El presidente del PDeCAT, David Bonvehí, ha defendido que el "proyecto político" que representa su partido, como "heredero de una larga tradición política" y con una ideología que guíe la acción política, debe estar presente en las próximas elecciones catalanas "con la fórmula que sea".

El PDeCAT ha reunido su consejo nacional de forma telemática esta noche, más tarde de lo previsto, después del acto de apoyo en las puertas de la cárcel de Lledoners (Barcelona) a los exconsellers presos Jordi Turull y Josep Rull, que han perdido el tercer grado penitenciario.

El cónclave ha servido para debatir el futuro de la formación cuando pasa por un momento crítico, ya que el expresidente catalán Carles Puigdemont, junto con el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, también en prisión, y otros afines, ha fundado su nuevo partido JxCat sin ningún acuerdo con el PDeCAT.

El fondo del problema es que la dirección que lidera Bonvehí quería que el PDeCAT transitara como partido hacia JxCat, mientras que Puigdemont y Sànchez se niegan a aceptar cuotas de partido, sino que solo quieren sumar personas en una única estructura política.

Por si esto no fuera poco, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha propuesto este jueves llevar a juicio al PDeCAT y a CDC por la trama del 3 %, junto con los exgerentes de Convergència Daniel Osàcar, Andreu Viloca y Germà Gordó, y el ex responsable jurídico Francesc Sánchez, entre otros.

En la intervención dentro del consejo nacional abierta a los medios de comunicación, Bonvehí no ha hecho ninguna referencia a la situación judicial de un Partit Demòcrata que, si bien es el heredero político de CDC, no existía cuando se produjeron las presuntas comisiones del 3 %.

En cuanto al conflicto con JxCat, Bonvehí no se ha movido de su posición y ha defendido que el "proyecto político y el modelo de país y de sociedad" que representa el Partit Demòcrata "tiene que estar presente en las futuras elecciones al Parlament, con la fórmula que sea, pero tiene que estar", ha enfatizado.

Una vez certificada la fractura del PDeCAT con Puigdemont, ya es muy improbable que la dirección del PDeCAT llegue a un acuerdo de integración con JxCat, que el pasado sábado inició su largo proceso congresual -hasta el 3 de octubre- para dotar a este espacio de una estructura de partido.

Pero en la dirección del PDeCAT no se descarta la posibilidad de intentar una coalición electoral con la nueva JxCat -algo que ya ha descartado públicamente Jordi Sànchez- y, si esto no fuera posible, concurrir en solitario y tratar de lograr representación parlamentaria.

En paralelo, el PDeCAT se enfrenta al reto de mantener la militancia, pues en sus estatutos no se contempla la doble militancia, de manera que no sería posible seguir afiliado al Partit Demòcrata y apuntarse a JxCat.

Si bien diversos dirigentes de JxCat reniegan de la herencia convergente del PDeCAT, Bonvehí ha defendido que en el Partit Demòcrata son "herederos de una larga tradición política" que "ha configurado la Cataluña contemporánea".

Y, sin citar al expresidente catalán Jordi Pujol -también investigado por la justicia-, ha recordado parte de su obra de gobierno, como la inmersión lingüística, TV3, los Mossos d'Esquadra y el sistema sanitario, "excelente fruto de la colaboración público-privada", ha afirmado.

Bonvehí ha remarcado en este punto que, "sin una ideología que guíe la acción política, no hay avances en el bienestar de las personas".

Así, ha querido marcar perfil ideológico, de inspiración convergente, ante la voluntad de JxCat de ser un espacio sin una línea ideológica clara, pues pretende aglutinar desde la izquierda hasta la derecha.

Bonvehí ha defendido que durante la negociación con JxCat, desde diciembre de 2019 y hasta finales de mayo, el PDeCAT ha actuado con "respeto a los compromisos adquiridos", con "generosidad" y con voluntad de "sumar", sin renunciar al "legado político" de la formación heredera de CDC.

Pero el caso es que el acuerdo no ha sido posible y esto lleva a la formación heredera de CDC a enfrentarse a un futuro incierto.