La militancia de la CUP ha aceptado epreacuerdo alcanzado con Esquerra para facilitar la investidura de Pere Aragonès como 'president' de la Generalitat, por lo que apoyarán al postulante republicano en la primera vuelta que se celebra este viernes. Con este resultado, anticapitalistas y republicanos elevan la presión a Junts, que todavía no ha certificado cuáles son sus intenciones.

Los 1.401 militantes inscritos para poder votar en el proceso interno avalan con suspicacias el documento, porque consideran que no es suficiente y que hay una falta de concreción de las medidas pactadas, al tiempo que opinan que la CUP no debe brindar a Esquerra una estabilidad de dos años y dar un margen similar a la mesa de diálogo. Pese a esto, sus nueve diputados votarán a favor de que Aragonès sea el próximo jefe de la Generalitat porque así lo ha decidido el 59,31% de los inscritos en la pregunta fundamental que interrogaba sobre bendecir o no el preacuerdo.

Los representantes ‘cupaires’ han comparecido desde el Parlament para dar a conocer los resultados de su debate interno, pero esta tarde se reunirá la coordinadora abierta parlamentaria para pulir cuál es su posicionamiento de cara al debate de investidura convocado para este viernes a las 10 horas en el auditorio de la Cámara catalana. "Este acuerdo no tiene la profundidad para hacer frente a los retos. Queríamos ir más allá, pero con la fuerza que tenemos, hemos llegado a este acuerdo, que la mayoría de la militancia ha avalado", ha opinado la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant.

La portavoz de ERCMarta Vilalta, apuntó que se trata de un buen acuerdo "en lo social y en lo nacional" y que supone "un punto de partida". "Esto no se acaba aquí, seguiremos trabajando para mejorar un pacto que establece las bases para realizar un plan de gobierno", aseveró. La número 2 extramuros aprovechó, asimismo, la ocasión para, tras el 'sí' de la CUP, redoblar la presión a Junts, traspasándole toda la responsabilidad de que haya, mañana, un nuevo 'president'. "Aun estamos a tiempo", sancionó.

Con todo, ambas delegaciones, la de ERC y la de JxCat, no se han comunicado desde el miércoles por la tarde, cuando los republicanos transmitieron una propuesta de modificación del funcionamiento del Consell per la República, uno de los focos de debate.

Dos años de margen

Fuentes de la CUP, por su parte, sostienen que entre los puntos débiles hay algunas "renuncias" en materia de vivienda y de orden público, aunque lo genera más controversia es que contempla apuntalar durante dos años el futuro Govern.

"Este acuerdo no tiene la profundidad para hacer frente a los retos. Queríamos ir más allá, pero con la fuerza que tenemos, hemos llegado a este acuerdo, que la mayoría de la militancia ha avalado", ha insistido Reguant.

A la espera de Junts

Aragonès cuenta por ahora con el apoyo 'cupero', pero todavía le falta el plácet de los 32 diputados de Junts, que dudan sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo para facilitar la investidura este viernes. Este margen de tiempo también ofrece a la CUP la capacidad de seguir negociando para "mejorar" el preacuerdo, atendiendo a las demandas que parte de la militancia presentó en las asambleas abiertas parlamentarias. Ahora bien, si ERC y Junts rebajan lo pactado, los anticapitalistas no descartan retirar su apoyo al presidenciable. De hecho, fuentes del partido afirman que estarán muy atentos a las conversaciones entre los actuales socios en el Govern para que su preacuerdo no se vea afectado.

“No entenderíamos que Junts no compartiese que este país necesita unos mínimos para vivir y, por lo tanto, una renta básica o una banca pública”, ha insistido Reguant, y ha asegurado que los posconvergentes “hoy y ahora tienen la responsabilidad de sumarse a este acuerdo si se quiere poner al servicio del país”.

La coordinadora abierta parlamentaria de la CUP -que configuran las 11 organizaciones de la candidatura parlamentaria- se reunirá esta tarde para pulir cuál es su posicionamiento de cara al debate de investidura convocado para este viernes a las 10 horas en el auditorio de la Cámara catalana. En este espacio también abrirán otra de las carpetas pendientes: su entrada o no en el futuro Govern. Pese a que para la CUP no es una urgencia tener este debate, sí ha aparecido en el debate interno anticapitalista, por lo que fuentes de la formación apuntan que se tendrá que discutir con la militancia. Todavía no hay un calendario fijado para ello, dependerá del avance de las negociaciones entre republicanos y posconvergentes, así como de la urgencia que tengan organizaciones que apuestan por ello, como Poble Lliure.