La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha reconocido este sábado que la opción del confinamiento "está presente en los debates" del ejecutivo catalán y que es una posibilidad "que se pone encima de la mesa en función de cómo avancen los datos epidemiológicos".

En declaraciones a RAC1, Budó ha anticipado que, en caso de decretar este confinamiento domiciliario, las escuelas también deberían cerrar "con mucha probabilidad".

El gobierno catalán acordó ayer solicitar al Ejecutivo de Pedro Sánchez el estado de alarma para hacer frente a la peligrosa situación de la covid-19 en Cataluña y poder implementar así un toque de queda nocturno.

Bajo este estado de alarma, ha apuntado Budó, la Generalitat sería "la autoridad delegada competente" y se preservarían sus competencias: "La voluntad es que sea un estado de alarma absolutamente diferente a lo que se aplicó en marzo, que fue recentralizador".

Budó ha explicado que este toque de queda que plantea el Govern sería un "confinamiento nocturno" al estilo del de marzo, con la movilidad restringida entre las 23.00 y las 06.00 horas, pensando en "el ámbito del ocio", por lo que no se está pensando en parar la actividad laboral de las personas que trabajan por la noche.

Sobre el cierre de los bares y restaurantes, ha dicho que no será hasta el lunes de la semana que viene cuando el Govern abordará "con los datos epidemiológicos" de qué manera puede levantar las restricciones o no.

"Nuestra voluntad es, tan pronto como sea posible, levantar estas restricciones y que estos sectores que han quedado cerrados (...) puedan recuperar lo más pronto posible su actividad", ha apuntado, si bien ha precisado que esta decisión tiene que ir acompañada de los datos epidemiológicos.