La actual dirección del PP busca que el peor resultado de su historia en Cataluña no dañe a su líder, Pablo Casado, ni al proyecto a nivel nacional y ha culpado del golpe a la abstención y a su adversario, Pedro Sánchez, al que acusan de "juego sucio" y de dar alas al separatismo.

A un día del Comité Ejecutivo del PP, los dirigentes del partido han tratado de restar importancia al adelanto sin precedentes de Vox y a su incapacidad para sumar apoyos procedentes de Cs, con una máxima: el resultado de estas autonómicas no es extrapolable al conjunto de España.

Argumentan que no es la primera vez que ven como un competidor en la derecha les adelanta, ya lo sufrieron con Cs y el PP quedó por delante en el Congreso; también le ha ocurrido al PSOE, adelantado por Podemos o por el BNG en comicios autonómicos y locales y no ha entrado en "crisis".

Defiende el equipo de Casado que la estrategia del PP es la correcta y que el partido no cambiará la apuesta por la moderación y el centro con la que escenificó su distanciamiento con Vox.

Las expectativas electorales del PP se hundieron a la mitad a causa del caso Bárcenas y la culpa, acusan, es del Gobierno de Pedro Sánchez por el "pacto" que sostienen que existe entre la Fiscalía y el extesorero del PP, un acuerdo que el Ministerio Fiscal ha negado.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, hizo este domingo estas aseveraciones en la noche electoral y este martes han repetido el mensaje el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, y los portavoces del PP en el Congreso y en el Senado, Cuca Gamarra y Javier Maroto.

La factura es en todo caso común. "Todo el PP, todo, se ha comprometido en estas elecciones, todos nos hemos volcado en apoyar a nuestro candidato", ha apuntado Montesinos.

El PP evaluará este martes lo ocurrido, pero en Génova 13 desdeñan la posibilidad de que el resultado derive en una crisis interna.

Por el momento, la mayoría de los presidentes autonómicos del PP no se ha pronunciado en público y ha declinado hacerlo en privado, con una excepción: el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo ha mostrado su respaldo a Casado, aunque ha llamado a examinar las causas del retroceso.

A juicio de Feijóo, Casado es tan responsable del "descalabro" en Cataluña como Pedro Sánchez de la posición del PSdeG en Galicia.

"Son elecciones distintas, no extrapolables y la responsabilidad del presidente nacional de un partido tiene que ser siempre una responsabilidad medida y distante", ha afirmado el presidente de la Xunta en rueda de prensa tras aseverar que: "Aquí todos somos el PP".

Se ha alineado el dirigente gallego con el candidato del PPC, Alejandro Fernández y ha defendido una oposición sin "descalificativos", no ha aludido al caso Bárcenas y de Vox ha dicho, sin nombrarlo, que se siente satisfecho de que en Galicia no haya "determinados partidos".

En el entorno de otro de los pesos pesados del partido, el de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, también desvinculan el escenario catalán del resto de España.

En el PP no hay clima para cuestionar a Casado y menos por las elecciones catalanas porque mientras que Ciudadanos ha desaparecido, el PP ha mantenido su base en una región donde nunca se logran buenos resultados, señalan a Efe fuentes próximas a la presidenta madrileña.

El impacto del 14-F a a nivel nacional podrá observarse sin embargo en los próximos días, pues el líder de Vox, Santiago Abascal buscará disputarle a Casado la legitimidad como líder de la oposición.