La investigación de los CDR incluye muchas conversaciones mantenidas entre los investigados. Entre ellas figura una entre presuntos miembros de la célula del Equipo de Respuesta Táctica (ERT) a la que la Audiencia Nacional les atribuye terrorismo, conspiración para cometer estragos y tenencia de explosivos. En ella uno de ellos, Eduard Garzón, se muestra partidario de aumentar sus acciones y habla de un grupo, al que denomina "Los Escamots", ubicado en Vic, del que dice que está dispuesto a actuar a partir de diciembre, enero y febrero. Ante la Guardia Civil y ante el juez su compañero Jordi Ros añade que "estaba intentando desarrollar termita" (el explosivo de alto poder incendiario que los agentes también le incautaron al ERT).

En la conversación, incluida en el sumario al que tuvo acceso El Periódico, Garzón, que ingresó en prisión hace casi un mes, junto a otros seis radicales independentistas, añade que para entonces "será imposible", porque, en su opinión, en esos meses, posteriores a la sentencia del 'procés', que se conoció el pasado 14 de octubre, "tiene que haber una resolución o bien política o bien que la Generalitat diga todas a una en unas elecciones".

Para la Guardia Civil la reunión que el 21 de septiembre (dos días antes de ser detenidos) mantuvieron Garzón y otro de los presos en esta causa, Jordi Sola, a los que considera expertos en explosivos o que formaban el "núcleo productor", con ese grupo podría referirse a acciones violentas que llevaría a cabo en los meses que señalaba. Los investigadores suman a esa conversación la declaración que ante ellos prestó Jordi Ros, el principal ‘cocinero’ de explosivos del ERT. El entonces arrestado aseguró que Garzón le había dicho que conocía a otro grupo "que estaba intentando desarrollar la termita, y que sabía que el otro grupo tenía su otro proyecto más avanzado"

Ros le preguntó a Garzón quiénes eran y Garzón le dijo que estaban en contacto en un grupo de Signal, una aplicación de mensajería telefónica. Por ese medio le transmitió el contacto con un integrante del otro grupo. Ante el juez, Ros admitió que ese otro grupo "está en Vic".

De hecho, en mayo Ros quedó con uno de sus integrantes. Para identificarse, pues no se conocían, acordaron ir vestidos con una camiseta roja. En la cita, le mostraron una prueba de termita que "era muy poco exitosa". Posteriormente, Ros quedó con Eduard Garzón en la terraza del Bar Plaza de Sabadell para darle cuenta de este encuentro.

Torres de alta tensión

Por otra parte, en su declaración ante el juez, Jordi Ros reconoció que él había inspeccionado una torre de alta tensión para incluirla en los planes de sabotaje del grupo. Si bien no aclaró para qué tipo de acción específica examinó la torre, sí dijo que desestimó atentar: "La acción no es viable", dijo a sus compañeros, refiriéndose no solo a una voladura o derribo de la torre, también a un corte de cables. "Es que te pones allí debajo, ves aquel cacharro, y dices el que se le ocurra hacerlo… el primer pringado es él".

Según la información que obra en el sumario de la Operación Judas, Ros sabía que "un tal Pere Dalmases" -que no ha sido detenido- iba a atentar contra una torre eléctrica, y habló con Eduard Garzón para que -según reconoció Ros ante el juez- que se pusiera en contacto con Dalmases porque tenía un plan para "hacer algo" con una torre de energía. "Yo enseguida dije que no, que con él nada, porque para mí es un temerario y no me llevo bien con él. Y lo descartó", relató Ros.

La ANC les ignora

En la conversación que mantienen Garzón con un tal Erik critican la falta de iniciativa de los CDR. "¿Por qué no somos 200.000 coches en el tramo de la Ronda de Dalt del Litoral entre Barcelona y el Aeropuerto?", le dice Garzón a su interlocutor, al que también propone hacer barricadas.

"Se hace una barricada y no sé, ya está, eso ya serán tecnicismos después de una acción digamos que se vea clara... Ahora yo qué sé, ahora romper, ahora no sé cuanto, problemas en el barcelonés, por ejemplo (no se entiende), en la autopista", afirma Garzón justo antes de quejarse porque la Assemblea Nacional Catalana (ANC) les ignora.

Su interlocutor dice incluso que ellos siempre han ido de cara a las reuniones con la ANC. Añade que su actual presidenta, Elisenda Paluzie, "ha estado sentada en una puta reunión y nos ha dicho sí, sí, sí y luego nos la han dado por detrás". A ello Garzón responde que se no pueden fiar de la organización soberanista.