El Juzgado de Instrucción número 2 de Betanzos ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para el detenido por el crimen de Oza-Cesuras. El sospechoso, que continúa ingresado en el hospital y que declaró mediante videoconferencia, se enfrenta a cargos de asesinato y tenencia ilícita de armas, informan desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

La jueza ha dictado también una orden de alejamiento para proteger al marido y al hijo de la víctima, Cristina N. T., la joven cuidadora de dependientes de 33 años, casada y madre de un niño de dos años que fue asesinada el pasado viernes en su casa de un disparo en la nuca.

Según ha podido saber este diario, A. S. P. , de 51 años y vecino de Culleredo, solo contestó a las preguntas de su abogado. Declaró que el pasado viernes 15 de enero, la tarde en que supuestamente mató de un disparo en la nuca a Cristina N. T, se encontraba bajo los efectos de las drogas, en concreto de la cocaína y heroína y que está actualmente a tratamiento por su drogodependencia en la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga en A Coruña (Aclad).

El detenido, casado y con tres hijos, dos de ellos menores, no aclaró los motivos que le llevaron la tarde de aquel viernes al pequeño núcleo de Vilar de Costoia, en Oza-Cesuras, pertrechado, según confirmó la Guardia Civil, con un arma corta que había sustraído sin permiso de su propietario, grilletes, una cadena metálica y munición.

Motivaciones de tipo personal

Según ha podido saber este diario, el Instituto Armado sospecha que las motivaciones del crimen fueron de tipo personal, y apunta a una posible venganza, aunque cree que el destinatario de la ira del supuesto asesino sería en realidad el marido de la fallecida. El hecho de que llevase grilletes y cadenas les lleva a no descartar tampoco que hubiese planeado un secuestro o inmovilizar a su objetivo.

Las dos parejas se conocían. El marido de la fallecida y la mujer del supuesto homicida, que trabajan en la misma empresa de reparto, habían mantenido una estrecha relación en el pasado. En el entorno del detenido subrayan que no se trataba de un vínculo amoroso, aunque admiten que hubo una "relación muy cercana de amistad". El Instituto Armado sospecha en cambio que el móvil del crimen pudo ser sentimental y que el objetivo podría haber sido el marido. Se trata solo de una hipótesis a la que apuntan fuentes próximas a la investigación y que no ha sido confirmada oficialmente por la Guardia Civil.

El informe policial todavía no está completo y la Policía Judicial continúa con las indagaciones. Según ha podido saber este diario, el sospechoso no tiene antecedentes, más allá de cargos por un robo hace 18 años, aunque finalmente logró la suspensión de la condena.

Quedan todavía muchas incógnitas por despejar en este caso que ha conmocionado a la parroquia de Porzomillos, donde nadie se explica lo sucedido.

Los investigadores ven más que un indicio de premeditación, dado que el sospechoso acudió al domicilio de la víctima armado con una pistola y pertrechado con material de inmovilización. El modo en que murió Cristina N. T. , también les lleva a descartar un forcejeo con desenlace fatal. La joven había gritado pidiendo auxilio, según relataron los residentes en el entorno, y murió de un disparo en la nuca, a escasos metros de la puerta del garaje, supuestamente cuando intentaba huir.

La Policía Judicial lleva las investigaciones con sigilo. Lo único que ha confirmado hasta el momento es que el crimen se cometió alrededor de las 19.00 horas, en un momento en que Cristina N. T. se encontraba sola en casa, recuperándose de una operación reciente. Su marido estaba en el trabajo y su padre había pasado hacía escasa media hora a recoger a su nieto para dar un paseo.

Fue un vecino el que alertó a las 19.05 horas de que había oído gritar a su vecina pidiendo ayuda y que cuando llegó a su domicilio había encontrado su cuerpo, tendido en el suelo y rodeado de "un gran charco de sangre". Una vez en el punto, los residentes declararon a los agentes que habían visto a un hombre "de complexión gruesa y con un chaleco" saltar la verja de la vivienda y alejarse por un sendero caminando con dificultad.

Los efectivos encontraron al sospechoso en una finca cercana, escondido entre unos matorrales y "con abundantes manchas de sangre en la ropa". En un intento de despistar a los agentes, el sospechoso les contó que paseaba por la zona y que se había lesionado en un tobillo, pero al ser interrogado sobre la muerte de Cristina N.T, "entró en parada cardiorespiratoria" y, tras una primera intervención del 061 fue evacuado al hospital.

A la mañana siguiente, los agentes encontraron el arma y, semienterrada, una bolsa con grilletes, una cadena metálica y munición. El coche estaba estacionado a unos 700 metros, en un punto próximo a la casa pero alejado del resto de viviendas.