La epidemia de coronavirus se sigue frenando en España, cada vez con menos muertes y un número limitado de contagios, de la misma forma que se aceleran las tensiones políticas con el impulso inesperado, en vísperas de que se generalice la desescalada, de un acuerdo difícil de descifrar firmado por el PSOE y Podemos con EH Bildu para derogar la reforma laboral.

Ese sorprendente acuerdo, que ha levando las iras de la oposición y ha llevado a la patronal a suspender el diálogo con el Gobierno, lo hizo público EH Bildu tras la aprobación de la quinta prórroga del estado de alarma -en la que su abstención no fue relevante-, lo rectificó a medianoche el Ejecutivo y lo ratificó por la mañana el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, poniendo de manifiesto las tensiones en el seno del gabinete.

La rectificación del Gobierno se le atribuye a la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que ha asegurado este jueves que sería "absurdo y contraproducente" abrir en estos momentos un debate sobre la reforma laboral y ha garantizado que cualquier eventual modificación se hará de manera dialogada con los agentes sociales.

La creciente polarización y los giros y contragiros de la geometría variable que dominan la política española se elevan cada vez más sobre una crisis sanitaria que todas las autonomías afrontan pendientes del cambio de fase que se materializará el próximo lunes, con trece autonomías en fase 2 y Madrid, Cataluña y Castilla y León en la 1, en la que ha decidido permanecer por cautela la Comunitat Valenciana.

Contagios limitados

En la sexagésima octava jornada del estado de alarma, en la que ha entrado en vigor el uso obligatorio de mascarillas en lugares cerrados y en la vía pública cuando no haya distancias suficientes, los datos sobre la evolución de la epidemia marcan un punto de inflexión en el número de fallecidos, 48, la cifra más baja desde el confinamiento y que por quinto día no supera el centenar, a falta de los datos de Cataluña.

Las defunciones registradas ahora remiten en su mayor parte al desarrollo de la epidemia en torno a la última semana de abril. Cuatro semanas después, los nuevos contagios se mantienen estabilizados entre los 300 y los 400, pero descienden las hospitalizaciones hasta las 150, la mitad en Madrid, y los ingresos en la UCI hasta los 20.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha señalado en su comparecencia diaria que la mayoría de los nuevos contagiados son asintomáticos y corresponden a profesionales sanitarios y personal e internos de residencias de mayores, donde se están haciendo más pruebas de detección.

Simón ha subrayado que se ha demostrado que hay más casos asintomáticos de lo que inicialmente se podía pensar y que son esos los casos sobre los que hay que incidir en el proceso de desescalada para poder controlar de la forma más efectiva cualquier rebrote.

Aunque hay opiniones matizadas, sí que parece que los epidemiólogos están de acuerdo en que el calor afectará a una reducción de la circulación del SARS-CoV-2 y algunos expertos, como el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Can Ruti y director del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa), Bonaventura Clotet, consideran que es posible que el coronavirus "caiga de manera natural" en verano y regrese "de forma menos violenta".

Desescalada flexible

En cualquier caso, las autoridades sanitarias insisten en que hay que perseverar en las medidas de contención y prevención, porque la inmunidad de grupo está muy lejana, no hay en el horizonte próximo tratamientos de uso generalizado para hacer frente a la enfermedad y las posibles vacunas siguen siendo proyectos a medio y largo plazo, pese a significativos avances como el del laboratorio biotecnológico estadounidense Moderna conocido esta semana.

Con esos planteamientos, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han abordado este jueves los escenarios y los planes para avanzar de fase en una desescalada sobre la que el ministro Salvador Illa ha expresado su confianza en que sea una realidad en la totalidad de España en los próximos días con la previsible incorporación de Madrid, Barcelona y su área metropolitana y los grandes núcleos de Castilla y León.

Informes técnicos

En su comparecencia semanal en el Congreso, Illa se ha comprometido a que en cuanto todos los territorios estén en fase 1 se harán públicos los informes técnicos sobre la situación de cada comunidad elaborados para el ministerio e insistentemente reclamados por la Comunidad de Madrid, que acusa al Gobierno de haberle denegado la autorización para avanzar de fase por motivos políticos y ha llevado el caso al Tribunal Supremo.

El pase a fase 2 de todas las autonomías que están en la 1, excepto la Comunidad Valenciana y las provincias castellanomanchegas de Toledo, Ciudad Real y Albacete -que se incorporaron más tarde-, podría estar acompañado de algunas flexibilizaciones como la eliminación de las franjas horarias para pasear y hacer deporte, mientras se estudia, según ha avanzado Illa, una posible ampliación de aforos en el interior de bares, restaurantes y hoteles.

Las autoridades sanitarias también creen que hay margen suficiente para la vuelta en julio del turismo extranjero a España en condiciones de seguridad, como ha avanzado en una entrevista con EFE la vicepresidenta cuarta y responsable de la desescalada, Teresa Ribera.

"Tenemos que ir con mucho cuidado sobre cómo la persona que viene no corre riesgo, porque llega a un destino seguro, y al mismo tiempo no supone un riesgo para la población local (...) Nuestra idea es que podamos trabajar sobre orígenes y destinos seguros más bien pensando en el mes de julio que en el de junio", ha dicho Ribera.