El juez ha dictado cárcel comunicada y sin fianza a un hombre, que tenía una orden de alejamiento de 200 metros de su mujer, por presuntamente haber matado en Cambrils (Tarragona) a su esposa el pasado 30 de julio tras una discusión.

Según el auto de prisión, el informe del Ministerio Fiscal apunta a los delitos de homicidio, maltrato en el ámbito familiar y quebrantamiento de condena.

Existen indicios que, tras una discusión por la tarde, "el investigado la habría agredido, mostrando el cadáver signos de sofocación, tal y como consta en el informe médico-forense de levantamiento del cadáver".

También lo muestra así "el informe médico-forense preliminar de investigación de la causa de la muerte", aunque no se ha podido "determinar con certeza que esa fue la causa de la muerte", por lo que se han pedido pruebas adicionales.

El juez tiene en cuenta que fue el detenido quien llamó al 112 y "ya sabía que estaba muerta dado que lo reitera en diversas ocasiones al médico que le ofrece asistencia telefónica".

El detenido negó "cualquier tipo de agresión hacia ella", aunque "no ha dado una explicación razonable de las lesiones que presentaba en su cara el día 30 de julio de 2021, siendo que según el mismo no había sufrido ninguna agresión por su parte".

A partir de ese momento, el detenido se acogió a su derecho a no declarar.

El auto relata que se produjo una primera discusión sobre las 11.30 de la mañana hasta el punto que la mujer le echó de casa a las 12 horas y, según varios testigos, el hombre estuvo a partir de entonces en un bar durante dos horas.

Si embargo, regresó sobre las 17.05 horas al piso para recoger ropa, comida y algunos enseres, pero volvieron a discutir y se fue otra vez, en esta ocasión a un cámping donde reside con su nueva pareja, a la que le contó la discusión.

"Extrañado" por no recibir ni llamadas ni mensajes de la mujer, regresó al domicilio sobre las 20 horas.

Media hora después, llamó al 112 y dijo al Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) que la había hallado en el salón "tendida en el suelo, muy fría, morada y sin reacción".

El detenido también declaró que, por la mañana, la víctima iba "fumada", que había bebido cervezas; que "ella iba a por él y que la tuvo que coger por los brazos parar repeler la agresión" y que se limitó a decirle que "le dejara tranquilo".

También negó que la mujer, "como solía hacer en otras ocasiones, pidiera auxilio o socorro".

Sin embargo, a las 17,18 horas, una vecina envió un whatsapp a su madre con el texto "la loca está gritando socorro" y, dos minutos después, otro con el mensaje: "ya está, se ha callado".

Según otro vecino, "sobre las 17.30 horas escuchó una especie de gemido y un golpe seco en el suelo como si algo cayera al suelo", por lo que el detenido había tenido "tiempo más que suficiente entre las 17.05 y las 17.30 horas de provocar la muerte a la fallecida".

Finalmente, decidió "transcurrir un tiempo suficiente" desde la muerte hasta llamar al 112 para que "el cuerpo ya estuviera frío, incluso los labios morados" para "demostrar" que ya estaba muerta cuando llegó.