El que fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, Sergio Ríos, informó al comisario jubilado José Manuel Villarejo de que su "jefe" estaba "fatal" en el centro penitenciario de Soto del Real, donde se encontraba en prisión provisional como investigado por la trama Gürtel, y que se estaba volviendo "agresivo" porque le estaban "puteando mucho ahí".

Así se puede escuchar en una conversación telefónica que mantuvieron Ríos y Villarejo en enero de 2014 en poco más de dos minutos, que obra en el sumario de la pieza 'Kitchen' del caso 'Tándem', al que ha tenido acceso Europa Press.

Ríos, captado por Villarejo para la 'operación Kitchen' organizada para recuperar documentos e información sensible del PP que podría tener Bárcenas guardados, llamó a "Tomy" -tal y como llamaba al comisario jubilado y en prisión provisional, según afirman los investigadores-, para comunicarle el estado en el que se encontraba Bárcenas y ver si podía "mover una baza".

"El jefe está fatal"

"El jefe está fatal. Según he hablado con los hijos está incluso agresivo. Le están puteando mucho allí", comenzó contando Ríos, que acto y seguido fue interrumpido por Villarejo para conocer "en qué sentido" estaba sucediendo eso "para parar el tema".

"La cita que ha tenido hoy dos horas y pico, pues le han interrumpido dos veces. Le han entregado unas zapatillas porque le han dicho que se las quitara. Le registran todo, registros personales constantemente, íntimos. Le registran el chabolo día sí, día no. Le aíslan del resto de reclusos y él esta hasta los huevos", contó el chófer.

Ríos continuó contando la conversación que había mantenido con uno de los hijos del extesorero del PP, que, según el chófer, confesó que nunca había visto a su padre contestar de malas maneras: "Ha salido un tío y le ha dicho: 'se tiene que poner usted estas chanclas'. Y le ha dicho al otro: 'Esas no me las pongo ni con papel higiénico'".

El chófer concluyó su relato señalando que, además, Bárcenas estaba "muy hinchado en la cara por lo de la cortisona, está jodido por lo de la comida". "Le están apretando mucho ahí y que se lo han dicho los presos: 'es que es una putada porque te arrimas a ti y te registran'", añadió.

Tras ello, Villarejo afirmó que "entendía la situación" y le indicó que iba a hacer "la gestión oportuna" para evitar tal situación.