El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Ávila ha admitido a trámite una querella interpuesta por un profesor de la Escuela Nacional de Policía de Ávila quien ha denunciado que se han dado órdenes parar falsificar notas y aprobar a estudiantes que estaban suspendidos, según han confirmado a Efe fuentes del TSJCyL.

El diario "El País" publica este martes una información sobre la querella presentada por este profesor de la Escuela Nacional de Policía, en la que se forman 2.900 alumnos, y por la que supuestamente se habrían dado órdenes para aprobar a estudiantes que hubiesen suspendidos exámenes tipo test.

En concreto, se pedía que aquellos que hubieran obtenido un 4 en el examen fueran calificados con un 5, unos hechos que podrían ser constitutivos de delitos de falsedad documental, prevaricación administrativa y coacciones.

Según la información de "El País", en la querella se apunta al comisario jefe de estudios y al inspector jefe responsable del departamento de ciencias jurídicas del centro como las pesonas que quienes dieron estas órdenes.

Los hechos se remontan al pasado 10 de julio cuando tras el segundo examen parcial de la XXXV promoción de la Escala Básica de Policía, el jefe de departamento se acercó a varios profesores y les pidió que aquellos que habían obtenido un 4 fueran calificados con un 5 debido a las circunstancias excepcionales del curso ya que las clases presenciales se suspendieron el 12 de marzo y pasaron a telemáticas debido a la pandemia.

Este profesor, que se negó a cambiar las calificaciones, redactó un informe en el que dejó constancia de que modificar las notas de los alumnos, igualando a los que sacaran un 4 con los que tuvieran un 5, determinaría su posición en el escalafón, lo que afectaría a toda su carrera profesional.

Según la querella, el 17 de julio el director de la escuela se reunió con los profesores y les pidió flexibilidad en las calificaciones. Sin embargo, este profesor se negó y el 31 de julio grabó las notas en las que cinco alumnos tenían entre un 4 y un 5 de calificación, es decir, suspensos.

Más tarde se dio cuenta al revisar las notas en la plataforma informática que esos cinco alumnos figuraban como aprobados, aunque él había grabado la calificación de suspensos, y posteriormente estas notas desaparecieron, por lo que no pudo validarlas -algo que no iba a hacer-.

Finalmente, el 1 de octubre se abrió un expediente disciplinario al profesor porque se habría negado supuestamente a grabar las notas de sus alumnos "aduciendo argumentos inconsistentes".

Según el expediente, la grabación de las calificaciones "la tuvo que llevar a cabo el jefe del departamento, para evitar perjuicios a los alumnos".