El pasado verano, cuando Pedro Sánchez revolucionó el Gobierno, cambió el chasis del poder y fichó a Óscar López para dirigir su Gabinete en la Moncloa, en sustitución de Iván Redondo, corría un comentario, medio en broma, medio en serio. Faltaba apenas Antonio Hernando para completar el círculo. No sucedió entonces. Ahora sí. El presidente suma al exportavoz socialista en el Congreso para su proyecto y lo incorpora a su Gabinete. Justo como número dos de López.

El hueco lo ha abierto el rediseño de la ejecutiva, apoyado ayer domingo por el 94,94% de los delegados en el cierre del 40º Congreso Federal del PSOE. El secretario general eligió a Llanos Castellanos, exconsejera castellanomanchega, exdiputada autonómica en Madrid y expresidenta de Patrimonio Nacional, como secretaria de Justicia, Relaciones Institucionales y Función Pública de la nueva dirección socialista. Una de las áreas de mayor peso y para la que el líder quiere dedicación exclusiva. Esa convicción la dejaba fuera del Gobierno. Porque desde julio de 2021 ella era la directora adjunta de Gabinete. Es decir, la segunda de López en la Moncloa.

Antonio Hernando viene a ocupar ese espacio. Será, pues, el director adjunto de Gabinete, tal y como adelantó este lunes 'elDiario.es' y confirmó Sánchez en una entrevista en 'Hoy por hoy' (Cadena SER). De hecho, el Consejo de Ministros lo nombrará mañana martes. "Es un gran político y debemos tener a los mejores. Es reconocer las capacidades de cada uno", justificó el presidente. El líder socialista subrayó de Hernando que es un dirigente "con capacidad", como lo son, siguió, Patxi López —que sigue en su dirección—, Guillermo Fernández Vara, que asciende y tiene silla propia en la cúpula del partido, o como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sánchez se siente "muy orgulloso" de lo conseguido en estos seis años, con los "errores" que haya podido cometer, repitió, pues ha permitido el resurgir de la socialdemocracia.

Sánchez, López y Hernando trabajaron juntos en Ferraz cuando Zapatero era secretario general. Eran los hombres de Pepe Blanco en el aparato federal. Aquella etapa les unió en lo político y en lo personal. Después, López se convirtió en el secretario de Organización de Alfredo Pérez Rubalcaba (2012-2014). Cuando este dimitió tras la debacle en las europeas de 2014, en las que eclosionó Podemos, Sánchez aterrizó en el liderazgo del PSOE y nombró a Hernando como su portavoz parlamentario.

Hernando, discípulo de Rubalcaba y hábil estratega y comunicador, fue quien pilotó las negociaciones de investidura tras las elecciones de diciembre de 2015. Cerró el acuerdo insuficiente con Ciudadanos pero no con Unidas Podemos (entonces, Unidos Podemos), y España se condujo a la repetición electoral el 26 de junio de 2016. El PSOE firmó el peor resultado de su historia. El líder mantuvo a su lado a Hernando y a Óscar López —entonces portavoz en el Senado—, pero el desastre de las vascas y gallegas de septiembre de ese año precipitó su final. El trágico comité federal del 1 de octubre provocó el divorcio de los tres dirigentes. Hernando fue revalidado como portavoz parlamentario por la gestora y López dirigió la campaña del exlendakari Patxi López en las primarias, doble gesto que los sanchistas interpretaron como una traición al defenestrado secretario general.

Pero Sánchez ganó la contienda interna de manera incontestable. El 21 de mayo, cuando las urnas de los militantes certificaron la victoria del madrileño, Hernando presentó su dimisión y se acabó marchando de la política.