La trama de corrupción investigada en la macrocausa Azud, con el promotor y empresario Jaime María Febrer como epicentro, "se dedicó al pago de comisiones ilícitas a cargos públicos, funcionarios y abogados (por sus relaciones especiales e influencias con altos cargos públicos) para la obtención de decisiones administrativas acordes a sus intereses mercantiles con total desprecio y consiguiente daño a los intereses públicos".

Es una de las conclusiones a las que llega la jueza de Instrucción número 13 de València y la Fiscalía Anticorrupción a partir de las investigaciones realizadas por el grupo III de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

Que el entramado de corrupción urbanística se dedicó a pagar con regalos y dinero a quienes podían favorecer esos intereses es algo que ya había trascendido. Lo que no se sabía es cuánto y a quién.

El sumario, al que ha tenido acceso Levante-EMV, sitúa en la primera posición del ranking de ‘favorecidos’ a Alfonso Grau, vicealcalde de València y mano derecha de la alcaldesa por excelencia de la ciudad, Rita Barberá, la cabeza visible del poder hegemónico que el Partido Popular ejerció en el ‘Cap i casal’ durante dos largas décadas.

El análisis de la documentación intervenida en los registros practicados en las dos operaciones policiales llevadas a cabo hasta ahora -2 de abril de 2019 y el 13 de mayo de 2021- ha llevado a la UCO a concluir que Grau habría percibido «al menos» dos millones de euros en efectivo, con un incremento patrimonial, entre 2004 y 2014, que los analistas de la Guardia Civil cifran en casi 730.000 euros, dinero que se habría diluido en cuentas bancarias, en cajas de seguridad y en aportaciones a una empresa familiar.

A ello se sumarían cuatro propiedades inmobiliarias presuntamente pagadas por Febrer. A saber: el piso de lujo en la plaza Porta de la Mar de València que constituye el domicilio familiar de Grau –y donde ha sido detenido en dos ocasiones, por el caso Azud, en 2021, y por Clepsidra, en 2016–, un local comercial en la Gran Vía Fernando el Católico de València y un bajo y un garaje en la avenida de las Jacarandas de Burjassot. Las propiedades inmobiliarias supusieron el desembolso, con ciertos artificios de ingeniería financiera, de casi 1,5 millones de euros.

Aunque la investigación policial y judicial no ha logrado aclarar de qué se conocían Grau y Febrer, sí establecen que esa relación data al menos de 2001.

Desde luego, el vicealcalde figura todos los años como receptor de los «regalos de Navidad» que el empresario anotaba a mano con mimo con la caída de cada calendario. Entre 2002 y 2007, habría recibido una pluma Montblanc de 810 euros (2002), un trolley y un maletín de la marca Loewe (2005), un portatrajes Ermenegildo Zegna de 780 euros y una cartera Loewe de 280 (2006) y un reloj Armando (2007). En 2003 y 2004 aparecen dos crípticos "personal" y "Copa América".

El "cuñado" entra en la ecuación

La relación entre ambos, que según establece la jueza reportó "tan pingües beneficios" al vicealcalde, incluyó a partir de 2007 a José María Corbín, el abogado que permitía "conseguir o facilitar" a Febrer los intereses económicos de su conglomerado empresarial, el Grupo Axis. Y ello, afirma la magistrada, "por su condición de estar casado con la hermana y jefa de gabinete de la alcaldesa de València, Rita Barberá", que por esa razón controlaba y gestionaba la agenda de la mandataria.

La investigación económica determina que "el 80% de los ingresos" del despacho de Corbín procedían de "pagos efectuados consistentes en comisiones ilícitas desembolsadas como consecuencia de diversas adjudicaciones o decisiones del Ayuntamiento de València o de alguno de sus entes públicos, principalmente en materia urbanística".

Los investigadores creen tener probado que Corbín, bien de forma directa o a través de facturaciones por servicios de asesoría que al parecer no se habrían prestado, habría percibido, solo del Grupo Axis de Febrer, más de 600.000 euros entre 2007 y 2013. De ese dinero, solo por su presunta intercesión en lo que denominan "asunto colegios" –Febrer habría logrado hacerse con tres parcelas bien situadas a cambio de pagar una deuda del Ayuntamiento de 35 millones a diez colegios religiosos–, el "cuñado" –así anotaba Febrer los pagos a Corbín–, habría obtenido 150.000 euros, la mitad en efectivo y la otra mitad (más IVA), con facturas a su despacho.