Algo más de 300.000 euros. Ese es el dinero que queda en la cuenta corriente de la presunta organización criminal que el sumario del caso Erial atribuye a Eduardo Zaplana tiene abierta en Andorra.

Según apunta la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, cuando los investigadores descubrieron el depósito apenas quedaban algo más de 300.000 euros de los 9,1 millones de euros que llegó a sumar. La Justicia no podrá recuperar ni un céntimo porque España y Andorra no tienen ningún convenio firmado por el que se entregue el dinero desviado con la corrupción.

La minuciosa y discreta investigación que ha dirigido desde 2015 la jueza Isabel Rodríguez ha permitido acceder al depósito domiciliado en Andorra y que llegó a acumular 9,1 millones de euros de dinero que habría sido ingresado en metálico, según ha concluido la Guardia Civil.

En busca del resto del dinero

En cambio, según esta información, cuando los agentes llegaron a Andorra en la cuenta únicamente figuraban poco más de 300.000 euros. El resto del dinero se ha esfumado y ahora los investigadores centran sus esfuerzos en identificar a las personas que han tenido acceso a ella y los proyectos en los que habrían invertido Eduardo Zaplana y sus colaboradores con el dinero obtenido de manera ilícita.

La apertura de la segunda parte del sumario del caso Erial ha sacado a la luz la cifra exacta que la trama llegó a mover con su presunta actividad delictiva: más de 19 millones a través de 14 países en 20 años. Únicamente se han recuperado los 6,4 millones de Suiza.

En Andorra se depositaron 9,1, cerca del 50 % obtenido con mordidas, y Fernando Belhot, el testaferro de Uruguay que ha confesado ante las autoridades judiciales, relató las operaciones que se financiaron con este dinero tras ser preguntado por el dinero que quedaba en Andorra.

"Mire, no lo sé por dos motivos. Primero porque hay una parte que le digo, tendría que leer los libros de Vansley -una de las sociedades- que ya está disuelta desde hace tiempo, pero una gran parte era inversión en un banco de Grecia que quebró", según recoge el sumario.

El resto, detalló Belhot, "que eran inversiones en parte en fondos del BPA -Banca Privada Andorrana-, la verdad que creo que deben estar también en la situación de 'default' porque el BPA se liquidó, quebró". Además, 4,9 millones de euros fueron transferidos a la sociedad "nuclear" de la trama, Imision Internacional, en el primer trimestre de 2008, unas semanas antes de que Eduardo Zaplana abandonara el Congreso.

Andorra y su ventajoso sistema fiscal y bancario fue una de las muchas cestas en las que el clan Zaplana depositó mucho de sus huevos en forma de mordidas. El amigo de la infancia de Eduardo Zaplana y presunto testaferro, Joaquín Barceló, era el propietario de dos mercantiles panameñas con cuentas en los bancos BPA y Morabanc.

Zaplana nunca se desplazó a Andorra para retirar dinero. El sumario recoge que cuando el clan necesitaba dinero en metálico, el "cash" se extraía mediante el conocido como "sistema de compensación": ingresar una determinada cantidad de dinero en Andorra, que el beneficiario real cobra en metálico en España. Un sistema basado en la confianza y la ausencia de preguntas incómodas.

Para este trasiego de dinero, el economista Francisco Grau echó mano de sus contactos como asesor fiscal en Alicante. Y utilizó otras dos mercantiles panameñas, Milliken Internacional INC e Incaina Internacional INC, con cuentas en el BPA de Andorra con el empresario de Novelda, Enrique Pina Navarro, como apoderado a quien la Guardia Civil tomó declaración como testigo.

Pina explicó a los agentes que "el Grupo Levantina (un potente grupo empresarial del mármol) precisaba trasferir fondos a Andorra con la finalidad de llevar a cabo inversiones en Angola u otros países y Grau se ofreció a trasferir estos fondos y a cambio pidió recibir el dinero en efectivo en España".

Pina aseguró a los agentes desconocer "el origen de los fondos que Francisco" y efectivamente transfirió (540.000 euros procedentes de Imison International), pues "no le pidió ningún tipo de explicación".

Una operación turbia que Enrique Pina justificó ante la Guardia Civil que hizo para evitar "haberse desplazado a Andorra con el dinero en efectivo". Tras ingresar el dinero en las empresas panameñas de las que Pina era apoderado, éste entregó esa misma cantidad en efectivo a Grau. Pina admitió a los agentes que el dinero era en B.