El juicio de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 y 18 de agosto de 2017 se centró en la sesión de este martes en la explosión del chalet de Alcanar donde los terroristas preparaban los explosivos. En concreto, en la que se produjo al día siguiente, cuando sus escombros estaban siendo examinados por mossos y bomberos para encontrar víctimas y determinar qué había pasado. Aún no se sabía que en ella se preparaban explosivos y que eran estos los que habían explotado dando al traste con los planes originales de la célula terrorista.

Uno de los agentes explicó que hasta que no se encontró el pasaporte del principal acusado, Mohamed Houli Chemlal, en la furgoneta que había cometido el atropello de La Rambla, no se relacionó Alcanar con los atentados. Houli fue el único superviviente de la explosión, en la que falleció el considerado cerebro de la célula, el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, y otro de los terroristas.

Según este mosso, el pasaporte en el vehículo que había matado a 14 personas en La Rambla fue también clave que relacionar una furgoneta que había abandonada tras un accidente de tráfico menor cerca de Cambrils. Se comprobó que la había alquilado Mohamed Hichamy que también aparecía como propietario de una motocicleta que se encontraba junto al chalet de Alcanar.

Además de explicar lo que fueron encontrando entre las ruinas, como diversa documentación personal de Es Satty, aunque el agente en cuestión no recordara si eso incluía su NIE, los agentes y bomberos fueron explicando las heridas que sufieron al tribunal. Algunos de ellos manifestaron que han sido declarados víctimas del terrorismo y habían sido indemnizados, al menos en parte, y otros no lograron que se les reconociera esta condición y, por eso, reclaman por las heridas sufridas y las secuelas que aún padecen.

Uno de ellos, que necesitó hasta ser ingresado tras la explosión accidental que se produjo mientras inspeccionaban los escombros, explicó que también su hijo, que tenía 10 años cuando sucedió todo, ha sido declarado víctima del terrorismo y que ambos está en tratamiento por el estrés que les generó.

Durante toda la sesión el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, mostró una paciencia nada habitual en él y no se le oyó ni un grito cuando tuvo que interrumpir a la defensa de Houli para preguntarle qué interés tenía para la causa que un bombero declarara sobre qué había recogido la policía, como si se dudara de su actuación.