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Tragedia en el Atlántico

El Gobierno niega que pueda acceder al 'Pitanxo' aunque sí participó en operaciones similares

Asegura que el buque 'Neptuno' no tiene capacidad técnica, si bien envió material para localizar el submarino 'ARA San Juan', hundido a casi 950 metros

Imágenes del “ARA San Juan”, en el que fallecieron 44 tripulantes.

El pesquero 'Villa de Pitanxo', de 50 metros de eslora por 10 de manga, es un grano de arena en medio del Atlántico. La señal de radiobaliza –se activa con la presión del agua y remite el posicionamiento vía satélite– permite disponer de la ubicación exacta donde se produjo el naufragio, que acabó con la vida de 21 de sus 24 tripulantes el pasado 15 de febrero. Es una garantía, la de la localización, que no existió tras el hundimiento del pesquero gallego 'Senefand Uno', por ejemplo, cuya radiobaliza no se accionó; se presumió entonces que el barco había quedado asentado a unos 600 metros de profundidad frente a la costa de Senegal, pero nunca se realizó ninguna prospección. No aparecieron los cuerpos de dos de los marineros, entre ellos el patrón, que quedó atrapado en el puente de mando.

Así que sí conocemos que el 'Pitanxo', de Grupo Nores, escoró fatalmente a unas 280 millas al este de Terranova (Canadá). No significa que sus restos estén, en el fondo, en perpendicular al punto de esa última señal, pero es una pista. Este hecho no ha servido para convencer al Gobierno de fletar una misión submarina que ayude no ya a localizar cadáveres, sino a averiguar si el estado del pesquero puede contribuir a la investigación del siniestro. El capitán, Juan Padín, encara un proceso judicial con 21 posibles delitos por homicidio imprudente y contra los derechos de los trabajadores.

La Armada dispone de un único buque de salvamento para la “búsqueda, detección, localización, reconocimiento y la intervención” sobre un objeto sumergido. Se trata del 'Neptuno', de casi 57 metros de eslora. Según ha apuntado el Gobierno por escrito –a una pregunta formulada por el diputado del BNG Néstor Rego–, no tiene capacidad para participar en una misión de estas características. “Cabe reseñar que las sondas donde se produjo el hundimiento del 'Villa de Pitanxo' exceden las capacidades de búsqueda e intervención subacuática del buque de la Armada Española BSR 'Neptuno'”, dice textualmente.

Ahora bien, y como figura en la propia página de la Armada, participó con material de salvamento en la operación de rescate del submarino argentino 'ARA San Juan', que explotó con 44 personas a bordo. Esta unidad militar fue localizada a 942 metros de profundidad; los datos disponibles del naufragio del 'Pitanxo' establecen que el pesquero está entre 900 y 1.000 metros. La participación en el caso del submarino argentino se materializó con tres POD, que son contenedores estancos utilizados para entregar al submarino siniestrado material de supervivencia para los tripulantes.

Este barco de la Armada, el 'Neptuno', figura además de la Oficina Internacional para el Rescate y Escape de Submarinos (Ismerlo, por sus siglas en inglés), lanzada en 2003 por la OTAN tras el desastre del submarino ruso 'Kursk'. Francia es uno de los países que la integran, y sí dispone de un robot sumergible (Remotely Operated Vehicle, ROV) capaz de bajar hasta 1.000 metros de profundidad, con cortadoras hidráulicas que le permitirían abrirse paso ante obstáculos como aparejos. El ROV se llama Ulisse.

En la misma página del Ismerlo figura el robot italiano 'Pegaso', especializado en inspecciones visuales y búsquedas, capaz de superar esos 1.000 metros de profundidad. Los medios técnicos de los demás países (EEUU, India, Suecia o Australia) permiten realizar operaciones hasta 600 metros.

En caso de que esa misión 'Pitanxo' se pusiera en marcha, sería necesario disponer de equipos con un magnetómetro o sonda lateral –como los que tienen los oceanográficos– para hacer barridos con señales multihaz. El 'Neptuno' cuenta con una sonda de barrido lateral Klein, marca que ha desarrollado equipos que permiten alcanzar los 3.000 metros de profundidad. En este buque de la Armada está instalado el modelo 3900, que apenas alcanza los 200 metros. Por tanto, habría que recurrir a dispositivos más potentes. Dado que el fondo del mar no es una superficie plana y diáfana, una sonda arrojaría distintos puntos de interés, que potencialmente podrían ser el barco, y que deberían descartarse uno por uno hasta dar con él.

A juicio de familiares de fallecidos –sobrevivieron el patrón, su sobrino y un marinero–, el estado del barco o de los aparejos puede dar información valiosa sobre los motivos por los que el mar engulló al 'Pitanxo'. Máxime habiendo dos versiones contrapuestas: el capitán defiende que el motor se apagó de forma súbita, y que eso propició la escora fatal y la vía masiva de agua; el superviviente Samuel Kwesi Koufie alega que falló la maquinilla de arrastre, probablemente por haber embarrado (enganchado) y que Padín no quiso cortar el aparejo.

Los datos técnicos del pesquero, como desgranó Faro de Vigo, dan la razón al marinero. El motor principal, un Wärtsilä diésel modelo 9L20, no se paró de repente, dejando al pesquero a merced de las olas, el viento y la tensión por popa del aparejo: estaba funcionando solo un minuto antes, cuanto menos, de que Padín accionara el botón 'distressed' de emergencia en el puente de mando.

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