La Mesa del Congreso ha decidido este martes, por mayoría, dar carpetazo a la polémica creada por el error en el voto que cometió el diputado del PP Alberto Casero y que a la postre sirvió para salvar la reforma laboral del Gobierno de Pedro Sánchez. Los tres representantes del PSOE y los otros tres de Unidas Podemos se han pronunciado en la sesión de la Mesa a favor del informe de los letrados y de la dirección informática de la Cámara, que negó la posibilidad de fallo técnico. Los dos integrantes del PP y el de Vox se han expresado en contra.

El Congreso de los Diputados ha clausurado esta controversia, que a partir de ahora seguirá en el Tribunal Constitucional, a donde el Partido Popular ha llevado un recurso de amparo porque cree que se produjeron una serie de anomalías que impidieron a Casero manifestar su voluntad. Cree que se han vulnerado sus derechos como diputado y exige el PP, por tanto, que se repita la votación. Que una votación se vuelva a celebrar por un error que los informes indican que fue humano no ha ocurrido nunca.

Tras la reunión de la Mesa, ya zanjada la cuestión, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha protagonizado una inusual comparecencia pública para rechazar las "descalificaciones" que han recibido estos días los profesionales de los servicios jurídicos que trabajan en la Cámara.

Ha destacado que su premisa es la imparcialidad, y por ello, ha dejado claro que los servicios jurídicos, así como todo el personal de la Cámara, cumplen sus funciones con "profesionalidad y honestidad". "No se puede desacreditar a los profesionales que desarrollan su trabajado con independencia", ha señalado.