El PSOE y ERC han protagonizado este miércoles un episodio de tensión dentro de la secuencia de sus negociaciones para facilitar la investidura de Pedro Sánchez y a pesar de que las posiciones se han ido aproximando en busca del acuerdo.

La tensión se ha visualizado claramente con la marcha inesperada de la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, de la ronda de reuniones iniciada con los partidos que han logrado escaño en el Congreso.

A la última programada para este miércoles, con Teruel Existe, no ha acudido por tener que irse al Palacio de la Moncloa a raíz de una llamada del presidente en funciones y candidato a la investidura.

Investidura que depende en gran medida del acuerdo del PSOE con ERC, que no es tal aún, según destacan a Efe fuentes conocedoras de la negociación.

Estas fuentes sitúan en el formato y en el marco jurídico que tendrá la mesa entre gobiernos estatal y catalán la llave para desatascar dicha negociación.

ERC quiere crear un "instrumento" que permita abordar la resolución del "conflicto político" de Cataluña más allá de las herramientas que proporciona el vigente Estatuto. Una mesa que junte al Gobierno con la Generalitat es la propuesta de la formación catalana.

El PSOE está de acuerdo en crear esta mesa, sostienen las fuentes consultadas, pero antes de plasmarla en el texto de un acuerdo quiere asegurarse de que no se sale del marco jurídico y legislativo.

Los equipos negociadores de los dos partidos han pactado que durante la presente semana tendrán conversaciones, no reuniones, muy discretas después de tres encuentros públicos, dos en Madrid y uno en Barcelona. Como explican las fuentes, las dos partes se están intercambiando documentación.

De lo que se trata en estos momentos es de dilucidar el encaje jurídico, el formato y el calendario de esa futura mesa entre gobiernos. Ésta es ahora la llave para abrir la puerta de la investidura de Sánchez.

El otro pilar sobre el que se han apoyado las conversaciones lo constituyen los derechos sociales, que PSOE y ERC quieren revitalizar tras dos legislaturas sin poder acometer tareas como la reversión de la llamada "ley mordaza" o de cuestiones "lesivas" de la actual reforma laboral.

Aquí no hay apenas diferencias ni problemas, por lo que la distancia que queda por estrechar se localiza en el "futuro de Cataluña" y en cómo abordarlo.

Depende de la mesa entre gobiernos, en sus características y en las garantías que tenga para que los acuerdos que se alcancen en ella se puedan articular.

Si este factor se resolviera esta semana, la fecha de la investidura podría ser inminente, reconocen las fuentes. No obstante, mientras el PSOE pone el acento en el ritmo de la negociación, ERC no.

Quizá por ello, el responsable de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos, ha afirmado este miércoles que la formación independentista ha dado a entender su renuncia a la vía unilateral para lograr la independencia de Cataluña. De este modo, el terreno para el acuerdo final estaría despejado.

Asimismo, ha subrayado el interés del PSOE en "cerrar el año con un Gobierno".

Las dos afirmaciones han provocado una respuesta imprevista (convocada a los medios con minutos de antelación) de la portavoz de ERC e integrante del equipo negociador, Marta Vilalta, quien ha acusado a los socialistas de alejar el pacto al "presionar" a su partido.

Ha negado que se esté redactando ya el acuerdo porque ahora lo que se está haciendo es hablar e intercambiar posiciones, de ahí que haya exigido "discreción" a los interlocutores socialistas.

Fuentes de ERC han confirmado a Efe que las negociaciones no están rotas, pero insisten en que para ellos la fecha del 30 de diciembre, como una opción para la investidura, "no es una obligación".

Para estas fuentes, las palabras de Ábalos sobre la vía unilateral no cambian el fondo de lo que se está hablando.

Mientras el PSOE y ERC buscan la clave que zanje las negociaciones y facilite la investidura, los partidos de la órbita nacionalistas y regionalista del Congreso se han reunido este miércoles con los dirigentes socialistas.

El BNG ha reconocido que sigue "distante" del "sí" a Sánchez porque compromisos esenciales para los gallegos no se han resuelto, y el PRC (Cantabria) está a la espera de que el pacto con ERC, si se produce, encaje en la Constitución. Teruel Existe ha considerado que las conversaciones van por "buen camino".

¿Antes de Nochevieja?

El PSOE y algunos de sus aliados confían en saber este domingo, tras el congreso que ERC celebrará el sábado, si puede o no celebrarse la investidura del socialista Pedro Sánchez antes de Nochevieja, como desea el candidato, según han informado fuentes socialistas y de sus socios.

Aunque no está establecido en ninguna norma, es habitual que haya un margen de 48 horas entre la convocatoria de un Pleno y su celebración, para dar tiempo a los diputados para que puedan concertar sus desplazamientos. En este caso, al tratarse de un debate de investidura con una votación tan trascendental, y siendo en fechas navideñas con poca disponibilidad de vuelos o billetes, ese margen aún es más necesario.

Así, el debate de investidura debería convocarse oficialmente el lunes 23, o a más tardar el martes 24, teniendo en cuenta que el Día de Navidad, festivo en toda España, y el 26 de diciembre, festivo en Cataluña y Baleares por San Esteban, quedarían en medio.

Si ese fuera el caso, el debate podría iniciarse el viernes 27, con una primera votación el sábado 28, que resultaría fallida para Sánchez al no conseguir la mayoría absoluta que se requiere, fijada en 176 escaños. Tal y como marca la Constitución, la segunda votación, en la que ya sólo se necesitan más votos a favor que en contra y que Sánchez podría superar con la abstención de ERC, se celebraría 48 horas después, el lunes 30, día en que el líder socialista podría ser investido jefe del Ejecutivo.

Este escenario es el que querría Sánchez porque le permitiría iniciar el año con sus ministros nombrados y poner en marcha cuanto antes el trámite de presentación y aprobación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

Convocar el debate de investidura en la última semana del año y celebrar la primera votación en sábado significaría que el PSOE tiene bien amarrados los votos necesarios para que prospere la votación, ya que si la candidatura de Sánchez fuera rechazada y resultaran inevitables unas terceras elecciones, la jornada electoral ya no caería en domingo, sino en un día entre semana a mediados de abril.

Esto es así porque desde la primera votación de un debate de investidura comienza a correr el plazo tope de dos meses que fija la Constitución y, si en ese periodo nadie logra ser elegido, se produciría la disolución automática de las Cortes y la convocatoria de las elecciones 47 días después.

Pero las prisas de Sánchez por ser investido no se comparten en ERC, a juzgar por las declaraciones públicas que los dirigentes de este partido han hecho hasta la fecha. Su portavoz y secretaria general adjunta, Marta Vilalta, era clara el 9 de diciembre pasado: "Vemos muy lejos que pueda ser antes de Navidad y antes de Fin de Año, básicamente por los días que quedan y porque hay cuestiones que tienen que pasar y que influyen. Nosotros no tenemos prisa".