Sin ninguna intervención en contra y con un apoyo del 96% de las bases. Así ha avalado el Consejo Nacional de Esquerra Republicana una decisión que marca un antes y un después en el independentismo, tras el referéndum del 1-O: facilitar la investidura de Pedro Sáncheza cambio de constituir una mesa de diálogo entre gobiernos.

El Consejo Nacional transcurrió "a la búlgara", como ironizaba un destacado y veterano dirigente del partido, sonriente, a la salida de la reunión en la sede de ERC. Los consejeros nacionales conocieron los términos del acuerdo genérico alcanzado por los negociadores republicanos y del PSOE y dieron un aval sin fisuras a esta vía, que abre todavía más la brecha existente en el seno del independentismo, entre los partidarios del conflicto y los defensores de la negociación para alcanzar sus objetivos.

Consciente de la trascendencia de la decisión, el coordinador nacional del partido y vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, se esforzó en su discurso abierto a los medios de comunicación por defender que "vale la pena explorar esta posibilidad" aun asumiendo los "riesgos" y la dificultad de la apuesta por el diálogo con el PSOE.

El discurso de Aragonès tenía una doble clave: interna respecto a ERC y, también, externa, en forma de mensaje a Junts per Catalunya y a todo el independentismo que se ha mostrado crítico con el apoyo a Sánchez. De entrada recordó que la aritmética parlamentaria en Madrid hace "inevitable" la interlocución entre la izquierda española y el republicanismo catalán. Dicho lo cual, defendió que en la mesa de diálogo pactada con el PSOE se podrán abordar todas las reivindicaciones independentistas y las propuestas que formule el Gobierno.

Y que el fruto de esta interlocución será sometido a una consulta en Catalunya. Todo ello responde, aseguró, a lo defendido por el Govern tras la sentencia del 'procés'.

Dos miradas, un Govern

Es más, pocas horas después de una reunión de crisis con el 'president' Torra en relación a esta cuerdo con el PSOE, Aragonès insistió en proponer al jefe del Govern que participe en la mesa de diálogo para formular allí todas sus propuestas. Pero tras conocerse el apoyo de ERC a Sánchez, fuentes de presidencia ya adviertieron que el texto no vincula a Torra.

Es decir, que es papel mojado a ojos del 'president', y que este sólo se reunirá con Sánchez en base a las condiciones que decida el Govern. El 'president' considera que lo arrancado por ERC al PSOE es menos de lo que ambos gobiernos empezaron a tejer en la reunión de Pedralbes de diciembre del 2018.

Pero Aragonès, con el apoyo de su partido, tampoco se arrugó a la hora de defender el acuerdo. Porque abre un diálogo bilateral, responde a la demanda de diálogo (concretada en la frase 'seat and talk') y porque permitirá plantar al Gobierno las demandas mayoritarias de la ciudadanía catalana. "Queremos que sea un camino amplio para que nos acompañe mucha gente", afirmó el dirigente de Esquerra, situándose así como el defensor del independentismo mayoritario. "Vale la pena abrir camino", concluyó, arrancando tantos aplausos internos como críticas de su socio de Govern.