El PSOE ha logrado pactar con Cs el plan de trabajo que seguirá la Comisión del Congreso para la Reconstrucción Social y Económica posterior a la crisis del coronavirus.

El primer paso de esta nueva Comisión lo han dado este miércoles los diputados al apoyar, sin votos en contra, la aplicación de un método de trabajo que en principio culminará dentro de dos meses. PP y Vox, al igual que formaciones independentistas y nacionalistas, se han abstenido.

El plan por el que ha abogado el PSOE, en estrecha coordinación con Unidas Podemos, ha salido adelante con 168 síes gracias a los votos de Más País, Compromís y Cs. Las abstenciones han sido en total 162.

Ciudadanos, que en la Comisión estará liderado por Edmundo Bal, presentó su propio método, pero lo retiró antes de la votación al conseguir que el PSOE aceptara sus propuestas, tal y como él mismo ha señalado durante la sesión. El plan del PP, sin embargo, fue rechazado porque la mayoría, en especial el PSOE, Unidas Podemos, Vox y Cs, se abstuvieron.

La Comisión celebrará este jueves una segunda sesión para ultimar el calendario y el listado de comparecientes.

Pero el método de trabajo ya existe gracias a las negociaciones que durante las últimas horas han efectuado las direcciones parlamentarias del PSOE y de Cs, aunque no sólo, ya que en el plan aprobado también se han asumido solicitudes de ERC, de Más País y de Compromís.

Tal y como ha explicado la portavoz socialista, Adriana Lastra, que lo será también en la Comisión, el objetivo es conducir los trabajos al consenso político. Dicha filosofía estará presente en los cuatro grupos de trabajo acordados a instancias del PSOE y de Unidas Podemos.

Uno abarcará el modelo de sanidad pública (con un epígrafe para las residencias de mayores); un segundo tratará la reactivación económica (que se orientará en gran medida a la transición ecológica y apostará por el teletrabajo y por la conciliación); el tercero estudiará las políticas sociales y el sistema de cuidados (entre lo que destacará el sistema fiscal); y el cuarto versará sobre políticas europeas. Queda excluida el área sobre "libertades públicas" que esgrimía el PP.

Estos grupos de trabajo estarán formados por un diputado por cada grupo parlamentario, y su vez, con cada diputado estará un experto sectorial previamente comunicado.

Uno de los parlamentarios integrantes ejercerá de coordinador y moderará los debates. Los grupos redactarán sus propuestas, y una vez aprobadas, engrosarán el dictamen final. Para ello podrán contar con la aportación, testimonio o experiencia de una serie de comparecientes, siempre y cuando su llamamiento reciba el visto bueno de la mayoría del grupo de trabajo.

Comparecientes que serán "expertos, responsables, dirigentes o representantes de entidades que guarden relación clara con los debates a desarrollar en alguno de los cuatro grupos de trabajo". El PP promovió la opción de llamar a altos cargos del Gobierno, lo que ha sido descartado.

Igualmente, los grupos podrán recibir estudios, informes o propuestas de los ciudadanos y de entidades sociales y civiles. Está previsto que los grupos de trabajo se formen este jueves y que ya la semana que viene inicien su andadura.

Las votaciones, en función de los escaños

Lo harán conforme a un calendario que, superados los trámites de constitución de grupos y de curso de comparecencias, alcanzará la última semana de junio con el fin de situar el debate y aprobación del dictamen por el pleno del Congreso a primeros de julio.

Las sesiones serán en abierto para los medios y las votaciones según el voto ponderado, es decir, en función del número total de escaños.

El texto proviene, por tanto, de varias conversaciones cruzadas de la dirección socialista, que se avino a incluir referencias a la transición ecológica de Más País, de transformación digital de Compromís y de conciliación laboral de ERC, así como las de Cs.

Durante la sesión de este miércoles las apelaciones al consenso se han mezclado con los temores de algunas formaciones a que la Comisión termine en balde. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, por ello, ha abogado por esperar a que se serene el clima político, en tanto que el de ERC, Gabriel Rufián, ha pedido que el nuevo órgano no sea una ceremonia del "pim, pam, pum".