La evacuación de españoles y colabores de España en Afganistán cesó el pasado viernes 27 "al dejar de reunirse las mínimas condiciones de seguridad" y ahora "continuará por otras vías", ha asegurado este lunes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en el Congreso, pues "seguimos teniendo colaboradores de España en riesgo; no han podido salir todos". No obstante, "esas personas no se han quedado atrás porque la operación no está cerrada. Esas personas tienen que saber que el Gobierno de España sigue comprometido con ellos".

El titular de la cartera ha comparecido en una sesión extraordinaria de la Comisión de Exteriores de la cámara baja para explicar, entre otros asuntos, la gestión del rescate de personas amenazadas por el nuevo poder integrista en Afganistán, ante el que la política española no cambiará: "El Gobierno no se plantea, por supuesto, reconocer al régimen talibán", ha asegurado.

La retirada de las fuerzas norteamericanas del aeropuerto de Kabul "hizo inviable continuar con el operativo de esa manera", ha dicho para resumir la que considera "una de las evacuaciones más complejas que la comunidad internacional ha tenido que gestionar desde la crisis de Berlín de 1948, por la extrema dificultad de las condiciones en que se ha llevado a cabo, por el tiempo récord en que fue montada, pero sobre todo por su objetivo: nuestra consigna ha sido y sigue siendo en todo momento no dejar a nadie atrás".

En menos de diez años, la acción española en la provincia afgana de Baghdis elevó esa zona al segundo puesto en desarrollo de infraestructuras del país, ha recordado Albares agradeciendo "la extraordinaria labor de más de 25.000 miembros de las Fuerzas Armadas" desde 2001, que ha resumido así: "Construimos 160 kilómetros de carreteras, equipamos el primer hospital provincial, construimos siete clínicas rurales, una red de agua y saneamiento en la capital, tres institutos, uno de ellos femenino, y escuelas para 2.000 niños y niñas". Y se ha comprometido: "No podemos resignarnos a que todo esto sea un paréntesis en Afganistán".

Operativo

El 10 de agosto, según ha confirmado el titular de Exteriores, comenzaron las reuniones cotidianas de un comité técnico de trabajo interministerial para organizar la evacuación. "Los planes se aceleraron a partir del 14 de agosto cuando la situación sobre el terreno cambió drásticamente e imprevisiblemente", ha contado.

En esta parte de su intervención ante la Comisión de Exteriores del Congreso, el ministro ha dado a los diputados algunos detalles del operativo de la evacuación, como la forma de reunir a las personas susceptibles de salvamento. A los colaboradores afganos se les enviaba un mensaje de Whatsapp en el que figuraba un mapa con un punto de encuentro, una documentación provisional acreditativa e indicaciones en español, inglés y dari para llegar hasta las fuerzas españolas. Una vez en el aeropuerto de Kabul, los recién llegados gritaban "España" o enseñaban una bandera para ser reconocidos entre la multitud.

Hubo "un cuidadoso cribado de seguridad" de las personas rescatadas, un doble filtro de las personas que iban a ser evacuadas. Uno primero de carácter preventivo en Afganistán, a cargo del CNI y el Ministerio del Interior y con comprobación de la identidad por parte de los GEO in situ, en el aeropuerto, y otro adicional en la escala de Dubái, donde, tras ser comprobada de nuevo la identidad del refugiado, se le proporcionaban productos básicos.

Reproches

Todos los portavoces de la oposición presentes en la sesión han reprochado al ministro de Exteriores que no sea el presidente Pedro Sánchez quien compareciera para explicar el operativo de evacuación y cómo se llegó a él.

Especialmente incisiva y dura ha sido la intervención de la portavoz popular, Valentina Martínez Ferro, quien ha acusado al gobierno de "circunvalar la legalidad" con esta operación. "El cambio de misión de las tropas, que estaban en un trabajo de formación, a uno de rescate, requería la autorización de esta cámara", ha dicho al ministro.

A ese respecto, Albares ha contestado que el Gobierno se adaptó a las circunstancias y que, en todo caso, la operación "está bajo el mandato de una operación OTAN que se Resolute Support", y por tanto no requería trámite parlamentario.

La diputada popular ha acusado al Ejecutivo de "hacerse fotos" con la operación, y ha sentenciado: "Lo único que demuestra la vanagloria de este gobierno es la falta de respeto por esta cámara".

Iván Espinosa de los Monteros (Vox), que ha apuntado que los refugiados afganos deberían quedarse en países limítrofes "de similar cultura" y que ha sospechado que el Gobierno "colgará el cartel de Welcome Refugees" mientras otros países de Europa no lo hacen, el ministro ha recordado que el hub de Torrejón "no es un hub de acogida, es un hub de tránsito".

Embajador cesado y voluntario para quedarse

La figura del embajador de España en Afganistán Gabriel Ferrán, que coordinó en Kabul el operativo de evacuación, ha sido motivo de alusiones importantes del ministro Albares en su comparecencia ante la Comisión de Exteriores del Congreso, y también un motivo para la crítica del Partido Popular.

La portavoz del grupo popular en la comisión, Valentina Martínez Ferro, ha recordado que el embajador ya estaba cesado por el actual ministro al comienzo de la operación: "¿Por qué decidió el 3 de agosto el cese del embajador?", ha preguntado la diputada mostrando su extrañeza por que se fuera a cambiar al máximo representante de la legación española cuando ya llevaba la embajada semanas avisando del deterioro de la situación en el país y ante una operación de la envergadura de la que se avecinaba. "¿Es usted consciente de que la operación fue un éxito porque su decisión [de cese] no se ejecutó?".

El ministro Albares le ha contestado que la decisión de relevo fue muy anterior a la crisis. "El 8 de junio se pidió al gobierno afgano el plácet para el cambio de embajador, y llegó [el plácet] el 8 de julio", ha contado el titular de Exteriores.

El motivo del cese no ha sido otro -ha dicho Albares- que la necesidad de darle relevo en "uno de los destinos exteriores más duros". Según el ministro "alguien que es un extraordinario profesional merecía pasar a otro destino".

Sobre por qué se quedó Ferrán en Kabul, Albares ha contado que, cuando se deterioró de forma definitiva la situación en Afganistán, lo llamó. "Hablo con él por teléfono y le digo que debe seguir sobre el terreno. Y no dudó ni un minuto", ha contado.

Fuera de peligro

Se ha tratado de "una operación de evacuación inédita en la historia de España", para el rescate de 2.206 personas en 17 vuelos, once de España y seis del Servicio Exterior de la UE, ha resumido. En el contingente de evacuados está no solo todo el personal funcionario de la embajada española en Kabul, también "todo el personal subcontratado", ha confirmado. Entre los 2.206 hay "más de mil" colaboradores de las misiones militares españolas y sus familias, ha añadido.

Entre las personas evacuadas por España, hay casos de "riesgo específico", ha contado José Manuel Albares, entre ellos "cargos públicos, activistas y defensores de los derechos humanos.

El ministro ha citado los casos de Nilofar Bayat, deportista paralímipica, la primera alcaldesa de Afganistán o la que fue diputada más joven del parlamento afgano.

Derrota no prevista

Albares ha insistido en la versión de que "nadie preveía el hundimiento del gobierno afgano en cuestión de días". Según ha relatado, las previsiones de la comunidad internacional, "incluyendo la OTAN y las naciones unidas" era que "las autoridades afganas tenían la capacidad de resistir a los talibanes al menos durante meses".

Y ha citado como dato objetivo de apoyo para esa previsión que "el ejército afgano contaba con unos 300.000 efectivos y con el apoyo de una fuerza aérea con la que no contaban los talibanes. Frente a ellos, las fuerzas talibanes estaban estimadas en unos 75.000".

El ministro ha citado "fuentes de inteligencia" para contar que ni siquiera cuando se inició la ofensiva talibán se esperaba un derrumbamiento tan rápido de la capital. "Diversas fuentes indicaban a principios de agosto que la ofensiva talibán estaba perdiendo fuelle. Y el 11 de agosto, días antes de la caída de Kabul, fuentes norteamericanas todavía evaluaban la capacidad de resistencia en tres meses".

Avisar a los españoles

En este panorama, ha destacado el titular de Exteriores cómo "ya en mayo pasado el Gobierno español se activó ante el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses". Y comenzó al poco el envío de mensajes de advertencia sobre el deterioro de la situación a los miembros de la colonia española en el Afganistán, como adelantó El Periódico de Cataluña, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, culminando con una actualización el 5 de julio de las recomendaciones de viaje, con la que Exteriores se dedicó "a desaconsejar el desplazamiento en cualquier circunstancia".

Desde la embajada en Kabul "se avisó uno por uno a los miembros de la colonia española para aconsejarles que salieran del país o no retornaran si estaban fuera", ha contado Albares, para explicar por qué, cuando el derrumbe se hizo evidente, "únicamente quedaban en el país cinco españoles, aparte del personal española de la embajada".

Prestigio

A la hora de semblar la operación de rescate con una posición central de España con su hub en Torrejón y la acogida en las bases de uso conjunto de Rota y Morón, Albares ha citado las palabras "que dijo de una manera muy bella" la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, cuando aseguró, visitando la base de Torrejón, que esta acción de España "España ha ofrecido con esta iniciativa un ejemplo del alma de Europa".

El ministro ha dejado en su intervención muestras de un nuevo engrase en la interlocución con Estados Unidos, tras haber obtenido la acción española "el reconocimiento del presidente Biden, de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, el Departamento de Defensa ..." además de las conversaciones mantenidas entre Pedro Sánchez y Joe Biden y las suyas con el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken".