El Gobierno y las autonomías tratan de llegar a un acuerdo sobre los nuevos planes de desescalada, con el pase de Madrid a la fase 1 como principal escollo por segunda semana consecutiva.

Dos meses después de que se declarara el estado de alarma, la epidemia de coronavirus, como ya se había anunciado, con tres focos más activos que el resto, en Cataluña, la Comunidad de Madrid y Castilla y León, que acaparan la mayor parte de los nuevos contagios, que han aumentado ligeramente en el tramo final de la semana hasta superar de nuevo el medio millar.

"No hay inmunidad de grupo ni la va a haber. Hay asimetría territorial, por eso lo lógico es hacer una desescalada asimétrica y flexible", ha dicho en su comparecencia semanal en el Congreso el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ha añadido: "Hasta que no haya vacuna habrá que aprender a convivir con esta nueva normalidad".

En este escenario, Gobierno y comunidades discuten los siguientes pasos en este "descenso", unas, como Cataluña, con un "plan a la carta", inspirado en alguna medida en el del País Vasco, y otras, como Madrid, con una propuesta global, que ya fue rechazada, no sin polémica, el pasado viernes y que apunta a que podría volver a recibir un no.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho que el Ministerio de Sanidad "no parece estar dispuesto" a que la región pase a la fase 1 de la desescalada el día 18 de mayo, como ha solicitado, aunque "no da razones técnicas".

Ayuso ha dado esta información en su cuenta de Twitter tras la reunión mantenida este jueves entre el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, y ha avanzado que habrá un nuevo encuentro entre ambos el viernes.

La presidenta regional ha asegurado que Madrid "cumple todos los criterios" para pasar a la fase 1 de la desescalada, ya que "ha aumentado su capacidad de camas y de pruebas PCR" y tiene un "menor índice contagios" de coronavirus.

Antes de reunirse con el consejero madrileño, Illa ya advirtió: "Esto no va de quién llega antes, sino de hacer las cosas bien para no dar pasos en falso que nos hagan retroceder a todos. Madrid está haciendo un magnífico trabajo, pero tiene un 11% de prevalencia y Melilla un 1%. Hay que adaptar la desescalada a estas realidades".

Una fase "0,5" para Barcelona

La Generalitat de Cataluña propone que, junto a Lleida, Girona y Cataluña Central, pasen también a la fase 1 las áreas del Garraf, Baix Montseny y el Alt Penedès, que forman parte de las regiones sanitarias metropolitanas sur y norte de Barcelona, y que la capital catalana y su área de influencia puedan relajar algunas medidas, en lo que de forma eufemística se ha definido como la "fase 0,5".

También la Comunitat Valenciana plantea algunas restricciones puntuales en parte de las 14 áreas sanitarias que quiere sumar a las que dejaron la fase 0. Andalucía y Castilla-La Macha solicitan que inicien la desescalada las provincias de Málaga, Granada, Toledo, Ciudad Real y Albacete.

De forma más lenta y segregada, Castilla y León pretende que otros 225.657 habitantes de 42 zonas básicas de salud, el 9,3 por ciento de su población, pase a la fase 1 este lunes, incluida el área del Bierzo y Laciana (León), aunque vuelve a dejar fuera a sus nueve capitales de provincia.

Mientras tanto, el Gobierno estudia acelerar la desescalada en municipios del mundo rural de menos de 10.000 habitantes, donde considera que "tiene poco sentido" mantener las mismas restricciones que en las grandes ciudades, según ha anunciado hoy la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera.