El lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo han decidido adelantar las elecciones autonómicas al 5 de abril, una fecha anunciada en primer lugar por el jefe del Ejecutivo vasco y secundada posteriormente por el gallego.

Urkullu ha anunciado este lunes que adelanta las elecciones vascas al 5 de abril "para ahorrar a los vascos ocho meses de campaña electoral permanente". Además, considera que era difícil que, en este clima, se aprobaran proyectos de ley y cree que un nuevo Gobierno afrontará con "certidumbre y fortaleza" sus retos estratégicos.

Por su parte, Feijóo ha confirmado que las elecciones gallegas se celebrarán también el próximo 5 de abril, si bien ha dejado en el aire su candidatura a la reelección, decisión que anunciará este lunes en un acto de partido a las 12:30 horas.

Urkullu aceleró los tiempos con un adelanto que le permite aislarse de los comicios en Cataluña cuando el presidente de Cataluña Quim Torra anunció que se celebrarían tras la aprobación de los presupuestos autonómicos.

En una comparecencia oficial celebrada en la sede de la presidencia del Gobierno vasco esta tarde, Urkullu ha confirmado que las elecciones se celebrarán el primer domingo de abril, Después de que se haya especulado con esa fecha desde el pasado 4 de febrero, cuando se conoció que los miembros del Ejecutivo vasco habían realizado, en el seno del Consejo de Gobierno, una reflexión sobre la conveniencia o no de adelantar la fecha de las elecciones autonómicas, que en principio se desarrollarían en octubre.

La decisión se produce poco más de una semana después de que el presidente catalán, Quim Torra, anunciase el fin de la legislatura en Cataluña y su intencción de adelantar los comicios, aunque sin concretar una fecha.

El presidente del Ejecutivo vasco ha destacado que, "tras realizar un análisis compartido y en profundidad" de la situación actual, ha tomado la decisión de convocar las elecciones para el 5 de abril. Cuatro han sido las razones que esgrimido para proceder al adelanto electoral.

La primera, según ha asegurado, es "el clima electoral se ha instalado en Euskadi". "Hemos comprobado que la dinámica iniciada en el Parlamento Vasco va a hacer muy difícil avanzar en la aprobación de los proyectos o proposiciones de ley que se encuentran en tramitación. Son 29 iniciativas y es improbable que la gran mayoría de ellas puedan aprobarse en los meses que restan de legislatura", ha reconocido.

Feijóo hará coincidir la fecha

Feijóo citó de urgencia a sus consejeros después de que Urkullu convocase las elecciones vascas para ese día. El movimiento en el País Vasco causó esta urgente convocatoria por parte de Feijóo, que hasta ahora había reivindicado sus tiempos para anunciar la fecha de los comicios gallegos. "Cualquier decisión que tengamos que adoptar no tiene que ver con lo que se diga a las 16.00 horas, sino con lo que pensemos que es lo mejor para Galicia. Lo que vayamos a decidir lo haremos de forma inmediata y ustedes tendrán comunicación directa", declaró el presidente gallego antes de la comparecencia del lehendakari.

Tras comunicar la decisión de adelantar los comicios autonómicos, previstos inicialmente para otoño, Feijoó ha dicho que el objetivo es "reducir al máximo el periodo electoral de seis o siete meses a 54 días y preservar al máximo la estabilidad institucional y social que han caracterizado a Galicia los últimos once años".

En 2009, 2012 y 2016 las elecciones gallegas y vascas coincidieron.

Feijóo ha reconocido que ha hablado con el lehendakari sobre la fecha electoral, si bien ha rechazado que haya hecho seguidismo de su decisión y también ha afirmado que en su postura de adelantar los comicios la situación catalana, con una convocatoria también este año por determinar, no ha influido.

"Soy previsible y ya se imaginan para que estamos aquí", se ha presentado Núñez Feijóo en una abarrotada sala de prensa en la sede del Gobierno gallego en Santiago.

El presidente de la Xunta ha apelado a la "coherencia" para "concentrar elecciones", al igual que hizo en 2009, 2012 y 2016 con el País Vasco y ha asegurado que no está "dispuesto a renunciar a sus compromisos por ningún tipo de intereses o de intereses ajenos" a lo que considera "bueno para Galicia".