El Gobierno pedirá a arquitectos, paisajistas y organizadores de exposiciones de todo el mundo ideas para obras en el Valle de los Caídos que lleven a la resignificación del monumento. Será mediante un concurso internacional de ideas que convocará el año próximo, según ha anunciado este martes el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, en una comparecencia en el Congreso.

Martínez ha contado esta iniciativa del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática ante la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja, cuando explicaba el destino que su departamento dará a 11,8 millones de dotación para 2022. La búsqueda de ideas para la resignificación del gran cementerio de la Guerra Civil, en el que reposan 34.000 cuerpos de combatientes y represaliados de ambos bandos, se enmarca en la aplicación de la futura Ley de Memoria Democrática, cuya aprobación en las Cortes está aún en trámite.

La iniciativa no pasa necesariamente, aclaran fuentes de la Secretaría de Estado, por la construcción de un edificio nuevo, aunque sí por la creación o habilitación de un recinto expositivo -en instalaciones nuevas o en las ya construidas por el franquismo- para albergar una explicación del significado del monumento y de su contexto histórico. Que habría en el futuro tal recinto ya lo había contado el secretario de Estado; que se recurrirá a un concurso internacional de ideas es una novedad. Las fuentes consultadas en el ministerio no descartan que en el futuro haya en el Valle un edificio nuevo obra de algún arquitecto de renombre internacional, si bien esa posibilidad "está por definir", apuntan.

Contar el nacionalcatolicismo

En septiembre pasado, Fernando Martínez aclaró a este diario qué entiende su departamento por resignificar el Valle de los Caídos: "Resignificar es explicar cómo se construye el Valle y quién lo construye y en qué momento, de dictadura totalitaria, por fuerza de trabajo penada republicana -respondió- .Y también explicar el significado, que no es otra cosa que la simbiosis de religión y política que supuso el nacionalcatolicismo".

Para esta segunda misión explicativa, en el ministerio creen necesario el mantenimiento de la gran cruz que preside todo el risco de Cuelgamuros, donde la dictadura construyó la basílica y la hospedería de frailes que todavía hoy rigen el monumento.

Entre las tareas de la didáctica del Valle estará una exposición permanente sobre la arquitectura de inspiración fascista en España y un estudio comparado de esta arquitectura con otras totalitarias en Europa.

Cinco exposiciones y una política francesa

Este pasado verano, técnicos de la secretaría de Memoria, el propio secretario de Estado y el ministro Félix Bolaños han dedicado tiempo al estudio de ideas sobre qué puede contar el Estado y cómo puede proceder a "un cambio de relato" en el más polémico de los monumentos de su patrimonio. Entre las líneas narrativas valoradas, además de ese estudio de la arquitectura de inspiración fascista, está también una exposición sobre la mano de obra penada republicana que atenuó condenas construyendo la cruz y la basílica y las empresas para las que trabajaron, otra sobre la iconografía mural y su significado, una más sobre la misión de los funcionarios albergados en el poblado del Valle y otra sobre cómo se llevó a cabo el acarreo de 34.000 cuerpos en 1958 y 1959, veinte años después de los combates y los asesinatos en los que quitaron la vida.

Para todas estas explicaciones, creen en la secretaría de Estado, es necesario uno o varios centros de interpretación, si bien algunas de estas líneas narrativas podrían hacerse accesibles en el Valle de los Caídos de forma virtual, en los móviles de los visitantes.

La política francesa de Memoria se orienta "a que no vuelvan a ocurrir los hechos traumáticos", explicó la ministra francesa a Félix Bolaños y Fernando Martínez

Entre los impulsos de estas iniciativas hay también una inspiración francesa. A finales de agosto, Bolaños y Martínez visitaron en Francia el Memorial de la Francia Combatiente, construido en recuerdo de la Resistencia Francesa en el fuerte de Mont Valérien, en los alrededores de París, lugar en el que los ocupantes nazis del país fusilaron a resistentes galos.

Arquería frontal y puerta de la Basílica del Valle de los Caídos. DAVID CASTRO

La visita se desarrolló de la mano de la ministra de Memoria y Combatientes Veteranos del gobierno francés, Geneviève Darrieussecq.La finalidad de la política de Memoria Histórica desarrollada sin interrupciones por los diversos inquilinos del Elíseo consiste en "que no vuelvan a ocurrir los hechos traumáticos", explicó la anfitriona a sus invitados españoles.

34.000 nombres en el mármol vizcaíno

En la primavera y verano de 2011, el entonces ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, también estudió ideas de un grupo de expertos españoles para la resignificación del Valle de los Caídos. Entre ellas, la posible instalación de un pebetero permanentemente encendido en la explanada que da entrada a la basílica, ante la escultura de 'La Piedad' y bajo las de los cuatro evangelistas de Juan de Ávalos.

También se valoró en ese momento, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, la posibilidad de inscribir los nombres de los 34.000 inhumados del Valle en las placas de mármol negro de Markina (Vizcaya) que cubren la pared de las dos galerías laterales de la puerta de la basílica.

Ese proyecto, en el que también pensaron los arquitectos de la obra franquista del Valle, Pedro Muguruza y Diego Méndez, no contaba entonces, ni cuenta ahora, con demasiadas posibilidades de llevarse a cabo, pues muchos de los cuerpos enterrados en el recinto monumental llegaron desde distintos puntos de España en cajas enviadas por los gobiernos civiles con la inscripción "desconocido".