Un año y una semana. El corto mandato del general Miguel Ángel Villarroya le convierte en el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) más breve desde que en 1984 se creó este cargo, pero también en el más mediático por haber sacado por primera vez a sus militares a las calles para luchar contra una pandemia.

La dimisión este sábado de Villarroya tras saberse que ya se ha vacunado de la COVID es un duro golpe para la ministra Margarita Robles, que tenía a este general del Aire de 63 años en su círculo de máxima confianza y con el que ha gestionado mano a mano la operación Balmis contra el virus.

Antes de que el primer Consejo de Ministros del Gobierno de Pedro Sánchez decretara su nombramiento en 15 de enero de 2020, Villarroya había sido su mano derecha como director de su Gabinete Técnico, cargo que venía ejerciendo, con su antecesora María Dolores de Cospedal, desde abril de 2017.

Nacido en la localidad tarraconense de La Galera, casado y con dos hijos, este general del Ejército del Aire se ha caracterizado por ser un militar serio y discreto, y quedará en la historia como el primer JEMAD que tuvo que encargarse de una operación militar con un virus como enemigo.

En su toma de posesión dos días después de ser nombrado, lo primero que hizo Villarroya fue expresar su lealtad al Rey y prometió trabajar para que el pueblo español se sintiera "orgulloso de sus Fuerzas Armadas, un motivo que hoy ha alegado para presentar su dimisión a Robles.

Ha decidido dimitir, según ha informado en una nota, para no perjudicar la imagen de los ejércitos, pero lo ha hecho "con la conciencia tranquila" respecto a su vacunación.

La administración de la primera dosis de la vacuna de la Covid-19 a generales del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), siguiendo un procedimiento que este organismo defiende al haberse producido, dice, por edad y después de los dos grupos de riesgo más importantes (sanitarios y militares en misiones), ha hecho caer a uno de los pilares de Robles en Defensa.

A pesar de su buena relación, la ministra se mostró dispuesta a exigir responsabilidades desde que este viernes se conoció la noticia, destacando que en su ministerio no se ha vacunado nadie. Ella tampoco, y no lo hará hasta que le toque el turno por edad, asegura su entorno.

La dimisión de Villarroya se ha perfilado este sábado inevitable una vez que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha destituido al guardia civil de enlace en el EMAD, también vacunado.

Villarroya acaba su carrera después de estar al frente de los ejércitos en un difícil año marcado por la pandemia, que llevó a los militares a salir por primera vez a las calles en democracia dentro de la operación Balmis primero y de la misión Baluarte, ahora.

Ha sido así el JEMAD con más visibilidad, compareciendo en las ruedas de prensa que durante los meses del estado de alarma daba diariamente el Gobierno, en las que se caracterizó por sus arengas a los españoles.

"En esta guerra irregular o rara que nos ha tocado luchar, todos somos soldados", dijo en una ocasión, para destacar en otra que para las Fuerzas Armadas "todos los días son lunes".

De la cumbre mediática y militar, Villarroya pasa ahora a la reserva hasta que llegue a la edad de jubilación, cuando adquirirá la condición de retirado.

Lo hace tras más de 40 años en el Ejército, en una carrera que inició, tras el periodo de formación en la Academia General del Aire, en 1981, cuando fue destinado al Ala 31 de transporte aéreo.

En 1996 pasó al Cuartel General del Mando Operativo Aéreo y en 2000 al Grupo 45, el que se encarga de los aviones Falcon y Airbus que transportan al rey, a los miembros del Gobierno y de las Fuerzas Armadas en sus viajes. Llegó a la jefatura del grupo cinco años después.

En 2011 fue promovido a general de brigada destinado al Estado Mayor del Ejército del Aire, un año después se marchó al Reino Unido como director adjunto de la de la Fuerza Aérea Europea y en 2014 ascendió a general de división, de vuelta en Madrid.

Su siguiente destino fue al cargo del Mando Aéreo de Canarias, donde estuvo de 2015 a 2017, cuando ascendió a teniente general y Cospedal le fichó como su director de Gabinete Técnico.

En ese cargo estuvo tres años, también con Robles, quien ahora ha tenido que prescindir de él por una vacuna que se le aplicó sin pretender, ha dicho el ya exJEMAD, "aprovecharse de privilegios".