Juan Carlos I abandona España. El continuo goteo de informaciones comprometedoras por sus supuestos negocios opacos, con una fortuna en cuentas suizas, ha provocado la salida del Rey emérito. Se trata de un gesto de enorme relevancia, después de que Felipe VI, su hijo, le retirase en marzo la asignación y renunciase a su herencia, dando por buenas las sospechas de corrupción. El Gobierno conocía una decisión que llevaba tiempo esperando. Presionaba en público y en privado a la Casa Real para que la llevase a cabo, al mismo tiempo que subrayaba la "ejemplaridad" del actual Monarca. Muy preocupado por la crisis institucional que este caso puede traer consigo, y con un partido claramente republicano como Podemos dentro del Ejecutivo, la Moncloa intenta hacer un cortafuegos a Felipe VI para evitar que se vea arrastrado.

A media tarde de ayer, la Casa Real difundía un comunicado en el que informaba de que Juan Carlos I había enviado una carta al jefe del Estado. "Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi dignidad como persona, así me lo exigen", señala la misiva, en la que el Rey emérito ciñe su presunto enriquecimiento ilícito al ámbito "privado" y admite que su presencia en España supone una complicación para el trabajo de su hijo, el actual Monarca Felipe VI.

"Lo mejor" para el país

"Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España. Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero también con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi 40 años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona", continúa la carta.

Juan Carlos I, que de momento no está siendo investigado por los tribunales suizos ni españoles, aunque quizá lo sea en el futuro, ha abandonado ya el país, según confirmaron fuentes consultadas por este diario. No se ha aclarado aún dónde residirá a partir de ahora ni si su marcha es definitiva. Pero se entiende que lo será. Era una de las posibilidades que barajaba el Gobierno. La Moncloa llevaba tiempo empujando para que el Rey emérito abandonase el Palacio de la Zarzuela, pero no dejaba claro si prefería que se instalase en otro lugar del territorio nacional o en el extranjero, como finalmente hará.

El comunicado de la Casa Real incluye la posición de Felipe VI. Por un lado, el Monarca no solo siente "respeto" por la decisión de Juan Carlos I, sino también "agradecimiento". Por otro, "desea remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional al servicio de España y la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que esta se asienta".

Resulta difícil encontrar palabras de este tipo en boca de miembros del Gobierno. Pedro Sánchez decidió a principios de julio levantar el cerco de protección que rodeaba a Juan Carlos I. Desde entonces, el presidente ha hablado de las "informaciones inquietantes y perturbadoras" que rodean al exjefe del Estado, y también ha pedido a su sucesor que dé "pasos de ejemplaridad".

Nuevo giro judicial

Uno de esos pasos ya se ha emprendido con la marcha del Rey emérito de España, que se producirá incluso antes de lo previsto. Fuentes de la Moncloa señalaban en los últimos tiempos que quizá la Casa Real esperase a un nuevo giro en el proceso judicial, como la decisión del Tribunal Supremo, en principio inminente, sobre si emprende una investigación a Juan Carlos I o guarda en el cajón los presuntos delitos al entender que se produjeron en fechas en que era jefe del Estado y por lo tanto inviolable por la Constitución.

En cualquier caso, su abogado, después de conocerse la noticia, emitió otro comunicado en el que señalaba que el Rey emérito permanece a disposición del Ministerio Fiscal, pese al anuncio de su salida de España reflejada en la carta a Felipe VI.

Fiel a su actitud en las últimas semanas, el Gobierno fue ayer frío, centrándose en elogiar a Felipe VI. "Respeto a las decisiones comunicadas hoy por la Casa del Rey y reconocimiento del sentido de la ejemplaridad y transparencia que siempre han guiado al rey Felipe VI desde su llegada a la Jefatura del Estado", señalaron fuentes de la Moncloa. El PP sí agradeció al monarca emérito su papel "determinante" en la llegada de la democracia. Según los conservadores, Juan Carlos I demuestra "su lealtad a España, a la monarquía parlamentaria y al rey Felipe VI". La reacción de Unidas Podemos, en cambio, fue radicalmente distinta.

Su líder, Pablo Iglesias, por su parte, señaló que la "huida al extranjero" del exjefe del Estado era "indigna" y dejaba a la Monarquía en una "posición muy comprometida" porque debería "responder por sus actos en España y ante su pueblo".

A huida se refirieron también el líder de Más España, Íñigo Errejón; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; y el presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra, quien empleó solamente tres palabras para definir el comportamiento de Juan Carlos I: "Como Alfonso XIII".