Este miércoles se cumplen 20 años del crimen de la joven malagueña Rocío Wanninkhof, por el que Dolores Vázquez permaneció 17 meses en prisión hasta que fue detenido su verdadero asesino, Tony King. Hubo lagunas en la investigación y mucha presión social, pero también casualidades que abren interrogantes sobre el caso.

Dos juicios, dos jurados, dos condenas y un sobreseimiento para uno de los casos más mediáticos que se han conocido en España y que podría haberse cerrado en falso. No en vano, tanto el último jurado que dio su veredicto como la sala que lo juzgó dejaron la puerta abierta a la participación de dos o tres personas en el crimen, ocurrido el 9 de octubre de 1999.

Pero solo Tony Alexander King cumple a día de hoy condena por esos hechos. Ingresado en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), donde también lo están Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo, o Jose Bretón, el de los niños de Córdoba, King, un depredador sexual, no saldrá de la cárcel hasta 2059.

El 9 de octubre de 1999 Rocío había estado con su novio, Antonio José Dorado, en su casa de La Cala de Mijas. Quería ir a la feria de Fuengirola y se fue a su casa, a apenas medio kilómetro de distancia, para ducharse y volver a encontrarse con su pareja. Nunca llegó.

Se inició entonces una búsqueda que movilizó a cientos de personas y a medios materiales sin precedentes. Hasta 25 millones de las antiguas pesetas llegó a ofrecer un vecino y amigo de la familia a quien pudiera facilitar una pista sobre su paradero.

Finalmente, el 2 de noviembre su cadáver fue localizado apuñalado en un paraje del club de tenis "Altos del Rodeo", de la vecina localidad de Marbella y a 28 kilómetros del lugar donde desapareció. Presentaba ocho puñaladas en la espalda y una en el pecho izquierdo, además de numerosos hematomas.

Dio comienzo así una investigación por parte de la Guardia Civil para descubrir al autor o autores del crimen, mientras que la presión social iba creciendo.

Los investigadores llegaron hasta Dolores Vázquez, una mujer natural de Galicia con la que la madre de Rocío, Alicia Hornos, había mantenido una relación sentimental. Fue detenida el 7 de octubre de 2000, un año después del asesinato.

Fuentes cercanas al caso relatan a Efe que se llegó a ella no por su relación con Hornos, sino porque en la zona donde desapareció la joven se vio un coche de la marca Toyota Celica, rojo y con capota negra, propiedad de Dolores Vázquez, y en el que viajaban dos hombres.

Explican las mismas fuentes que la propietaria del vehículo nunca llegó a identificar a los dos ocupantes.

Una "casualidad" agregan que se unió a otra: la aparición del cadáver al lado del jardín de un tío de Rocío, hermano de su madre y con el que Dolores Vázquez tenía muy mala relación. ¿Podría haber arrojado allí el cuerpo para que sospechara de ese hombre?

Algunos detalles más convencieron a los agentes de que Vázquez podría haber participado en el crimen, aunque no todos los investigadores estaban de acuerdo con su detención y algunos consideraron que no había indicios suficientes ni pruebas sólidas.

Pero Dolores Vázquez fue a juicio y un jurado popular la consideró culpable. Tuvo en cuenta algunas conclusiones de la Fiscalía, para quien la acusada cometió el crimen "tras una discusión acalorada" que mantuvo con la víctima, con la que a su vez se encontraba "enemistada" y a la que "hacía responsable de sus problemas sentimentales" con su madre.

Quince años de cárcel le impuso finalmente la Audiencia Provincial. Pero después de pasar 17 meses en prisión, en febrero de 2002 el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ordenó la repetición del juicio, Vázquez fue puesta en libertad con fianza y el Tribunal Supremo la confirmó al entender que su condena no estaba suficientemente motivada.

Pero en agosto de ese año la investigación dio un giro. La joven de 17 años Sonia Carabantes es asesinada en Coín, también Málaga. Muestras de ADN recogidas en el caso coinciden con las de una colilla de cigarro halladas en el lugar de la desaparición de Rocío.

Muestras que pertenecían a Tony Alexander King, un británico residente en Alhaurín el Grande. Su esposa denunció que el día de la desaparición de Rocío, el sospechoso llegó a casa con manchas de sangre en la camisa.

Fue detenido, al igual que su amigo Robert Graham como supuesto encubridor del crimen, aunque poco después este fue puesto en libertad.

Algunas fuentes consultadas por Efe mantienen dudas sobre la inocencia de Graham y siguen convencidas de que pudo ayudar a King en el crimen, aunque prefieren no decir en qué grado.

La causa contra Dolores Vázquez se sobreseyó y no hubo un nuevo juicio. Para King sí lo hubo, también con jurado popular, y fue condenado en diciembre a 19 años de prisión. En la sentencia el juez matizó, no obstante, que el condenado "no actuó solo, sino en compañía de al menos dos personas".

Una condena que suma a los 36 años de cárcel por el asesinato de Sonia Carabantes y a los 7 años más por el intento de violación en 2001 de una joven en Benalmádena (Málaga).

King, en una misiva a la madre de Rocío, culpa a Dolores Vázquez y la familia de la joven asesinada quiere que se abra un nuevo juicio. Mientras, el Supremo denegó a Vázquez la indemnización de 4 millones de euros que había solicitado.

Los interrogantes que se mantienen no empañan dos consideraciones en las que las fuentes consultadas insisten, una de ellas la necesidad de abrir una reflexión sobre si casos tan mediáticos y con tanta presión deben ser juzgados por un jurado popular.

Y es que en muchos casos, los jurados ya tienen el veredicto preconcebido. En el juicio por el asesinato del niño Gabriel varios de los seleccionados renunciaron alegando ese motivo.

Una segunda consideración que lanzan las fuentes: ¿No sería conveniente un seguimiento a delincuentes reincidentes y depredadores sexuales cuando llegan a España desde otro país? ¿No debería haberse hecho con King, que ya contaba con antecedentes en su país por agresiones sexuales?.