Un nuevo informe de la autopsia apunta a la vacuna como posible causa de la muerte de la profesora de Marbella que falleció el pasado 16 de marzo, dos semanas después de que le administraran la primera dosis de AstraZeneca.

Según ha adelantado este viernes el diario 'Sur' y ha confirmado la viceconsejera andaluza de Salud, Catalina García, el nuevo informe contradice el resultado provisional de la autopsia, plasmado en un informe preliminar en el que se indicaba que no se habían hallado vínculos entre la muerte y la administración de la vacuna.

Ese primer informe se remitió al Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, que se hizo cargo de la investigación judicial tras recibir un escrito de la familia de la profesora en el que pedía que se realizara una autopsia para aclarar qué le había pasado.

En los últimos días, el servicio de Anatomía Patológica ha recibido los resultados de las pruebas complementarias a la autopsia, y los especialistas sugieren que el cuadro que presentó la profesora puede guardar relación con la vacuna de AstraZeneca y han remitido un nuevo informe al juzgado.

En declaraciones a los periodistas en Villacarrillo (Jaén), la viceconsejera de Salud ha recordado que el primer informe señalaba que la profesora murió por un "derrame cerebral a causa del aneurisma" y "no establecía causa-efecto con la vacunación".

El informe definitivo, ha señalado García, señala que la causa de la muerte sigue siendo la misma, pero que hay "una posible causalidad con algunos efectos descritos en los últimos escritos científicos" sobre la vacuna.

"Eso tendrán que analizarlo farmacovigilancia y la Agencia Española del Medicamento, que es adonde se derivan todos los informes", ha añadido.

La historia clínica de la docente, el estudio de muestras al microscopio y los análisis realizados descartan la presencia de enfermedades previas que predispusieran a la mujer a sufrir un trombo, señala el diario 'Sur'.

Al parecer, el episodio sufrido por la profesora podría encajar con el conocido como VIPIT, término acuñado recientemente por un grupo de hematólogos alemanes para definir el síndrome de trombocitopenia protrombótica inmune inducida por la vacuna, una reacción adversa muy excepcional.

La profesora, de 43 años y madre de dos hijos, falleció el pasado 16 de marzo tras haber acudido hasta en tres ocasiones al hospital por malestar general después de que le inocularan la vacuna.

La viceconsejera de Salud ha transmitido un mensaje de " tranquilidad", ya que la posibilidad de que una persona que se contagie del virus sufra un episodio tromboembólico es del 16,5 %, mientras en una persona que se vacune con AstraZeneca es del 0,00034 %.