El ayuntamiento de Madrid amenaza con clausurar la casa de dos de los dirigentes más destacados del partido ultraderechista Vox, por irregularidades en la licencia de ocupación de su vivienda. Se trata de Iván Espinosa de los Monteros y su esposa Rocío Monasterio, portavoces de Vox en el Congreso de los Diputados y en la Asamblea regional de Madrid, respectivamente.

El inmueble, ubicado en un barrio acomodado del norte de la capital, es una casa de cuatro alturas que sirve de vivienda para la familia y además, en el sótano se encuentra el estudio de arquitectura de Rocío Monasterio, sin que exista una licencia de funcionamiento para esta actividad, según el Ayuntamiento de Madrid.

Por ello, y después de años de pleitos, si antes del próximo día 8 de octubre no regularizan la situación, el consistorio madrileño "llevará hasta el final" la clausura de la vivienda de los políticos, afirmó la portavoz del Ayuntamiento, Inmaculada Sáenz.

Defensas

Este viernes, Espinosa de los Monteros, en una entrevista en la Televisión Española (televisión pública), calificó la situación que están viviendo como "laberinto burocrático", e insistió: "haremos todo lo que esté en nuestras manos para adecuarnos a las licencias del ayuntamiento".

Desde el consistorio, gobernado por el conservador Partido Popular y los liberales de Ciudadanos con el apoyo externo de Vox, afirman que "no son decisiones de tipo político", sino cuestiones administrativas, las que han llevado a esta situación.

Fuentes del grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Madrid, insistieron a Efe en que el caso de la vivienda de Espinosa de los Monteros y Monasterio "es un tema personal" y que desde el grupo "no acusamos a ninguna administración de usarlo con oportunismo político".

Sin embargo, sí consideran que la trascendencia pública que ha tenido este contencioso con la administración municipal madrileña es consecuencia de que los implicados "están en primera línea de la política, y en el partido en el que están". "Es el precio por estar en Vox, no son voces cómodas", concluyen.

Tanto los dos políticos afectados como su propio partido insisten en culpar a las trabas administrativas de esta situación.

Rocío Monasterio, la arquitecta responsable del proyecto, ha calificado a través de su cuenta de Twitter como "laberinto" la situación en la que llevan inmersos más de nueve años, cuando compraron la casa y decidieron demolerla para hacer una nueva. "Ni Kafka lo hubiera imaginado", dice.

También desde Vox consideran que este caso es un ejemplo de cómo la burocracia "obstaculiza" la iniciativa profesional de muchos españoles y califica a la administración de "lenta".