El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, coincidirá con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, y con el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en la cumbre que reunirá este jueves y viernes en Bruselas a los líderes de la Unión Europea y de los países que integran la Unión Africana.

Tanto Marruecos como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) son miembros de la UA y por tanto sus líderes han sido invitados a participar. En el caso de Rabat, se reincorporó a este organismo en 2017 después de haber abandonado en 1984 lo que entonces era la Organización para la Unidad Africana (OUA) por la entrada de la RASD.

Esta será la primera vez que Sánchez coincida con Gali, detonante de la crisis diplomática aún abierta con Marruecos por su acogida en España por motivos humanitarios, así como con el nuevo primer ministro marroquí, elegido a raíz de las elecciones del pasado septiembre en el reino.

Fuentes gubernamentales han indicado que en el caso de Aziz Ajanuch ambos coincidirán en una de las mesas en las que se ha dividido la cumbre, en concreto la centrada en educación, cultura y temas migratorios, de la que el primer ministro marroquí será copresidente junto al mandatario de Benín mientras que por parte europea estarían los primeros ministros de Austria y Portugal.

Sánchez tiene previsto participar en esta mesa, que tendrá lugar el viernes por la mañana, por el interés particular que tiene para España la inmigración, mientras que el presidente del Gobierno será el encargado de copresidir junto a los mandatarios de Mauritania y Ghana una mesa el jueves bajo el título "paz, seguridad y gobernanza".

Por lo que se refiere a Gali, presidente de la RASD, esta es la segunda cumbre de este tipo a la que asiste, tras participar en la anterior, celebrada en Abiyán en 2017. En aquella ocasión, el líder del Polisario coincidió con el rey de Marruecos, que fue quien representó al reino en la cita.

¿Encuentros bilaterales?

Desde Moncloa han indicado que se está trabajando de cara a organizar algún encuentro bilateral entre Sánchez y alguno de los mandatarios africanos que acudan a esta cita, si bien no han querido precisar con cuáles se está discutiendo esta posibilidad.

Sánchez rompió con la tradición de elegir Marruecos como el primer destino de un viaje internacional tras su llegada a la Moncloa y hasta la fecha no se ha desplazado al país vecino. La cumbre bilateral prevista para diciembre de 2020 fue aplazada por la pandemia y aún sigue sin fecha.

La acogida de Gali por razones humanitarias para que fuera tratado contra la COVID-19 en un hospital de Logroño en abril pasado desató una grave crisis con Marruecos, molesto por el hecho de que no se le hubiera avisado de antemano como corresponde con un país socio y amigo. Rabat procedió a continuación a facilitar la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta el 17 y 18 de mayo y a llamar a consultas a su embajadora en Madrid, la cual aún no ha regresado.

La salida de Arancha González Laya, a la que Marruecos responsabiliza en gran medida de la crisis, del Ministerio de Asuntos Exteriores en julio y la llegada de José Manuel Albares trajo consigo nuevos esfuerzos para dar por superada la crisis, que Rabat reconoció que tenía como telón de fondo la negativa de España a reconocer como marroquí el Sáhara Occidental.

En estos meses, Albares ha hablado en varias ocasiones con su homólogo marroquí, Nasser Bourita, pero aún no han concretado un encuentro bilateral cara a cara. El ministro de Exteriores insiste en que la relación con el reino vecino es fluida y que ambos gobiernos están trabajando en pro de una "relación del siglo XXI", en línea con el deseo manifestado por Mohamed VI el pasado agosto y por Felipe VI posteriormente este enero.

Este mismo martes, el jefe de la diplomacia ha defendido que "tras una crisis muy profunda con Marruecos estamos construyendo una relación del siglo XXI". "Construir una relación sólida, tan rica y tan compleja, en el mejor sentido de la palabra", como la que hay con Marruecos, "requiere un tiempo y una tranquilidad que no son los tiempos mediáticos y de Twitter", ha incidido.

"Lo importante es el resultado final y que sea un resultado sólido y que evite futuras crisis", ha defendido el ministro, en línea con su mensaje de que superar el actual desencuentro con Marruecos aún llevará cierto tiempo.