La actualidad política se encuentra al rojo vivo y la incertidumbre es máxima. A falta de unos pocos días para llegar a la fecha límite, el tiempo avanza impasible, presionando aún más a los principales líderes políticos del país. La totalidad de los grandes partidos nacionales aseguran que su intención es la de evitar las elecciones, pero no parece nada claro. Las fechas clave para evitar unos nuevos comicios podrían ser las siguientes:

Martes 17 de septiembre: En caso de que el Rey, que se reúne con los líderes políticos en la ronda de consultas, considere que hay un candidato con posibilidades reales de salir investido, recibirá en la Zarzuela a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Será entonces cuando le comunique su decisión tal y como establece la Constitución. Será Batet quien informe a los medios de comunicación la propuesta de Felipe VI.

Si, por el contrario, Pedro Sánchez comunica que no cuenta con los apoyos suficientes para un debate de investidura, el Monarca informará en un comunicado de la disolución de las Cortes el próximo 24 de septiembre. Sería entonces cuando se convocarían elecciones para el próximo 10 de noviembre.

Jueves 19 de septiembre: El 19 de septiembre se presentaría como el día más probable para la investidura. Si finalmente se produjera, el candidato pediría a los grupos parlamentarios sus votos para ser investido. La intervención no tendría ningún límite de tiempo. Después, serían los partidos de la oposición los que tomarían la palabra durante 30 minutos.

Viernes 20 de septiembre: En esta jornada, los grupos que no hubieran tenido tiempo para hablar el día anterior, podrían hacerlo el viernes. Tras los discursos, daría comienzo la primera votación, en la que el candidato necesitaría una mayoría absoluta, esto es un mínimo de 176 votos de los 350 totales.

Sábado 21 de septiembre: Si el martes 17 de septiembre no sale ningún candidato con apoyos para ser investido, pero los posibles aspirantes no se rinden, el límite para realizar otro pleno sería el sábado 21, aunque la Mesa del Congreso tendría que convocarlo con 24 horas de antelación. En este caso, la intervención del aspirante debería ser más breve, aunque no hay un límite establecido. El resto de intervenciones serían también más cortas y la votación tendría lugar ese mismo día.

Si no se alcanzara en esa sesión del sábado la mayoría absoluta, tendría que organizarse un nuevo pleno aún más breve para el lunes 23 de septiembre que debería acabar antes de las 00:00. En este último intento el aspirante tendría que obtener una mayoría simple para ser investido y evitar a los españoles así, unos nuevos comicios.

Martes 24 de septiembre: Es la fecha que marca el final del límite. De llegar al martes 24 de septiembre estaríamos hablando de una investidura fracasada. El artículo 99 de la Constitución establece que si pasados dos meses desde la primera votación de investidura (que fue el pasado 23 de julio) ningún candidato ha sido investido presidente, el Rey disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones con el refrendo de la presidenta del Congreso. Así, daría inicio una cuenta atrás para unas elecciones generales el 10 de noviembre.

La campaña electoral de estas elecciones sería más corta de lo habitual, de ocho días concretamente. Así, del 1 al 8 de noviembre los partidos estarían en campaña y el sábado 9 de noviembre sería la jornada de reflexión. El domingo 10 de noviembre, los españoles estarían, una vez más, llamados a las urnas.

Sin embargo, todo esto, de momento, es hipotético, habrá que esperar al devenir de los acontecimientos políticos.