El jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, ha advertido este martes de que el artículo 155 de la Constitución se puede aplicar en Cataluña con un Gobierno en funciones y ha recalcado que si el autogobierno se sitúa "fuera de la legalidad" es obligación del Gobierno de España restituirlo.

"Espero no llegar a ese extremo, no tiene que llover sobre mojado", ha señalado, no obstante, Sánchez en una entrevista en la Cadena Ser en esta jornada en la que se cumple el segundo aniversario del referéndum ilegal del 1-O.

Sánchez ha recalcado que si "en las próximas semanas o meses" el Ejecutivo tiene que actuar en Cataluña lo hará con "firmeza, unidad de acción y proporcionalidad", y ha asegurado que si se ve obligado a aplicar el 155 se guiará por esos principios y hablará con los principales partidos antes de tomar una decisión.

En cualquier caso, el presidente del Gobierno ha pedido al independentismo que "no juegue con fuego" y ha insistido en reclamar que se condenen los actos e "indicios" de violencia, en alusión a las detenciones de los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) que, según la Fiscalía, iban a cometer actos violentos con motivo del aniversario del 1-O.

"Condenar cualquier indicio de violencia venga de donde venga, incluidos los elementos radicales del independentismo", ha manifestado Sánchez, quien ha asegurado que en el Gobierno estarán "muy atentos" y van a "garantizar la seguridad".

Requerimiento a la Mesa del Parlament

Por otra parte, Pedro Sánchez ha anunciado que el Gobierno enviará un "requerimiento" a la Mesa del Parlament por estar promoviendo un tipo de resoluciones políticas que profundizan en la "fractura" de la sociedad catalana.

Así lo ha avanzado en relación con las resoluciones aprobadas la semana pasada por la mayoría independentista del Parlament que piden la salida de Cataluña de la Guardia Civil, una respuesta institucional contra la sentencia del 1-O y un acuerdo nacional por la amnistía, la autodeterminación y los derechos civiles y políticos.

Este requerimiento a la Mesa del Parlament, del que no ha dado más detalles, se unirá a la impugnación de las resoluciones que el Gobierno llevará ante el Tribunal Constitucional.

Sánchez ha pedido a los independentistas que dejen de jugar con fuego porque en el momento en que se sitúen fuera de la legalidad su Gobierno no dudará en adoptar "medidas extraordinarias".

Por otro lado, el presidente del Gobierno ha afirmado que hoy por hoy confía plenamente en los Mossos d'Esquadra, tras la petición que le traslada el PP de aplicar la Ley de Seguridad Nacional en Cataluña.

Discrepancias con Podemos

Sánchez ha justificado este martes su negativa a gobernar en coalición con Unidas Podemos en la posición que los morados mantienen sobre la crisis en Cataluña y en su falta de experiencia de gestión pública.

En una entrevista en la Cadena Ser, recogida por Europa Press, ha recordado cómo los Comunes, la rama de Podemos en Cataluña, hablan en estos días de la existencia de "presos políticos" en España, cuestionan la operación de detención de nueve miembros violentos de los CDR, y adelantan que saldrán a las calles a pedir la amnistía de los presos si la sentencia del 'procés' es condenatoria.

Sánchez ha pedido imaginar un Gobierno en el que una parte defendiese la eventual aplicación del artículo 155 en Cataluña y otra que dijera que la solución en Cataluña pasa por la celebración de un referéndum de autodeterminación. Para el presidente, la visión sobre Cataluña le hace tener "distancias muy serias con Podemos" a las que no hay que "quitar una pizca de gravedad".

No sólo Cataluña pesó en la negativa de Sánchez a plegarse a las exigencias de Podemos en torno al gobierno de coalición. También influyó, ha sostenido, la falta de experiencia de gestión de lo público que tiene la formación morada. Una gestión que, en el caso de ayuntamientos gobernados por Podemos, ha sido incluso "deficitaria", en opinión del líder socialista.

Con esas credenciales, Sánchez ha admitido que le parecía "bastante arriesgado" dejarle a Podemos la gestión de las pensiones de los mayores, la política energética o la recaudación de los impuestos. Lo que llegó a ofrecerles fue una fórmula de gobierno de coalición que no ponía en riesgo la "coherencia" en la accción del gobierno, dejándoles ciertos ministerios de corte social que Pablo Iglesias juzgó insuficientes.

El líder del PSOE ha evitado señalar cuáles son sus preferencias de pactos poselectorales y se ha limitado a subrayar que la elección el próximo 10 de noviembre es la de salir o mantener el bloqueo político actual. A su juicio, el único partido que puede garantizar el final de esta fase de interinidad e inestabilidad es el PSOE.