Una pareja de les Alqueries lleva desde octubre del 2020 esperando que el Registro Civil de Nules resuelva la inscripción de su bebé, un trámite paralizado porque Lorena, la madre, víctima de violencia de género y legalmente casada con su expareja (en prisión hasta esta misma semana), lleva dos años a la espera de la celebración de un juicio que resuelva su divorcio. La última fecha que le han dado es para marzo.

El lunes, ante la inminente puesta en libertad de su agresor, se le colocó la pulsera GPS con la que la Policía controlará que no se acerque a ella ya que hay orden de alejamiento. Una buena noticia para la afectada, pero que no soluciona el problema que en estos momentos la tiene desconcertada. "No poder inscribir a mi hija tres meses después de su nacimiento es como si no existiera para nadie", explica. Que siga casada es, según asegura que le dicen en el Registro Civil, la razón por la que ese organismo ha dejado pendiente de tramitar la inscripción de la recién nacida, porque, afirma que le han dicho, sería necesario probar quién es el padre legítimo de la menor.

La ley dice que "en los supuestos en los que se constate que la madre tiene vínculo matrimonial con persona distinta" al padre declarado, "se practicará la inscripción de nacimiento de forma inmediata sólo con la filiación materna y se procederá a la apertura de un expediente registral para la determinación de la filiación paterna". Lorena asegura que solicitó esta opción "y me la denegaron porque el juez había dicho que debíamos esperar".

No aceptan la prueba de paternidad

En diciembre, Lorena presentó una prueba de paternidad que acredita que los progenitores biológicos son Lorena y su actual pareja. Ese documento fue presentado en el juzgado de Nules, pero, según manifiesta Lorena, está "a la espera de que la Fiscalía acredite si es real porque la hicimos en una clínica privada".

A efectos legales, la menor solo consta para Sanidad. "En el centro de salud de les Alqueries, expliqué mi situación y nos hicieron un SIP provisional, para que esté cubierta los tres próximos meses", dice. Un avance importante, aunque insuficiente. Y es que se siente "doblemente víctima", pues a pesar de que han pasado dos años desde que cortó toda relación con su expareja, la Administración y su burocracia la "obligan a seguir ligada a él", y lo que es peor, también su hija, "con la que no tiene nada que ver en absoluto", subraya.

Relata Lorena que no está divorciada, como ha sido su deseo desde el primer momento, "porque el juicio ha ido demorándose en el tiempo". La última vez, "porque la abogada de él no podía acudir y lo volvieron a aplazar", explica. Y así sigue, aguardando una resolución que la desvincule de su maltratador que incluso ha llegado a reivindicar la paternidad, lo que, al parecer, estaría embarrando el proceso.

Cuando desde los juzgados notificaron a su expareja la existencia de la menor, según dice "por ser aún su marido", este "hizo un escrito en el que dijo que podría ser el padre", a pesar de que, afirma categóricamente Lorena no se han visto "desde que entró en la cárcel, en 2018, algo que se puede comprobar en los registros de entrada de la prisión de Alcossebre", asegura indignada.

Este periódico ha realizado consultas en todas las administraciones que podrían arrojar luz a la resolución de este asunto. Desde la Conselleria de Justicia aclaran que no tienen ninguna competencia en la gestión de los servicios que se prestan en los juzgados, como el Registro Civil, que dependen del Ministerio de Justicia, y le han aconsejado "acudir a la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito, donde podrá recibir asesoramiento".

En cuanto al Ministerio de Justicia, tras consultar esta situación que mantiene en el limbo al bebé de tres meses, indican que debe ser el Registro Civil de Nules quien explique qué está pasando. Al cierre de esta edición, después de jornadas intentándolo, ha sido imposible entablar contacto.

El limbo burocrático deja a la joven sin baja maternal ni subsidio

El limbo en el que han dejado a la recién nacida de les Alqueries parece inspirado en el mismísimo 'El Proceso' de Franz Kafka a juzgar por la absurda pesadilla burocrática que mantiene a la niña y a sus padres fuera del sistema. El no haberle permitido a la pareja inscribir al bebé en el Registro Civil ha conducido, además, a que ni la madre ni el padre puedan tramitar la baja por maternidad y paternidad, ya que no disponen del certificado de nacimiento y del libro de familia que requiere la Seguridad Social.

"Para acreditar el nacimiento únicamente sirve el libro de familia o el certificado de nacimiento, y con la documentación que nos aporta no se puede realizar el trámite", dice el correo del INSS. La documentación a la que hacen referencia es la que recibieron en el hospital en el que dio a luz, y el informe con el número de expediente del registro civil.

Y otro dato más. Lorena cobraba el paro, pero al nacer la niña dejaron de pagárselo porque se sobreentiende que pasaba a percibir el subsidio por la maternidad durante el tiempo de baja. Esa misma que la Seguridad Social no le tramita.