El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llevado este miércoles a Davos un mensaje de confianza en su nuevo Ejecutivo de coalición en el que ha asegurado que habrá "rigor" en las cuentas públicas pero también ha prometido "justicia fiscal".

En su segundo año como presidente en el Foro Económico Mundial, y quince días después de conformar el Gobierno de coalición con Podemos, Sánchez ha llevado a esta cita que reúne a buena parte del poder económico internacional una férrea defensa de sus programa progresista y de la necesidad de reducir las desigualdades.

Y ha utilizado una cita de un escritor -Rutger Bregman- para recordar que el verdadero problema de la desigualdad es la evasión de impuestos y advertir de que "no puede haber justicia social sin justicia fiscal", con medidas tributarias que la hagan posible.

En cualquier caso ha insistido en subrayar la "robustez" de la economía española y en el compromiso de su Gobierno de mantener el "rigor" fiscal y su compromiso de reducir el déficit y la deuda públicos con una "sólida gestión" de las cuentas.

Además, al referirse a la coalición con Podemos, un partido que como ha recordado está a la izquierda del suyo, el PSOE, ha asegurado que el nuevo Gobierno no será un "mero observador" que se quede con los "brazos cruzados" sino que "estará realmente dispuesto a actuar" y se someterá a la rendición de cuentas.

"Tranquilidad" y "confianza" han sido algunos de los términos repetidos por el equipo de Sánchez para hablar de los mensajes que han trasladado al presidente los numerosos directivos de grandes empresas, bancos y fondos de inversión con los que se ha reunido a lo largo de la jornada.

Y han insistido en que la nueva coalición con Podemos no ha sido el centro de las conversaciones.

"Curiosidad" sí, pero "en ningún caso inquietud", ha asegurado, en este sentido, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien junto con la vicepresidenta de Transición Económica, Teresa Ribera, ha acompañado al presidente en este viaje.

Fuentes presentes en la reunión con los financieros han contado por ejemplo que el jefe de operaciones internacionales de Morgan Stanley, Franck Petitgas, se dirigió a Sánchez nada más comenzar el encuentro que el mercado "ha comprado bien" su Gobierno y considera que va a ser un Ejecutivo "razonable" y "responsable" que hará una política "seria".

Y el Ejecutivo ha destacado, por otra parte, el resultado positivo de otro de los encuentros: El presidente de la alianza global Renault Nissan Mitsubishi, Jean-Dominique Senard, se ha comprometido con Sánchez a que no habrá despidos de trabajadores en las tres plantas que Nissan tiene en España y que viven en este momento una situación delicada por la bajada de la producción.

En el encuentro con los inversores han estado presentes otros asuntos no menos importantes como el Brexit y Cataluña. En este último caso, Sánchez les ha explicado la apuesta por el diálogo para resolver el conflicto catalán y alguno de sus interlocutores financieros ha considerado que "lo peor ha pasado" ya en esa comunidad autónoma, según fuentes del Ejecutivo.

Digitalización de la economía y la emergencia climática

La digitalización de la economía y la transición ecológica, dos de los grandes ejes del Gobierno de Sánchez, han estado presentes en el discurso y en buena parte de las reuniones del presidente y las dos vicepresidentas encargadas de estos asuntos.

Y no han faltado contactos políticos internacionales como la reunión con los presidentes de Colombia, Iván Duque, y Ecuador, Lenín Moreno, con quienes ha hablado sobre todo de la crisis venezolana, en un momento en el que el líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, se encuentra de gira por Europa.

Sobre este asunto, en Moncloa han confirmado que Sánchez no se verá con Guaidó y que de haber encuentro con el Gobierno español será por parte de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y han asegurado que eso no supone un cambio en la línea política de España sobre Venezuela.

Pedro Sánchez ha concluido por la tarde su jornada maratoniana en Davos, donde ha combinado los múltiples encuentros económicos con un mensaje político de defensa de su nuevo Ejecutivo, el primero de coalición de la democracia española.

Un Gobierno que, ha dicho también en su discurso, se dispone a demostrar que "la extrema derecha, y el nacionalismo y los populismos de cerrazón" sólo se pueden combatir mediante la "política del bien común", dando "respuestas a los problemas de las personas".