La lucha contra los desahucios fue una de las grandes batallas del 15-M. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), nacida en 2009, tomó fuerza con los indignados y miles de personas en situaciones de vulnerabilidad se organizaron en barrios y municipios para evitar lanzamientos y exigir soluciones al Gobierno.

Entre sus demandas, constaba la expropiación de viviendas en stock que no se vendían para colocarlas en el mercado de alquiler social, ayudas a los jóvenes para independizarse y la dación en pago para cancelar hipotecas.

En las plazas del 15-M empezó una recogida de firmas -que recabó hasta 1,4 millones de avales- para impulsar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que detuviera los procesos de ejecución hipotecaria y promoviera la dación en pago con efectos retroactivos.

El PP, sin embargo, acabó diluyendo la propuesta una vez tramitada y la PAH desdeñó el texto porque «vulneraba el espíritu» de la iniciativa original.

Catalunya sí alumbró la ley 24/2015, vía ILP contra los desahucios y la pobreza energética, para frenar los lanzamientos y los cortes por impago a favor de medidas que promovieran el alquiler social. Aunque el Tribunal Constitucional la suspendió a instancias del PP en 2016, se terminó aplicando tras varias modificaciones.

La vivienda

La PAH, el Sindicato de Inquilinos y los Sindicatos de Vivienda exigen ahora una nueva ley para acabar con la emergencia habitacional, agravada por el impacto del covid, con el fin de regular el precio de los alquileres, frenar los desahucios y obligar a los grandes propietarios a ofrecer alquiler social a familias en situación de vulnerabilidad.

Colau, la protagonista

Ada Colau fue la cara más visible de aquella lucha. Como portavoz de la PAH, acaparó todos los focos cuando intervino en el Congreso en 2013 para exponer la crisis de la vivienda en España.

Un año después, decidió dar el salto a la política institucional con la coalición electoral Barcelona en Comú. Logró una histórica victoria en las municipales de 2015 con el 25,21% de los votos y recogió por primera vez la vara de mando del ayuntamiento.

En el 2019, pese a recabar menos papeletas (20,71%) consiguió desbancar a ERC –ganador de los comicios con el 21,35% de los votos– con el apoyo del PSC y los votos del partido del exprimer ministro francés, Manuel Valls.