Las puertas de los centros escolares navarros han vuelto a abrir este viernes, 4 de septiembre, casi seis mes después de las últimas clases presenciales, entre "nervios" e "incertidumbre" para iniciar un curso, con jornada continua, marcado por el uso de la mascarilla y las medidas de higiene.

"Por fin vas a ver a tus amigos, pero nada de abrazos", con esta frase, seguramente repetida en múltiples conversaciones familiares en las últimas horas, ha despedido una madre a su hija pequeña a la entrada de un colegio de Pamplona.

En esa frase resumía, por un lado, las ganas y la necesidad de volver a la 'normalidad', de retomar las clases y las relaciones con los compañeros y amigos, y por otro evidenciaba la 'nueva normalidad' que obliga a extremar las medidas para evitar contagios, la gran preocupación en el inicio de curso que arranca esta mañana en unos setenta centros públicos de la Comunidad Foral; el resto lo hará el lunes. La red pública y privada suma 316 centros.

Las mascarillas, que en algunos centros son de colores por sectores para permitir una mejor identificación de los grupos, son el signo distintivo de este curso, regido por un protocolo "vivo, cambiante", asegura una profesora, que explica que día a día se están adaptando.

Un protocolo, opina, "muy estricto" que si todos cumplen a rajatabla hace "difícil" el contagio en las aulas, al menos en las de los mayores de 6 años, en las que es obligatorio el uso de mascarillas.

Los menores de 3 a 6 años deben llevarla en las zonas comunes, pero no en el aula y así lo han hecho esta mañana; una vez en el centro se han cambiado de calzado, se han lavado las manos y se han quitado la mascarilla.

Para acceder al interior de los colegios, en los que se han señalizado y delimitado los espacios, se han previsto entradas escalonadas, y los padres, a los que previamente se ha pedido que respeten los horarios para evitar aglomeraciones, se han quedado en el exterior.

En sus conversaciones estaba presente la inquietud por el desarrollo de este curso, dudas que en muchos casos han trasladado a los docentes que, según indican, son "miles las preguntas" que les han hecho en estos días previos, tanto sobre cuestiones relacionadas directamente con la pandemia como si llevarán tarea a casa o si podrán llevar un bizcocho al aula para celebrar el cumpleaños como se hacía hasta ahora.

En este sentido, reconocen que existe "bastante desconcierto" pero al mismo tiempo una docente asegura que están intentando "minimizar los riesgos al máximo cuidando todos los detalles porque el objetivo prioritario es el cuidado de la salud de todos".