El trasiego de ministros entrantes y salientes acapara siempre todos los focos en cualquier crisis de gobierno. Más aún si es una remodelación tan drástica como la acometida el pasado sábado por Pedro Sánchez. Pero la reestructuración alcanza también a una estructura fundamental, aquella sobre la que se sostiene directamente el presidente. Su Gabinete en la Moncloa. El jefe del Ejecutivo lo echó abajo al cesar, sorpresivamente, al que era su director, Iván Redondo, su asesor principal y primer secretario de Estado. Lo reemplazó por un veterano del PSOE, Óscar López. Tras su aterrizaje martes, el pasado martes, la Moncloa sigue en construcción, aunque ya se ha tomado la primera decisión: el nuevo número dos será Fran Martín Aguirre (Madrid, 1981).

Él será, por tanto, el secretario general de la Presidencia del Gobierno, el puesto que hasta ahora ocupaba Félix Bolaños, ascendido desde el lunes a ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Martín Aguirre es el sucesor natural, el esperable, y eso en sí mismo ya es un mensaje: la idea de continuidad y de coordinación a varias bandas.

El nombramiento de Martín, que se formalizará en el Consejo de Ministros del próximo martes —junto con el del nuevo secretario de Estado de Comunicación, el exdiputado del PSC, Francesc Vallès—, es una propuesta de Óscar López y adoptada de consenso con Bolaños. "Se van a entender muy bien y hay muy buen 'feeling' entre ellos", señalan desde del entorno del nuevo director de Gabinete de Sánchez. López es un hombre de la casa, del PSOE de toda la vida. Un perfil radicalmente distinto al de Redondo, consultor político que antes había trabajado para el PP y que nunca acabó de encajar con el partido. Y el actual ministro de la Presidencia es también un pata negra del partido, cuyo poder e influencia, en el Ejecutivo y en el PSOE, es creciente.

Martín fue director del Gabinete Técnico de Bolaños en el primer Gobierno de Sánchez. Con la llegada de Unidas Podemos, el dirigente madrileño subió un peldaño: se convirtió en director del Departamento de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental de la Presidencia del Gobierno. Ahora da un paso adelante, al heredar el cargo de su antiguo jefe.

La puesta en marcha de Bancal de Rosas

Con la promoción de Martín —cuya designación fue adelantada por 'El País' y confirmada por 'El Periódico', diario del grupo Prensa Ibérica—, Sánchez se asegura, de entrada, una mejor coordinación del corazón del Ejecutivo. La conexión es a varias bandas. Por un lado, de López con Martín, de quien dependerá toda la estructura administrativa de la Moncloa. En la etapa anterior, la relación de Redondo con Bolaños, fértil en los primeros tiempos, se fue resquebrajando. Por otro, de López con el Ministerio de la Presidencia, un eslabón que se había perdido, ya que el 'supergurú' de Sánchez y Carmen Calvo, la vicepresidenta primera, se hallaban enfrentados, y sus tensiones eran muy visibles, más aún en los últimos tiempos. Y también se espera que esté más engrasada la conexión con la Secretaría de Estado de Comunicación. Su todavía titular, Miguel Ángel Oliver, periodista procedente de Mediaset y de la SER, era tutelado por Redondo, ya que este conducía la estrategia. López y Francesc Vallès son políticos, que ya han trabajado juntos en anteriores etapas y que se conocen de sobra. Y esa es otra clave de la actual remodelación: el presidente ha querido reforzar el peso político de su Gobierno, también el de su equipo en la Moncloa.

Félix Bolaños, durante la exhumación de Franco en 2019. REUTERS

Así, la elección de Martín pretende expresar la continuidad en las labores operativas del complejo presidencial. De la Secretaría General dependían, desde 2020, la dirección de Protocolo, la de Seguridad y la unidad de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental. Es un puesto clave, junto con la Dirección de Gabinete, encomendada a López. El perfil de Martín, profesionalmente, sí es distinto al de Bolaños. Este es jurista, letrado del Banco de España. El nuevo secretario general de la Presidencia, en cambio, es ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid y MBA en Comercio Internacional. Eso sí, los dos han estado desde siempre muy conectados con Sánchez y los tres militan en la federación madrileña. Martín se encargó de poner en marcha Bancal de Rosas, la plataforma de 'crowdfunding' que sirvió al hoy jefe del Ejecutivo para recaudar financiación para su campaña interna frente a Susana Díaz y Patxi López. La lluvia de dinero que consiguió recabar Sánchez desde su lanzamiento era uno de los indicativos de que la llama de la reconquista de Ferraz había prendido por las bases, como así fue. Tras la victoria en las primarias y el 39º Congreso, de 2017, Martín fue nombrado director de Administración y Finanzas del PSOE, hasta que Bolaños le nombró jefe de su Gabinete Técnico en 2018.

El actual ministro de la Presidencia tiene a su equipo de confianza repartido entre su departamento y la Moncloa. Martín se queda en el complejo presidencial, pero su director de Gabinete desde 2020, el murciano Rafa Oñate, ahora ha saltado a su ministerio. También como director de Gabinete.

Óscar López tiene pendiente aún el rediseño completo de la Moncloa. Tardará aún unos días en hacer el replanteamiento, cuentan en su equipo. La principal duda es qué pasará con el que era número dos de Redondo, su director adjunto de Gabinete, el sevillano Paco Salazar. Este era un hombre de su total confianza, que se había distanciado del partido, a diferencia de Bolaños. López no ha tomado una decisión. Por lo pronto, ha ocupado el vacío más urgente por cubrir: la vacante dejada por Bolaños en la Secretaría General de la Presidencia. Además, ha nombrado como su directora de Gabinete a la periodista Sonia Sánchez, que era su directora de Comunicación, Marca y Sostenibilidad en Paradores, empresa pública dependiente del Ministerio de Industria que él dirigía desde 2018 hasta que el presidente le llamó para sustituir a Redondo.

La influencia de Bolaños también alcanza al partido. Tras el debacle de las elecciones madrileñas del 4-M y la dimisión del secretario general del PSOE-M, José Manuel Franco, Sánchez nombró una gestora para dirigir la federación. La cúpula interina está presidida por la diputada Isaura Leal, miembro de su ejecutiva federal, y el número dos, con la responsabilidad de Organización a sus espaldas, es, precisamente, Fran Martín.

El dirigente madrileño, casado y padre de dos hijos y una hija, ha sido miembro del consejo de administración de Paradores de Turismo (2018-2020), jefe de actuación en el proyecto de reconstrucción civil de la provincia de Badghis (Afganistán) con Tragsa-Aecid (2021) y jefe de Gabinete de la Presidencia del Grupo Tragsa (2011). Martín asciende a un puesto de primer nivel en el Gobierno, y por su despacho pasarán los asuntos más sensibles, en coordinación con el ministerio que pilota su antiguo jefe y con López.