Un día después de que Educación propusiera sus recomendaciones para el próximo curso escolar, con la idea de que sea presencial, Universidades ha publicado las suyas, en las que pide que cada universidad calcule la ocupación de sus actividades para decidir si se pueden dar de forma presencial u 'online'.

La propuesta es distinta a la planteada por la ministra de Educación, Isabel Celaá, para colegios e institutos, que este jueves se debate en una Conferencia Sectorial con las comunidades y que plantea que el curso sea presencial, con clases de un máximo de 20 alumnos y que los menores de hasta 10 años puedan establecer grupos estables para no tener que guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros.

Medidas que no se relajan en el plan para las universidades del ministro Manuel Castells, que contempla una "presencialidad adaptada" en el curso universitario 2020-2021 sin que se flexibilice el uso de mascarillas ni las distancias de seguridad, obligaciones que tendrán que cumplir alumnos y profesores si las clases son presenciales.

Cada universidad, en colaboración con su administración autonómica, establecerá antes de que empiece el curso un plan de contingencia que permita, en caso de que la situación sanitaria lo requiera, "un cambio masivo e inmediato a un sistema de docencia 'online'".

Es decir, se combinarían las clases presenciales y 'online', pero calculando previamente los coeficientes de ocupación.

El coeficiente teórico se calcularía teniendo en cuenta el número de estudiantes matriculados en una actividad, la capacidad de la instalación y la necesaria separación de 1,5 metros entre los ocupantes. Mientras que el coeficiente real sería la relación entre el número de alumnos matriculados y la capacidad real de las instalaciones.

Si el cálculo de ocupación real es superior al coeficiente teórico, la actividad no podrá desarrollarse de forma presencial en su totalidad y las universidades deberían tomar las medidas para hacerla 'online'.

Pero si el cálculo sobre la ocupación real es menor al teórico, es decir, que hay espacio suficiente para garantizar las medidas de seguridad, la actividad podrá desarrollarse de forma presencial, siempre con la obligación de mantener el distanciamiento físico y la higiene necesarias.

Universidades reconoce "la escasez de recursos docentes a corto plazo", por lo que no considera conveniente doblar las clases por grupos para mantener la presencialidad porque ello implicaría "una sobrecarga insoportable para el cuerpo docente".

Además, aconseja que todas las medidas de lo que denomina "presencialidad adaptada" se hagan públicas con anterioridad a la apertura del período de matriculación en cada universidad.