Gonzalo Fraga, el inspector de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) que comenzó a investigar Tándem, ha sostenido este jueves ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga las primeras piezas de esta macrocausa que no tiene "ningún motivo" para "querer involucrar a nadie" en estos hechos, negando con ello las filias y fobias que, según José Manuel Villarejo, habrían alimentado este procedimiento en su contra con el trasfondo de la 'guerra de comisarios'.

Fraga ha comparecido como testigo en una nueva sesión del juicio por Land, Iron y Pintor, proyectos de espionaje que Villarejo habría realizado desde su grupo empresarial, CENYT, valiéndose de los medios policiales a su alcance, para clientes privados, y por los que se sienta en el banquillo junto a una treintena de acusados, incluido el ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), el también comisario Enrique García Castaño.

Precisamente, este jueves ha sido el turno de la defensa de García Castaño, ejercida por el abogado Aitor Martínez, que ha vuelto a poner sobre la mesa la tesis de que Tándem es el resultado de una "investigación prospectiva" que, de acuerdo con Villarejo, habrían orquestado Asuntos Internos y CNI por las denuncias formuladas por este último comisario sobre ambos organismos.

Así, Martínez ha preguntado a Fraga si era consciente de que el comisario Marcelino Martín Blas, el comisario que dirigió la UAI en los años en los que se desarrollaron Iron y Land -los dos proyectos por los que se acusa en este juicio a García Castaño-, tenía "animadversión" hacia el otrora responsable de la UCAO.

"Yo eso no lo sé, no conozco a nivel personal al señor Martín Blas, entonces no conozco estas cuestiones", ha respondido Fraga, añadiendo que con su entonces jefe tenía una relación "estrictamente profesional" que ha asegurado que le permitió investigarlo, una vez fue imputado en otra pieza de Tándem, con "absoluta" imparcialidad. "No he llegado ni a tomar café con él", ha ilustrado.

De la misma forma, ha negado que tuviera una "animadversión" personal hacia García Castaño que le llevara a dirigir las pesquisas en su contra. "Ninguna y, además, no lo conocía de nada, no lo había visto nunca", ha manifestado.

Sin embargo, el abogado ha llamado la atención sobre el hecho de que el exjefe de la UCAO aparece en los informes firmados por Fraga como 'El Gordo', el apelativo con el que era conocido en la Policía Nacional, en contraste con otros comisarios que se mencionan con su nombre y cargo. "Ese dato estoy seguro de que no es cierto", ha espetado el inspector, que ha aseverado que aludía a García Castaño con las mismas señas que a los demás, sin darle un trato "peyorativo".

"No tengo nada en contra del señor García Castaño (...) y no tengo ningún motivo para querer involucrarle ni a él ni a nadie, ni al señor Villarejo ni a ningún otro acusado", ha querido subrayar Fraga para finiquitar este asunto.

Quién era 'Big'

El testigo ha reaccionado de esta manera cuando Martínez le ha cuestionado si trató de "forzar" la implicación de García Castaño en Tándem basándose solo en una "mera" razón jerárquica, dado que algunos de los datos proporcionados a CENYT habrían salido de la UCAO.

En este punto, la defensa de García Castaño ha vuelto a plantear si es posible que 'Big', la persona que consta en las agendas personales de Villarejo y en varios documentos como fuente de esos datos de acceso restringido, fuera alguien distinto a García Castaño.

No obstante, Fraga ha reiterado que 'Big' aparecía en un archivo excel como conductor de coches comprados por CENYT cuyo tomador de seguro era García Castaño y su mujer e hija usuarias; que existen muchas conversaciones grabadas que Villarejo nombra con 'Big' donde el interlocutor es de forma "indubitada" el ex ex jefe de la UCAO; y que en las agendas "siempre" escribe el día 12 de mayo, cumpleaños de su colega, que debe felicitarlo.

Con todo, se ha mantenido firme en que "son muchos los datos que obran en el procedimiento que indican de forma muy clara que la UCAO es desde donde le llega la información a CENYT", si bien ha puntualizado que por "varias vías", una de las cuales sería la reflejada en una serie de 'emails' entre Constancio Riaño, entonces en esa unidad policial, y Antonio Bonilla, ex policía que colaboraba con CENYT, y otra por el nexo "Villarejo-García Castaño".

Sobre esto último, la relación personal entre Villarejo y García Castaño, el testigo ha descrito que, a juzgar por las charlas que mantenían, "tenían una relación por momentos muy buena y otras veces tenían encontronazos". A este respecto, ha confirmado a preguntas de Martínez que, si bien existen numerosos audios entre ambos de los años 2005 a 2007, en 2013 y 2014 --cuando se desarrollaron 'Iron' y 'Land'-- no han encontrado ninguno.

Un control judicial "más exahustivo"

Los interrogantes de Martínez también han ido destinados a cuestionar la cadena de custodia de todo lo hallado en las casas y oficinas de Villarejo y su socio Rafael Redondo durante los primeros registros de Tándem, en noviembre de 2013.

Fraga ha recalcado que, como jefe de la investigación policial, actuó en todo momento con miras a "mantener esa custodia escrupulosamente", tanto a la hora de recabar y inventariar el material incautado como a la de guardarlo bajo llave en un armario de seguridad y en una caja fuerte en la UAI hasta enviarlo todo a la AN. "Esa es la seguridad que tengo de que no se ha entregado al juzgado absolutamente nada que no tuviese origen en los registros", ha enfatizado.

Se ha detenido en particular, también a instancias de la defensa de García Castaño, en explicar por qué parte de los archivos informáticos decomisados fueron enviados al Centro Criptológico Nacional (CCN), dependiente del CNI, para que los descifrara.

El inspector ha señalado que el CCN no fue la primera opción, precisamente porque "Villarejo cuestionaba constantemente que todo era el CNI". Se intentó inicialmente con el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), dependiente del Ministerio de Economía, pero logró descifrar "poco", de modo que se acabó enviando al CCN, siempre por orden del juez instructor, ha resaltado.

En cualquier caso, ha usado la misma metáfora que emplearon con él los miembros de la Unidad Central de Ciberdelincuencia (UCC) para explicarle que el CCN solo podía dar con la contraseña que abría esos archivos pero no acceder a ellos. Es como una casa, "no le damos la casa, solo el 'hall', que pesa menos", para que puedan encontrar la "llave", ha repetido.

Fraga ha reivindicado una vez más la "objetividad" con la que se han dirigido estas pesquisas, destacando que ha habido "un control más exhaustivo" por parte del Juzgado Central de Instrucción Número 6 del que ha visto durante su carrera profesional en otras causas.

En la misma línea, ha enmarcado su trato con el Ministerio Público en la marcha habitual de cualquier procedimiento, comentando que de cara a este juicio ha suspendido reuniones agendadas con otros fiscales de otra pieza para no generar "suspicacias". "No he recibido instrucción, ni indicación, ni (me han dicho) cómo debo enfocar nada", ha resumido.