"No creo que me haga daño, hace mucho que no me lastima". Estas fueron las últimas palabras que Katia, asesinada el pasado fin de semana a manos de su pareja sentimental en Zaragoza, escribió al padre de su verdugo, quien le había pedido que no fuera a la casa de Rubén Calvo Ropero. Una conversación analizada por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y que forma parte del sumario entregado ayer al juez instructor.

Pero, ¿por qué Katia fue a casa de su asesino si había una orden de alejamiento vigente? La respuesta la da la propia fallecida en los mensajes de WhatsApp enviado a su suegro, a quien le dice que acude para ayudarle a dejar las drogas. Fue cuando creía que se le habían pasado los efectos, puesto que había sido advertida de las "paranoias" que había tenido Rubén Calvo. Antes de terminar de hablar, el hombre le dijo a la joven nicaragüense que trabajaba cuidando a una anciana que "no le deje dinero porque cada vez que tiene lo celebra con droga".

Una presencia de la mujer en el número 31 de la calle Leopoldo Romeo del barrio de Las Fuentes era esporádica, puesto que tenía un espacio reservado en un armario. De hecho, los agentes que realizaron la inspección de la vivienda observaron una "maleta de viaje" con ropa de mujer que pudo haberse llevado Katia para ese fin de semana.

Pero el atestado al que tuvo acceso EL PERIÓDICO también deja patente la extrema violencia empleada en el asesinato de la mujer que sufrió múltiples cuchilladas por todo el cuerpo, varias de ellas en las manos, lo que indica que trató de defenderse. Pero no podía ir muy lejos, tal y como destacan los investigadores que no dudan en señalar que sufrió "una auténtica encerrona que hacía imposible cualquier acto ofensivo o de fuga de la finada" tanto por las pequeñas dimensiones de la estancia como por la "acción del detenido" cuyas puñaladas afectaron a varios órganos vitales.

Otro de los vestigios que resalta el Grupo de Homicidios en su atestado es la gran cantidad de cuchillos que fueron hallados en la escena del crimen y en las proximidades. Una vez retirado el cadáver, encontraron bajo la cama, en el suelo, un cuchillo tipo jamonero con restos de sangre que fue recogido para analizarlo.

Pero no fue el único, ya que entre las sábanas de la cama estaba un cuchillo de unos 8 centímetros de hoja. Estos fueron los únicos que estaban en buen estado porque destacan los agentes que observaron que uno tenía partida la hoja y que otros dos estaban doblados.

Auxilio

La agresión alarmó al vecindario, que no dudó en llamar al 112 SOS Aragón para avisar de que algo estaba ocurriendo. Una de las residentes del edificio testificó ante la Policía que escuchó "gritos desgarradores" de una mujer pidiendo auxilio y golpes en el suelo. También oyó lloros que duraron alrededor de una hora, haciéndose el silencio de repente. Posteriormente oyeron a Rubén Calvo Ropero cómo insultaba a la víctima y que incluso culpaba de lo sucedido a ella.

Lo que pasó después fue que el asesino salió al balcón para lanzarse desde el quinto piso, que es lo que acabó haciendo. Los agentes le pidieron que se introdujera y él les contestó: «Sí que me voy a meter sí, que me caerán 30 años, me cortarán la polla, llamad a mi padre». Antes de precipitarse espetó: "Decirle a mi padre que le quiero".

El joven de 31 años, al que le constan 24 detenciones, varias de ellas por violencia de género y quebrantamiento de órdenes de alejamiento, fue estabilizado y trasladado al hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde permanece ingresado en la uci con un fuerte trauma craneal. 

Cuando reciba el alta tendrá que ingresar en prisión

El magistrado titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza realizó una vista en la que la Fiscalía solicitó el internamiento en la cárcel como medida cautelar como supuesto autor de un delito de asesinato y quebrantamiento de condena y la defensa, ejercida por la abogada Carmen Sánchez Herrero, se opuso.

Esta decisión conllevará el inmediato ingreso en la cárcel del sospechoso cuando reciba el alta, momento en el que se le citará para tomarle declaración. La abogada mantiene que es un paciente al que se le diagnosticó esquizofrenia. En el auto de ingreso en prisión, el magistrado señaló que hay "bastantes indicios de criminalidad" contra el acusado, destacando que en el interior de la vivienda estaba la víctima y su asesino, que existen una serie de mensajes entre el padre de Rubén Calvo intercambió una serie de mensajes con Katia quien le dijo que iba a ir a la casa y que tras matar a la joven de 35 años trató de suicidarse tirándose desde un quinto piso.

Calificó también de "contundente" la forma en la que fue apuñalada con un cuchillo de la propia vivienda y señala que la situación mental de Rubén Calvo era "cuanto menos de alteración" y que el progenitor del joven de 31 años se lo advirtió a la fallecida.