El líder del PP, Pablo Casado, ha telefoneado este miércoles al presidente del GobiernoPedro Sánchez, para preguntarle sobre la posición española ante el conflicto de Ucrania y pedirle que comparezca en el Congreso. El jefe de la oposición ha dado este paso después de lamentar que Sánchez no lo hubiera hecho pese a la gravedad de la situación. Sánchez, durante la conversación que duró 25 minutos, le ha explicado la posición que ayer martes fijó su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, de defensa de la legalidad internacional y de unidad tanto con la UE como con la OTAN para un diálogo "exigente" con Rusia. Además, le ha pedido que "deje de poner en duda la gestión de los fondos europeos" y que vote a favor o como mínimo se abstenga en la reforma laboral que el próximo 3 de febrero será debatida para su convalidación en la Cámara baja.

Casado se ha animado a llamarle después de escuchar a la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, por segundo día descartar de forma rotunda que el jefe del Ejecutivo fuera a informar directamente al dirigente del principal partido de la oposición. Si quiere hablar de Ucrania, ha afirmado esta mañana Rodríguez en TVE, que le llame él. Y eso es lo que ha hecho.

El PP respalda la posible participación de España en este conflicto internacional, en el que actuaría siempre en el marco de la OTAN, organización de la que forma parte. Y ese apoyo de los conservadores, en este caso, es clave para Sánchez, ya que es probable que, si necesita pedir al Congreso cualquier autorización de envío de tropas, sus socios de Unidas Podemos y el resto de aliados habituales (ERC, Bildu...) no le ayuden.

Según fuentes de la dirección de los populares, Casado le ha instado a que comparezca en el Congreso de los Diputados "en aras de la mayor transparencia en esta crisis". El grupo parlamentario popular formalizará la solicitud en las próximas horas. Esas fuentes también han explicado que el líder del PP ha subrayado a Sánchez "la importancia de la unidad de acción dentro del Gobierno, tal y como está sucediendo en el resto de países europeos". Con ello hilaba con la principal denuncia de los populares, que resta fuerza al Ejecutivo, en el exterior, las diferencias con Unidas Podemos, tensiones que se han mitigado en las últimas horas.

"Diálogo exigente con Rusia"

Tras el comunicado de Génova, contraatacó la Moncloa con otro comunicado. El presidente agradeció a Casado el "apoyo" del PP y le explicó que la posición del Gobierno "se basa en garantizar el principio de legalidad internacional, que pasa por respetar la integridad territorial de las naciones, como es el caso de Ucrania". Las herramientas "necesarias" son, le razonó, "la unidad en el seno la Unión Europea, así como la coordinación de la UE con la OTAN para garantizar un diálogo exigente con Rusia". La prioridad para el Ejecutivo es hacer uso de la "disuasión y la desescalada a través de la diplomacia".

Sánchez trasladó al líder del PP que su Gabinete mantendrá "puntualmente informados a los grupos parlamentarios" a través del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, "o del propio presidente si las circunstancias lo hicieran necesario". Es decir, que si la crisis se agrava será él quien tome las riendas en la rendición de cuentas. Él mismo lo dijo después en la Moncloa tras reunirse con la primera ministra finlandesa, Sanna Marin: conforme avance la crisis, que espera que sea "a mejor", está "abierto" a ir al hemiciclo, "cuando corresponda". Porque lo prioritario, cree, es mantener la política de diálogo, de la diplomacia, de la disuasión y de la unidad.

El presidente introdujo dos temas que le preocupan especialmente. Uno, la gestión de los fondos europeos, que el PP ha cuestionado en las últimas semanas y cuya limpieza defiende la Moncloa con uñas y dientes. Le demandó que "deje de poner en duda" su reparto. "El Gobierno entiende que la respuesta de la Comisión Europea debería ser suficiente y que la estrategia seguida hasta la fecha por el PP solo daña la imagen de España". La segunda cuestión es la reforma laboral. Le pidió el "voto favorable o la abstención", "para que el Parlamento respalde y convalide el acuerdo alcanzado entre los agentes económicos y sociales y el Gobierno" sobre la legislación del mercado de trabajo.

Casado, a su vez, le volvió a "tender la mano para la creación de una agencia independiente para la gestión de los fondos europeos", según fuentes de Génova. Sobre la reforma laboral, el líder del PP le transmitió "su alternativa que es la mochila austriaca, algo que defiende el Banco de España y en su día la propia Nadia Calviño", hoy vicepresidenta primera del Ejecutivo. No hay ninguna posibilidad de que el PP se mueva del no. La votación de la próxima semana puede ir muy justa si ERC y PNV, además de Bildu, se aferran al rechazo.

El de este miércoles es el primer contacto directo entre Sánchez y Casado desde el pasado mayo, cuando estalló la crisis migratoria en Ceuta. Pero no han mantenido ninguna reunión reciente y las relaciones entre ambos, además, son tensas. El presidente ha venido despachando las repetidas preguntas sobre las llamadas al jefe del PP insistiendo en que su Gobierno mantiene informados a los grupos en diversas cuestiones, y que lo que tiene que hacer la oposición es facilitar la renovación institucional pendiente. Ambos, no obstante, se cruzaron mensajes en redes sociales a raíz del positivo por covid de Casado, a principios de este enero.