robles. De hecho, asumió la investigación el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, el magistrado José Luis Calama, quien el pasado 5 de mayo la declaró secreta. El objetivo, dijo el juez, es "prevenir una situación que pueda comprometer de forma grave el resultado" de las pesquisas, y solo declarándolas secretas "se podrá impedir que el conocimiento del resultado de las diligencias" pueda dar lugar a "interferencias o manipulaciones dirigidas a obstaculizar la investigación y frustrar sus objetivos". No obstante, el resultado de la misma podrá conocerse posteriormente para evitar "cualquier merma del derecho de defensa". Calama también ofreció a Sánchez y Robles la posibilidad de que se personen en el procedimiento en calidad de perjudicados.

El presidente sufrió dos intrusiones en 2021, el 19 y el 31 de mayo —las fechas, en plena ola migratoria, apuntalan que pudiera ser Marruecos el autor de la orden de espionaje—, y la ministra de Defensa, en junio, aunque hoy en día ninguno de los móviles analizados "presenta indicadores de infección en curso de Pegasus".

El Gobierno quiere marchar rápido, porque necesita restablecer "cuanto antes la normalidad" con el Govern y ERC, que aprietan día a día. El Ejecutivo ha insistido en que está actuando con diligencia y "transparencia", para que quede claro que no tiene "nada que ocultar". Dar a conocer el informe de conclusiones sobre el análisis de los móviles de los ministros le permitirá dar el siguiente paso: adoptar medidas para que un espionaje así no se vuelva a repetir. Ello le daría cobertura a Sánchez para forzar dimisiones, como le piden los republicanos. Pero la salida más probable es la de la directora del CNI, Paz Esteban, y no la de Robles, a la que apunta ERC.

"A día de hoy"

El presidente y secretario general del PSOE reunió este lunes por la mañana a su ejecutiva federal y, según relataban varios de los presentes a este periódico, trasladó que tomaría solo aquellas decisiones que estuvieran "justificadas". Algunos dirigentes interpretaron que no estaban tan próximas las dimisiones y que el líder estaba apuntando a tomar más medidas, por ejemplo, en ciberseguridad, más allá de las que el Gobierno ya tenía previstas con la guerra de Ucrania.

El portavoz de la dirección, Felipe Sicilia, dejó ver con nitidez que no están en el mismo escalón, a ojos del partido y del Ejecutivo, la ministra y su subordinada, la jefa del CNI. Robles tiene "todo el apoyo" de la ejecutiva y "todo" el respaldo del Gabinete. "Una prueba evidente es que sigue siendo ministra de Defensa. Una magnífica ministra, por cierto, muy bien valorada por los ciudadanos cuando se pregunta por ella y un orgullo para este partido que Margarita Robles sea ministra de Defensa", aseguró el diputado jiennense. Sánchez no piensa ceder su cabeza a petición de los independentistas.

La diferencia era notable con Esteban: "A día de hoy, ni una sola información, ni una sola razón para que no esté en su puesto. Tiene el apoyo de quien tendría que tenerlo, de la propia ministra [Robles]". Era importante la locución "a día de hoy", que reflejaba la provisionalidad de su continuidad en el cargo. Sicilia respondió a aquellos que piden dimisiones ante un caso tan "grave" como el del espionaje con Pegasus que primero hay que saber "qué ha ocurrido", sobre todo respecto a los casos en los que pudo haber seguimientos sin aval judicial, para lo que hace falta conocer primero la investigación interna del CNI. Cuando este martes, por tanto, se conozca el informe, quedará en teoría más clara la responsabilidad de la jefa de los servicios secretos, según va apuntando la Moncloa. Quedará asfaltado el camino para su salida, que por tanto llegaría antes de la reunión de Sánchez con el 'president', Pere Aragonès, aún sin fecha.

La apuesta continuista

De hecho, fuentes de la Seguridad del Estado confirman la inminencia del cese —o “relevo”, según lo expliquen otras fuentes del mismo sector— de Paz Esteban al frente del CNI. Ese cese se ha estado retrasando hasta que se ha completado el análisis de los primeros teléfonos móviles de miembros del Gobierno para buscar rastros de espionaje con Pegasus o sistemas similares de escucha. Pero, una vez comunicado el alcance real de la infección, escenificación que se prevé para este martes, habrá ya una razón para proceder al cambio. 

Las fuentes consultadas descartan para el puesto los dos nombres que más han sonado estos días, el de la secretaria de Estado de Defensa y experta integrante del CNI, Esperanza Casteleiro, y el del general jefe del Departamento de Seguridad Nacional de Moncloa, Miguel Ángel Ballesteros.

La primera, Casteleiro, es de la confianza de Robles. El segundo, Ballesteros, forma parte del equipo de la Moncloa, y depende orgánicamente del director de Gabinete del presidente, Óscar López.

Un tercer nombre entra en la bolsa de candidatos, en la apuesta más continuista y que menos quebraría delicadas líneas de trabajo puestas en marcha mientras está activa la guerra en Ucrania. Se trata de Arturo Relanzóncoronel de Infantería y secretario general del CNI desde 2020, quien podría ser colocado al frente del centro en una etapa transitoria hasta que el Gobierno reuniera consensos necesarios para colocar a una figura nueva.