Desde hace meses el PP estaba sumido en una guerra soterrada. Los entornos de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso mantenían un enfrentamiento que escapaba a toda lógica. El partido clamaba por un acuerdo que terminara con la sangría de votos que empezaba a detectarse, mientras la popularidad de la presidenta de la Comunidad de Madrid se mantenía intacta. El movimiento electoral del 4-M —“un fenómeno de masas imparable” como advertían en la Puerta del Sol— no ha dejado de crecer ni un solo día y este jueves se hizo notar en decenas de chats internos del partido tras estallar un conflicto que no tiene retorno posible.

Según ha podido saber El Periódico de España, alcaldes de municipios repartidos por toda España (de más de 20.000 habitantes) empezaron a prender la mecha contra la dirección nacional“No le pueden hacer esto a Ayuso. Queremos un congreso nacional extraordinario ya”, se podía leer en uno de los grupos de WhatsApp de regidores de todo el país. Chats de militantes y afiliados de distintas comunidades autónomas (y muy especialmente de Madrid) quedaron abrasados por mensajes de apoyo a la presidenta.

Distintos alcaldes de municipios grandes de la Comunidad reconocen que lo ocurrido es “un antes y un después” y que todas las miradas se dirigen al propio Casado. “Ya no es Teo. Es directamente Casado. Se han pasado todos los límites y la gente nos pide explicaciones. Nuestras bases, nuestros votantes están con ella”, coinciden distintos cargos destacados madrileños.

A las conversaciones de cuadros se unieron convocatorias espontáneas para concentrarse en la puerta de la sede de Génova. Hay otra manifestación prevista para el domingo con el único objetivo de dar muestras de respaldo a Ayuso. Mientras en el entorno más cercano de la presidenta afirmaban estar recibiendo ramos de flores de apoyo, en la puerta de Génova aparecía una gran corona funeraria con un mensaje que decía: “Pablo Casado. Siempre te recordaremos”. La anécdota se hizo viral y da muestra del sentimiento generalizado dentro del partido. 

“Estamos destrozados. Esto ya no lo recomponemos”. La reflexión se repite entre concejales, alcaldes, diputados y distintos dirigentes orgánicos y lleva a un mismo punto: el cisma salvaje al que ni los más veteranos encuentran comparación posible. Las acusaciones entre Ayuso y la dirección nacional han alcanzado cotas máximas. La presidenta de la Comunidad reprochó una actuación “cruel” contra ella y negó cualquier sombra de corrupción señalando con el dedo al propio Casado. Instó a la cúpula del partido a enseñar “pruebas” y asumió que el único objetivo del partido era desgastarla, desprestigiarla e impedirle presidir el PP de Madrid.

A pesar de que reconoció que su hermano, Tomás Díaz Ayuso, cobró una comisión “legal” tras haber mediado con una empresa para conseguir un contrato con la Comunidad de Madrid en los peores momentos de la pandemia, la presidenta madrileña aseguró haber conocido todas las informaciones por boca del propio Casado meses después en una reunión que mantuvieron en su despacho. Justo a continuación Teodoro García Egea, número dos del partido, devolvió la pelota al tejado de Ayuso asegurando que el pasado 20 de octubre se produjo un segundo encuentro en el que pidieron a la presidenta aportar todos los datos que tenía y, sobre todo, exigieron absoluta transparencia.

Génova insiste en que no han vuelto a tener noticias del caso y que por ese motivo pusieron en marcha los procedimientos previstos en los estatutos. Este jueves el partido abrió un expediente informativo a la presidenta por las acusaciones “casi delictivas” contra Casado y la formación se reserva emprender acciones legales.

En la Puerta del Sol dan a entender que en los pasados meses el PP ha estado presionando a Ayuso con el contrato relativo a su hermano para forzar que renunciara a la presidencia del PP madrileño. Después de las elecciones de Castilla y León (para las que ambas partes firmaron una especie de tregua, más endeble de lo previsible) todo ha vuelto a estallar.

En este momento las relaciones están completamente rotas y el partido contiene la respiración. A las campañas de apoyo públicas de los dos bandos se une la presión de la militancia y cargos de toda condición que afirman querer cambios radicales en la cúpula del partido. Alcaldes destacados reconocen también en privado que es “imposible” mantener a todos en su sitio. Apuntan a García Egea, aunque muchos ya hablan de que Casado “tiene los días contados”.

La única dimisión que se ha producido por el momento ha sido la de Ángel Carromero, ‘fontanero’ por excelencia de Génova, hombre de la total confianza de Casado y hasta ahora empleado en el Ayuntamiento de Madrid junto a José Luis Martínez-Almeida. El coordinador general de la Alcaldía en el Palacio de Cibeles dejó su cargo ayer por la tarde tras las informaciones de ‘El Confidencial’ que le señalan como responsable del supuesto espionaje al entorno de Ayuso (su hermano, su exmarido y su expareja). Hay dirigentes reconocidos como Cayetana Álvarez de Toledo que han pedido públicamente la dimisión de Casado como presidente.

En Génova niegan la posibilidad de esas dimisiones y se preparan para resistir mientras barones destacados como Alberto Núñez Feijóo afirmó ver “inaudito” e “imperdonable” un espionaje a la presidenta madrileña. El PP está roto por completo y las miradas se dirigen a la posible convocatoria de ese congreso extraordinario, aunque la dirección sigue señalando el calendario previsto: los cónclaves regionales en este primer semestre del año y en julio tocará el nacional.