El presidente del PP, Pablo Casado, ha asegurado este viernes que él "no podría dormir tranquilo si hubiera pactado con Bildu", en referencia al Gobierno navarro, que el PSOE logró con la abstención de la izquierda abertzale, y que tampoco "podría mirar a los ojos" a los familiares de José María Martín Carpena, concejal malagueño del PP asesinado por ETA en el 2000.

Casado, que ha asistido a un acto de partido organizado en Alhaurín el Grande con simpatizantes, ha recordado que "el PP puede estar satisfecho porque ha hecho su trabajo" y que "este fracaso ha descubierto a un presidente del Gobierno" que no quería "gobernar" y que "ha disfrutado" en funciones.

"Sánchez y el PSOE no son un destino inevitable para España", ha reconocido Casado, que ha recordado que los socialistas llevan "más de 30 años sin mayoría absoluta" y no entiende "cómo pretende con esa arrogancia decir que no le hace falta a nadie" para gobernar.

Ha señalado que el plan de Sánchez es conseguir el voto de los españoles "por agotamiento" y que con el socialista en la Presidencia España está "destinada a la parálisis" mientras que los populares tanto en 1996 como en el 2011 conformaron "gobierno con proyectos que desbloquean" para arreglar los problemas de los españoles.

El dirigente popular ha señalado que saben cómo revalorizar, cómo acabar con la pobreza y con la marginalidad, "que es creando empleo" ya que el PP "es un partido de progreso" para España por lo que el "deterioro económico" se solucionará "a partir de noviembre" tras los comicios.

El proyecto de Sánchez es "personal"

"Tenemos que llegar a tiempo para evitar que el enfriamiento de la economía se convierta en una pulmonía", ha sentenciado Casado, que ha asegurado que el PP es "lo que siempre ha hecho", por lo que ha pedido "confianza" para desbloquear esta situación.

Casado ha reconocido que Sánchez no tiene "un proyecto nacional sino uno personal" y que en comunidades como Andalucía se puede ver "el proyecto del PP", en el que se sienta a negociar, "abre puertas y ventanas" y ayuda a los ciudadanos con sus medidas, por lo que ha querido "trasladar un rayo de optimismo y confianza".

Ha reconocido que "no hay salida a la izquierda para España" ya que la que existe conduce a una "vía perdida" que causa decepción y "cabreo", y que el PP va a estar cerca "de la gente que se cabrea" para demostrar su convicción para arriesgar y esforzarse para una España que "una vez más los de siempre han dejado parada".