El Gobierno de Pedro Sánchez ya se prepara para alargar el confinamiento por la crisis del coronavirus. Lo hará, al menos, 15 días más, lo que llevaría el encierro de la población y la hibernación de la economía hasta el 26 de abril. Es probable que el anuncio se realice a lo largo del día de hoy, en el cuarto fin de semana de cuarentena. Los globos sonda lanzados desde el bipartito PSOE-Podemos llegaron ayer, el vigesimoprimer día de enclaustramiento, a la par que el triste ritual del macabro recuento diario de bajas y nuevos infectados.

A la espera de que la decisión se confirme oficialmente, la rutina del día a día de la crisis prosigue inalterable. Uno de los rituales son los partes ofrecidos por el comité de crisis al mediodía. Los analistas tratan de hacer una lectura positiva de los datos: son ya ocho comunidades (Asturias, Cantabria, Extremadura, Murcia, País Vasco, Navarra, Baleares y Canarias) en las que la pandemia parece dar una tregua. En total, han sobrevivido al virus 30.513 pacientes, 4.000 más que anteayer.

Mientras, Pedro Sánchez prepara el terreno para empezar a negociar este fin de semana con la oposición a golpe de teléfono su apoyo en el Congreso para alargar el confinamiento. En esta línea, el presidente recetó ayer durante una visita a una fábrica madrileña de respiradores "fortaleza y unidad". El Gobierno de Sánchez-Iglesias busca también el apoyo de los expertos para hacer más digerible la decisión. Pero el fiel Pedro Simón, el científico que pone cara al comité de emergencia gubernativo, en este caso prefiere dejar el timón en manos del presidente.

"Las decisiones finales sobre este tipo de cuestiones no dependen de los técnicos. Estamos en una situación de buena evolución, pero existe el riesgo de que si no continuamos con las medidas el avance vaya marcha atrás", explicaba ayer Simón desde su domicilio, donde guarda cuarentena tras dar positivo. Como en un partido de tenis, el coordinador del equipo contra la pandemia despejó bolas desde el fondo de la pista: "Hay que valorar si hay que mantenerlo (el estado de alarma) o relajarlo en algunos puntos". Eso sí, el experto ya parece mirar hacia el día después.

Su receta es dejar a un lado durante un tiempo el calor latino en las relaciones personales y adoptar un estilo de vida a la japonesa. "Hay que aprender de cómo funcionan otras sociedades como la de Japón; hay que aprender a utilizar los equipos de protección personal, evitar cualquier tipo de contacto?", afirmó. Es decir, vivir con guantes, mascarilla y nada de besos y abrazos.

Horas más tarde, el turno fue para Salvador Illa, ministro de Sanidad, que confirmó que Sanidad recomendará a todos los españoles el uso de mascarillas. "Probablemente la semana que viene también será dura, pero el objetivo de la ralentización de la epidemia se ha conseguido", aseguró. La resistencia del filósofo catalán a responder a las preguntas de los periodistas sobre el alargamiento de la cuarentena da pistas sobre lo que puede suceder hoy: comparecencia de Pedro Sánchez para anunciar que el encierro se alargará. No quiso eclipsar el momento de gloria del presidente durante el día de hoy.

El responsable ministerial aprovechó su intervención para defender que ya se ha "regularizado" el envío de suministros médicos para luchar contra la pandemia a España, fundamentalmente desde China. Aunque hay problemas, con aviones cargados de mascarillas y otros equipos retenidos en países como Turquía. Según los datos ofrecidos por el Gobierno, España lleva gastados en material para luchar contra la pandemia más de 800 millones de euros. De todas formas, el Gobierno confía en que pronto las empresas españolas que se están reciclando para fabricar respiradores y otros productos necesarios puedan atender la demanda interna. Ejemplo de ello es una compañía que se ha comprometido a servir 5.000 respiradores en dos meses: cien al día. España tira de autarquía ante la crisis del coronavirus.

Así están el país y el Gobierno cuando arranca la Semana Santa. No habrá operación salida, pero sí numerosa presencia de la Policía y de la Guardia Civil en las carreteras y en las principales vías de salida de las grandes ciudades españolas. El reto es evitar desplazamientos a las segundas residencias. La Guardia Civil ya cazó ayer a algunos ciudadanos de camino a la playa desde Madrid. Las autoridades avisan: al margen de las multas hay muchos españoles que en los primeros fines de semana del confinamiento llegaron hasta su apartamento en la playa y allí siguen, sin salir, tras el endurecimiento de las restricciones.