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La trama rusa del 'procés'

Un misterioso exdiplomático ruso se entrevistó con Puigdemont el día antes de la DUI

Una investigación periodística desvela que Nikolay Sadovnikov viajó a Barcelona el 26 de octubre de 2017 y se reunió con el entonces 'president'

Víctor Terradellas y Carles Puigdemont, en una foto encontrada en el móvil incautado del primero.

"A las 5 venía emisario de Putin". El 26 de octubre de 2017, Víctor Terradellas, exsecretario de relaciones internacionales de Convergència, remitió este mensaje de WhatsApp a su amigo Carles Puigdemont, entonces presidente de la Generalitat. Aquellos días las reuniones se sucedían en el Palau de la Generalitat. Los nervios estaban a flor de piel. Tras el 1-O, el mandatario catalán dudaba entre convocar elecciones autonómicas u optar por la declaración unilateral de independencia (DUI), que finalmente proclamó el Parlament al día siguiente, 27 de octubre. Terradellas insistió: "Estamos en la puerta de Palau. Nos debes recibir". Entonces, Puigdemont aceptó: "Subid a Canonges [la residencia oficial del 'president']".

¿Quién era ese emisario? Una investigación conjunta de EL PERIÓDICO, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, y los medios OCCRP, Bellingcat, Irpimedia (Italia), Istories (Rusia) y Il Fatto Quotidiano ha corroborado que ese 26 de octubre viajó a Barcelona en el vuelo 2514 de Aeroflot procedente de Moscú Nikolay Sadovnikov, de 64 años, un misterioso exdiplomático e hipotético empresario ruso. Llegó a las 15.44 horas al aeropuerto de El Prat y abandonó Cataluña días después.

Puigdemont recibió a un emisario de Putin en pleno desafío independentista

Puigdemont recibió a un emisario de Putin en pleno desafío independentista Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: Agencias

Este ciudadano ruso, su compatriota Sergey Motin, el catalán Jordi Sardà Bonvehí (implicado en una presunta estafa con una venta de gas a Ucrania) mantuvieron una reunión con Puigdemont en la Casa dels Canonges. Así lo confirma Terradellas, que participó en el encuentro, en el que, según su versión, ofrecieron al entonces presidente catalán ayuda económica de millones de dólares y, supuestamente, también militar (unos 10.000 soldados). A cambio, los rusos pedían una legislación favorable para poner en marcha un sistema de criptomonedas en una Catalunya independiente y crear un gran nicho mundial de moneda virtual. Este diario intentó sin éxito recabar la versión de Puigdemont sobre esta reunión.

Sadovnikov, que ha sido reconocido fotográficamente por una persona que tuvo relación con él en la capital catalana, fue presentado como el "enviado" del presidente ruso, Vladimir Putin. Al final, no se concretó nada, pero los contactos continuaron. El juez de Barcelona Joaquín Aguirre interrogará este miércoles a Terradellas para conocer las actividades de su fundación, CatMón y sus contactos con Rusia.

Nikolay Sadovnikov. El Periódico

Sadovnikov tiene una experiencia en el mundo diplomático. Ejerció para la Unión Soviética en Roma entre 1984 y1987 y después fue cónsul adjunto en Milán desde 1991 hasta, al menos, 1995, primero para la URSS y luego para Rusia. Según los registros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, su nombre aparece como asesor en un departamento de planificación de política exterior en 2007 y se codeó con miembros de la Duma. Además, estuvo en activo en el ministerio varios años. En el 2012, estuvo en el radar de, al menos, una agencia de inteligencia occidental. Pier Giorgio Bassi, un italiano que actuó como garante de un visado que Sadovnikov solicitó en enero del 2016, sostiene que este dejó el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso "alrededor del 2018". En el 2016 y el 2017, recordó, fue asesor del misterio y "tuvo un papel importante en la estrategia de política exterior", en especial la europea. Cree recordar que entonces analizaba la situación de España y Cataluña.

El intermediario "no oficial"

En dos ocasiones, los periodistas que han participado en esta investigación han podido leer y tomar notas de un informe de un servicio secreto que detalla que Sadovnikov era conocido como un "intermediario oficioso de Moscú" en Siria e Irán, donde "ha visto su papel consolidado y extendido". Aunque actuó bajo el paraguas del Ministerio de Exteriores, "rinde cuentas solo al jefe del Estado", con el que "reivindica una cierta proximidad", incide. Sadovnikov, agrega, "está involucrado" en asuntos de Siria, Irán, Libia y, en general, "en las relaciones bilaterales con los países del Golfo". Su objetivo era "promover la convergencia de intereses entre Rusia e Irán, especialmente para reducir la influencia americana en la región". Menciona un viaje a Irán en abril del 2012 y otro al mes siguiente a los Emiratos Árabes Unidos, donde acompañó al canciller Serguéi Lavrov.

Paralelamente, Sadovnikov estuvo relacionado con cinco sociedades en Rusia. Todas ellas estaban registradas en el número 5 de la Plaza Roja de Moscú. Hasta el año 2000, este complejo figuraba en el inventario del Ministerio de Defensa ruso; en 2009, fue cedido al FSO (Servicio Federal de Protección), y en 2012 se cedió a los museos del Kremlin. Estas sociedades tenían patrones similares.

Sadovnikov también era socio de una compañía rusa de proyectos de inversión junto con Larissa Conti, una mujer que se presenta como portavoz de la autoproclamada República Popular de Donetsk (región ucraniana ocupada por Rusia), según los datos de la citada empresa, aunque esta lo ha negado. También era director de Onava Energy, firma registrada en Panamá, asociada a Antonio Mario Angotti y Ottavio Antonio Angotti, condenados en Estados Unidos por fraude.

Víctor Tarradellas enseña un supuesto documento de un banco suizo.

¿Cómo llego Sadovnikov a ver a Puigdemont? Fue a través de Terradellas, pero con la intermediación de Sardà Bonvehí. En ese círculo figura otro ruso misterioso: Sergey Motín, quien dejó de pagar la factura de su estancia en la Clínica Diagonal de Barcelona y que falleció después de cáncer. Unos días antes de la reunión en la Casa dels Canonges, había tenido lugar otra con Puigdemont, pero entonces el único ruso que asistió fue Motin.

Terradellas, según sus mensajes de móvil, reconoció la posibilidad de que formaran parte de la mafia rusa. "Yo ya creo que son mafiosos. ¿O dónde está la diferencia entre mafia y poder político? Normal que no salgan (...) Ahora estaba hablando con Carles [Puigdemont]. Es todo raro pero... y nos dicen que con lo que nos ofrecen podemos pagar la deuda española? ¿Extraño? Mucho", escribió en un mensaje.

"Sois el equipo de Nicolay"

En 2018, Terradellas, a través de Sardà Bonvehí, continuó manteniendo el contacto con Sadovnikov. "Nikolay ya te lo dijo. [Putin] es una estructura, no una persona", escribió en marzo de ese año Sardà a Terradellas. Este último respondió: "Sí, una pieza más del engranaje que sois el equipo de Nicolay". Los mensajes dan a entender más reuniones con Sadovnikov.

Durante esos meses, según desvelan los mensajes de Terradellas, se estuvo gestionando una transferencia de dinero (a través de bitcoins) que los rusos estaban dispuestos a aportar. Para probar que el dinero que le prometieron era real, Sardà Bonvehí le entregó a Terradellas lo que parece un supuesto certificado de valores por valor de 500.000 millones de euros, que se ha verificado que es falso. "El documento es cien por cien falso. Tales falsificaciones a menudo se usan en estafas en las que las personas quieren presumir de que controlan dichos activos. Y la falsificación se hace de manera muy torpe", asegura Daniel Thelesklaf, exjefe de la Oficina de Comunicación y Denuncia de Blanqueo de Dinero de Suiza.

Victor Terradellas, presidente de CATmón, junto a dos agentes en la sede de Ciutat Vella. Ricard Fadrique

La confirmación de la estancia en Barcelona

En conversación telefónica, Sadovnikov ha confirmado que viajó a Barcelona por aquellas fechas. "Realmente no sé a quién conocí porque no hablo español. El camarada con el que fui [posiblemente Sardà Bonvehí] me llevó a algún lado. Pero, créanme, no sé con quién me reuní, ni los nombres de esas personas. Además, nunca me interesó Cataluña y solo estaba visitando a un amigo", aseguró.

Y precisó: "No tengo nada que ver con la política, la economía o los acontecimientos en Catalunya". En este sentido, argumentó que "la integridad de España, como la de Rusia, es un hecho indiscutible". Admitió que escucho en ese encuentro las promesas que se hicieron sobre ayuda económica y militar, aunque, a su entender, todo podía ser un engaño.

"Me senté y esperé que terminara todo", recuerda. Y sostiene: "Nunca he trabajado para el Gobierno ruso". Sobre sus empresas, primero negó su existencia, aunque después confesó que en el año 2000 descubrió en internet que habían usado su pasaporte para crear una o dos compañías sin que él lo supiera. Se le ofreció mostrar la foto de Puigdemont, pero Sadovnikov argumentó que había perdido memoria tras haber tenido el covid.

Christopher Nehring, experto alemán en inteligencia y profesor en la Universidad de Potsdam, destaca la extraña naturaleza dual de estos contactos rusos. Por un lado, "obviamente tiene una relación con los servicios de inteligencia rusos". Por otra, "la supuesta demanda de convertir Catalunya en la Suiza de las criptomonedas suena a estafa empresarial". "Parece que estamos ante un apoyo encubierto respaldado por inteligencia y con un componente de estafa o fraude". "Esto tiene todos los síntomas de ser una operación mixta entre injerencia política y afán de lucro", resalta otro de los expertos consultados en asuntos rusos, el británico Keir Giles.

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